5 cualidades para ser un buen jefe
La figura del jefe, que va dando lugar a la de líder de equipos, es estratégica y fundamental en todo tipo de organizaciones. Incluso esa diferencia de denominación permite enfocar un nuevo estilo de conducción de personas: la del líder consciente; el que motiva, inspira, lleva adelante a las personas, indica el camino y acompaña la obtención de los resultados.
El jefe, por lo general, es alguien puesto desde arriba; y tal vez algún día se convierta en líder. En cambio, el líder es alguien que se empodera desde abajo. Son los propios pares y miembros del equipo los que le dan ese atributo, que no se consigue verticalmente como en el caso de una jefatura.
Como subsiste una superpoblación de jefes y responsables de áreas, este artículo aborda algunas cualidades esenciales para asumir el rol con mayor calidad y excelencia.
Una cuestión de habilidades
Más allá del conocimiento técnico y la experiencia que se posea, la figura del jefe necesita combinar habilidades sociales, de dirección y conducción de personas. Estos tres aspectos son esenciales para llevar adelante la tarea.
Para lograrlo, necesitas desarrollar o potenciar estas cinco cualidades que te permitirán ser un mejor jefe (y, ojalá, en un excelente líder):
1. Inteligencia Emocional
Es estratégico que sepas gestionar los impulsos, las emociones y encontrar información que habitualmente está escondida más allá de lo obvio de las situaciones. Esto te permitirá lograr un equilibrio vital en la generación de resultados sin tanto desgaste personal. Además, mantendrás la energía alta y el espíritu motivador, lo que se transmitirá a cada colaborador.
2. Comunicación óptima en todos los niveles
Más allá de saber comunicarte con precisión, se trata de ser asertivo: encontrar respuestas apropiadas a problemas cotidianos y extraordinarios, con la dosis justa de empuje y de saber soltar, para que los miembros de tu equipo puedan desempeñarse mejor. También necesitarás aprender a dar feedback en forma consistente y permanente, así como a recibirlo sin enojarte, ya que se trata de un recurso fundamental para la gestión diaria.
3. Espíritu de liderazgo
Ya sea que lo traigas o que lo desarrolles, el liderazgo es una de las mejores habilidades profesionales, por cuanto permite que acompañes a las personas, los estimules y los lleves al siguiente nivel de resultados. El buen humor, relativizar ciertas situaciones de tensión si no son relevantes, priorizar lo que es bueno para la cultura de la empresa y de tu team, son algunas de las condiciones que tienen los buenos líderes.
4. Tolerancia a la frustración y decepción
Es importante para un responsable de equipos ser el ejemplo por seguir, aunque esto le pese. Todos miran hacia ti, al igual que hacia la cabeza de la empresa. De allí que necesitas explorar internamente tu universo emocional para saber distinguir los matices internos que tienes, y ser más asertivo cuando se manifiesten situaciones que te frustren o personas que te decepcionen. La velocidad que tengas para resignificar esos problemas es directamente proporcional a la buena administración de tu energía. Y esto se traducirá en una reducción del estrés.
5. Planificación y delegación efectiva
También es muy importante una excelente organización de tu tiempo, del equipo y de la estrategia de planificación para conseguir los resultados. Los jefes o líderes desorganizados provocan caos en su entorno, que se traduce en una notable baja del rendimiento profesional en ti y en las demás personas. Organiza tu día, mantén la agenda y compromisos al detalle; haz compromisos que puedas cumplir; renegocia cuando debas alterar los planes; reporta resultados en forma profesional; aprende a delegar y enfócate en lo importante, no sólo en lo urgente.