Self-coaching para emprendedores
La crisis económica que vivimos es a la vez el anuncio y la consecuencia de un gran tránsito histórico: el inicio de una nueva era en la historia de la humanidad. – Ponencia marco del PSOE 1 octubre 2011
El dominio propio como disciplina básica del empresario
Considero el dominio propio como una disciplina básica para cualquier emprendedor. Con su expansión podemos crear los resultados que más nos importen. Abordamos nuestros objetivos como una tarea creativa, como un artista aborda una obra de arte o un deportista de élite la preparación de un campeonato del mundo. Lo hacen consagrándose a un auto-entrenamiento -self-coaching- incesante, a un aprendizaje continuo.
Lo extraordinario, aunque pocas personas lo tienen en cuenta, es que esta visión sólo depende de uno mismo.
Tenemos el poder de reivindicar, cambiar o ampliar nuestra visión y, por tanto, nuestro proyecto deseado.
El dominio propio es abordar nuestros objetivos de manera creativa. Es la finalidad del Self-coaching o Coaching con uno mismo.
Los emprendedores con alto nivel de dominio propio tienen un sentido especial de la visión, la transforman progresivamente en vocación. Si, además, tienen perspectiva sistémica, ven la realidad actual como un aliado y no como un enemigo.
Aprenden a percibir las fuerzas del cambio y a trabajar con ellas en vez de resistirse.
Consideran, como decía Peter Drucker, que el modo más eficaz para gobernar el cambio con éxito es crearlo. Lo ven como una oportunidad en lugar de una amenaza. Se sienten conectadas con otras personas y con la vida misma. Se sienten parte de un proceso creativo más amplio en el cual pueden influir sin controlarlo unilateralmente.
¿Cuál es la esencia del dominio propio?
Dos preguntas clave constituyen la esencia del dominio propio:
-¿Sabes claramente el proyecto que es importante para ti?
-¿Tienes conciencia clara de tu realidad actual?
La primera pregunta como un foco luminoso que te ayuda a clarificar el proyecto que auténticamente te importa. Es tu auténtica visión.
¿Cuántas veces has pasado el tiempo afrontando problemas que te crean una visión borrosa e imprecisa del proyecto que realmente quieres?
La segunda es otro foco que te ayuda a ver continuamente con mayor claridad tu realidad actual.
¿Cuántas veces te has atascado en relaciones contraproducentes insistiendo en fingir que todo iba bien? Al dirigirte hacia tu proyecto deseado es indispensable que sepas dónde estás ahora.
La diferencia, la brecha, entre tu visión y una clara conciencia de tu realidad actual, con perspectiva sistémica, genera lo que denominamos tensión creativa.
La tensión creativa es la fuerza que nos impulsa a reducir la brecha entre visión y realidad actual. Esta tensión creativa constituye la esencia del dominio propio si sabes aprender a generarla y sostenerla. La representamos metafóricamente con la banda elástica del diagrama anterior.
Proceso de fijación de tus objetivos prioritarios
¿Conoces a alguien que nunca sabe lo que quiere? ¿Que intenta una cosa y luego la deja por otra? ¿Que siempre está confuso?
Es que, ¿crees que se puede acertar un blanco si no sabes dónde está?
Nuestro proceso de fijación de objetivos empieza por que conozcas exactamente lo que quieres. Tu proyecto deseado. La fijación precisa y clara de tus objetivos influye directamente en la capacidad de explotación y organización de tus recursos así como en la identificación de los que te faltan, también de las oportunidades, opciones y alternativas para su aprovechamiento.
La clave fundamental para que conseguir algo es saber exactamente lo que nos importa. Si quieres que tu mente funcione eficazmente, a nivel consciente, es indispensable que desarrolles una percepción previa de los resultados que deseas.
Seguramente muchas veces te habrás preguntado:
¿Qué problemas tendré?
¿Cómo podré resolverlos?
O ¿de quién es la culpa?
¿Por qué, eso, me está pasando a mí?
Estas preguntas concentran tu atención en lo que está mal en el presente y no te permiten progresar.
Ninguna de estas preguntas contribuye a crear ni a consolidar tus objetivos.
Si queremos cambiar el presente, no es necesario meterse en la arqueología del problema. Tampoco echar la culpa a nadie ni lamentarte.
Lo que funciona es pensar en lo que queremos.. Como acabamos de decir, es la clave para construir el proyecto que deseamos.
Prioridades y sus motivaciones
Podemos escoger las prioridades en función de los sentimientos estimulantes que nos produzcan la satisfacción de los mismos.
Si somos capaces de encontrar motivos suficientes para hacer algo, tendremos los recursos más poderosos para conseguirlo. La decisión firme de hacer algo es un motivador más potente que el propio objetivo.
Es mucho más importante saber por qué queremos una cosa que cómo conseguirla.
Eso sí, tenemos que hacer lo que legítimamente sea necesario para conseguirlo. Ganar mucho dinero puede ser un objetivo. Pero a nuestro cerebro tenemos que decirle algo más preciso. Si le decimos que queremos ganar seis mil euros mensuales y porqué, estaremos mucho más motivados para conseguirlo.
Proceso de toma de conciencia
El proceso de toma de conciencia, el identificar conscientemente el posicionamiento personal, el conocernos a nosotros mismos y nuestro entorno, es fundamental para establecer las estrategias adecuadas para mantener la visión, alcanzar y desarrollar los objetivos de nuestro proyecto. Gran parte del proceso del Self-coaching con toma de conciencia, se basa en esto.
Vamos a verlo en tres fases:
1ª fase de identificación
Conviene revisar e identificar los principales recursos de que disponemos: nuestros estados psíquicos, valores, creencias, medios materiales y económicos, relaciones, preparación, aptitudes, entorno, disponibilidad de tiempo… nuestros puntos fuertes.
También los puntos débiles, lo que nos impide alcanzar lo que deseamos, los recursos que nos hacen falta.
El orden no es importante, puede, incluso, que mientras se buscan las oportunidades o recursos salgan riesgos o necesidades y viceversa. No importa el orden.
2ª fase de valoración
Una vez que consideramos que tenemos el inventario, hay que valorarlo. Conviene ver cuáles son los sentimientos generales con respeto a las perspectivas de consecución del objetivo.
3ª fase, inventario de alternativas
Esta fase es prácticamente la preparación del plan. Una vez sabemos dónde estamos, necesitamos buscar alternativas que nos lleven al objetivo.
Podemos iniciar otro inventario de todo lo que podemos hacer para mejorar nuestra posición actual.
¿Cómo se pueden mejorar o cambiar los puntos débiles? ¿Cómo podemos encontrar los recursos que nos faltan?
Para ello, es conveniente repasar el inventario y ver cuáles pueden mejorar, cómo cambiar los que nos dificultan la obtención del objetivo y, sobre todo, con la máxima flexibilidad buscar, identificar y descubrir nuevos recursos, acciones y valores que ayuden a mejorar la posición para conseguir los resultados deseados.
No debemos preocuparnos si hay pocas alternativas o, haciendo una nueva valoración, no nos sentimos satisfechos. Es positivo comprobar que uno no tiene todas las respuestas.
Criterios de selección de las acciones del plan de acción
El proceso de planificación que propongo es un prototipo para planes futuros. Es un proceso para conseguir una asociación neurológica automática, como todo buen aprendizaje generativo.
Podemos preguntarnos: ¿Qué criterios debemos utilizar para realizar la selección de estas acciones?
La experiencia en el modelaje de los planes que alcanzan mejores resultados, aconseja seleccionar de tres a cinco:
Que sean una atracción o una oportunidad clara para alcanzar tus objetivos.
Que supongan un riesgo para alcanzarlo.
Que supongan un apalancamiento para convertirlo en oportunidad. En este caso es conveniente añadir opciones y alternativas.
También es conveniente que todos sean:
Lógicos y que se enfoquen hacia el objetivo.
Viables y verificables: que puedas realizar realistamente en un plazo adecuado y que tengas medios de verificarlo.
Que tengan la máxima prioridad en el tiempo.
El primer criterio es fundamental, hay que seleccionar las acciones que tengan más fuerza para alcanzar el objetivo.
En el caso de que sólo existan riesgos, hay que buscar prioritariamente opciones y alternativas de apalancamiento.
También es indispensable que en todas las acciones lleves la iniciativa, que tengas el dominio de su realización y la flexibilidad de elección de las opciones y alternativas.
Diseño del Plan
Cuando ya sabemos lo que queremos, por qué lo queremos, los recursos que disponemos y los que tenemos que buscar. Cuando ya existe un inventario abierto de oportunidades y riesgos, lo decisivo son las acciones para alcanzarlas o substituirlos con eficacia. Para orientar y corregir estas acciones es muy útil un plan de acción, lo más progresivo posible, paso a paso, con todos los detalles importantes. El proceso de planificación que estamos realizando es un prototipo para los futuros planes. Cada seguimiento es un puente hacia un nuevo plan.
Se ha comprobado que los planes que tienen más éxito, son aquellos que se inician por la meta final y se va retrocediendo hasta el presente. Por tanto, es conveniente empezando por las metas definitivas y retroceder paso a paso. También, asegurarse de que los planes empiezan por algo que podemos iniciar hoy mismo.
Podemos diseñar un plan de acción de manera muy sencilla. Una lista de acciones concretas que creamos necesarias para conseguirlo. El Prototipo del diseño de un plan de acción.
¿Cuántas acciones debemos incluir en el plan? Como podemos suponer, depende del objetivo, las opciones, las metas y de ti mismo. Partiendo de la base de que, un plan de acción forma parte de un proceso permanente de valoraciones y revisiones, que te harán progresivamente proactivo al cambio, te sugerimos no más de cinco o seis acciones. Elige las que creas que te ayudarán a mejorar tu posición para alcanzar tu objetivo. Con la experiencia podrás seleccionar muchas más, mejores y, muchas veces, sin necesidad de escribirlas.
Partiendo del inventario de oportunidades y riesgos, hay que hacer una relación de las cinco o seis acciones que nos faciliten la atracción y la obtención de estas oportunidades, eliminen o apalanquen riesgos, puntos débiles o puedan encontrar recursos que nos falten. Este es el primer plan de acción que impulsará un proceso reforzador para alcanzar nuestro objetivo prioritario.
Seguimiento
Mientras vamos conociendo este sistema, si no nos hemos implicado en el y hemos empezado a tener buenos resultados, puede que tengamos la impresión de que aprendemos algo pero que todo seguirá como antes. Podemos contratar un Coach, o, hacer esfuerzos y asumir nuestro dominio propio, alcanzar lo que auténticamente queremos o que queramos lo que tenemos.
Pero lo primero que tenemos que asumir es que esto sólo ocurrirá, si nosotros hacemos que ocurra. El conocimiento no basta, hay que hacer lo que sabemos, solamente la acción continuada atrae y obtiene resultados. La mejor estrategia para obtener resultados es la perseverancia con perspectiva sistémica.
¿Y, cómo ser perseverante?
Con la dirección de nuestros modelos mentales y emocionales. Con una combinación de realismo y optimismo. Si nos negamos a ver los problemas y los riesgos, la acción con perseverancia nos puede llevar a un desastre. Y, peor será si sólo vemos los problemas y los riesgos. Para que consigas unos, modelos mentales y emocionales perseverantes, necesitamos perspectiva sistémica y equilibrio. Que los problemas sean minoritarios frente a las soluciones. Para que podamos conseguirlo propongo este desafío: un seguimiento permanente. De él, surgirá un proceso de realimentación que puede darnos un impulso continuo y sostenible que hará posible afrontar nuevos escenarios.
Yo también considero que el dominio personal es indispensable para emprendedores, deportistas, artistas, así como, para cualquier persona que quiera ser dueño de su vida y crear su futuro.
El Self-coaching es una de las mejores formas de conseguirlo.
Estoy de acuedo con Juan Pujol la esencia del Self-coaching. Parece muy sencillo pero es la clave también del emprendedor de cualquier objetivo y «aventura» humana.
Lo estoy practicando.