9 hábitos para empoderar emprendedores
Estos hábitos generan gran poder y la pueden adoptar emprendedores y personas de negocios.
1. Planea simplificadamente
En mi experiencia, las personas que planean demasiado actúan poco. Sé simplificado y claro. Cualquier proyecto, por muy grande que fuera, podría venir en formatos de 3 hojas. Si no puedes hacer esto, estás cayendo en el “rollo”.
Las tácticas son contundentes, al igual que la estrategia. Pon tus objetivos a la vista, comprométete en tu espacio de trabajo, contigo mismo y los demás. Tus objetivos deben estar cerca de ti y a la vista de quien sea; esto genera poder para tu propio compromiso. Las personas que abren la boca no pueden echarse para atrás. (Puedes leer “El poder de las palabras de Muhammad Ali”.)
2. Distingue dos tipos de decisiones: las fundamentales y las comunes
Las primeras cambiarán y definirán las estructuras generales de algo; son decisiones para pensar y no tomar precipitadamente. Las decisiones comunes no afectarán demasiado la estructura.
Una decisión fundamental es, por ejemplo, asociarte y definir porcentajes de negocios o definir una forma de asociación o intervención específica con un cliente. Una decisión común es definir colores o formas en un logotipo o elegir un camino para algo (si de cualquier manera se deben recorrer varios caminos, por ejemplo, para vender más.
No todo es importantísimo. ¡Ten cuidado! No eres Coca-Cola para tardarte 10 días en un logotipo. Piensa qué es lo mejor y actúa; si dudas, pregunta, pero no te claves. Es mejor que comiences con las acciones que te llevarán a vender que detenerte meses por tu imagen. Piénsalo y comienza.
3. Controla tus impulsos. Sólo date un par de días para pensar tus decisiones fundamentales
Más del 99% de las veces, cualquier eureka en negocios, o decisión inteligente (bien pensada), te vendrá en los siguientes dos días después de hablarla, de ser solicitada o de su planteamiento inicial. Date tiempo. Si es fundamental y definirá ganancias o estructuras, enfría y vete al cine.
Si eres de los que explotan en sus decisiones y dicen cosas de las que después se arrepienten, ubica esta regla y piensa con calma, enfría, enfría, y deja que tu mente lo deje pasar. Si viene en un rato a tu mente déjate pensarla, pero no te preocupes demasiado.
4. En decisiones fundamentales, al quinto día actúa
Tomando en cuenta que el día uno sea el del planteamiento inicial, el dos y el tres se piensan y al cuarto se debe haber decidido y el quinto es forzoso comenzar a actuar. No hay más, no hay hilo negro; si no vino la duda o algo más, es momento de hacerlo. Esta manera de hacer las cosas genera gran poder y la he podido aplicar con cientos de emprendedores y personas de negocios. Créeme, es mágica.
5. Primero la persona después el negocio
El rapport es de las cosas más importantes que hay. Antes de ser licenciados, doctores, clientes, empresarios poderosos o lo que tú quieras, somos personas, y esto, estimado amigo, es lo más básico que hay. Procura recordarlo antes de comenzar un mail, antes de hablar con alguien y antes de cualquier cosa, y si en todo ello existe la empatía genuina, déjala fluir; invítale a tu cliente a comer a un restaurante, o a ver un partido de futbol, observa qué le interesa o qué le gusta, y realicen esa actividad juntos. Las personas lo valoran más si, aun decírtelo, tú lo observaste o lo averiguaste. Esto siempre pone una estrellita en la frente del que lo hace.
Ejemplos: “Supe que te fascinan los cortes de carne, y a mí me encantan. ¿Cuándo vamos?” “Sé que eres aficionado de la NFL y vienen a México. ¿Cómo ves? Te invito.” “Sé que te gusta el teatro, ¿cuándo vamos?” “Te mandé un par de boletos para que vayas con tu esposa.” (Este segundo espacio reconoce la buena voluntad; hacerlo puede ser esencial.)
6. Diferencia y distingue lo personal de lo laboral
Respecto al punto anterior, es bueno hacer rapport, pero tampoco exageres y lo lleves a tu casa. Separa espacios, y hasta no conocer muy bien a la persona y asegurarte de que sabe diferenciar lo laboral de lo personal, entonces mantén espacios como tu casa, tu familia cercana, etc. Puedes llegar a invitarle a alguna fiesta socialmente importante (15 años, boda, bautizo, primera comunión), pero no a una carne asada a tu casa.
Mídete, y cuida esto. Las personas no saben distinguir un espacio y otro, y los rompen con facilidad. Que esto no sea un obstáculo en tu futuro.
7. No bajes tus precios, ofrece más
A menos que seas una trasnacional de productos, un descuento superior a 10% o 15% puede hacerte ver necesitado. Si quieres hacer ver oportunidad en los demás, ofrece siempre más cosas; esto es, mejora bajar tus precios. Si lo que vendes es prestigio y calidad para un grupo selecto, no es recomendable hacerlo; quizás el tope deba ser un 15%en descuentos. Si la búsqueda de tu posicionamiento busca ser masivo, el porcentaje puede elevarse. No recomiendo descuentos superiores al 30%. Un 50% de descuento sólo puede entrar una vez al año o por un lanzamiento especial, y eso si tu producto es masivo, de uso regular o si su mercado está demasiado competido.
Todo depende de tu producto o servicio, pero siempre será mejor ofrecer más. Si quieres que algo se conozca es mejor hacer un 3×2 que un 30% de descuento.
8. Siempre conoce nuevas personas, amplía tus posibilidades
Conocer gente nueva genera nuevas posibilidades de oportunidad en todos los sentidos. Hazlo más frecuente si lo tuyo son servicios; esto es básico.
Si hace mucho que no creces tus contactos, cómo esperas generar un cambio, llegar a más personas y hacer la diferencia.
9. Detona el interés
No siempre digas todo, espera que te pregunten. No muestres la necesidad de promover tu servicio o producto. Comienza por interesarte en lo de los demás con preguntas como ¿a qué te dedicas? Sobre todo al conocer personas nuevas. La forma obvia de reciprocidad será que ellos te pregunten ¿qué haces o a qué te dedicas? Entonces podrás darle algo que les genere interés.
Ejemplo: “Genero procesos de crecimiento con empresarios y emprendedores utilizando formas de apoyo no tradicionales.” La frase “formas no tradicionales” detonará otra pregunta obvia: “¿Cómo qué?” La curiosidad mató al gato, dicen por ahí. Procura hacer este tipo de frases y, algo muy importante, sé conciso. Es mejor que te tachen de cortante que de alargado en tus respuestas. Mídelo…