Relaciones enredadas: las redes de socialización en línea ¿son negocio?
Si tomamos la Internet, le agregamos una pizca de club social y un poco de agencia matrimonial: ¿qué obtenemos? Eso es, una red de socialización en línea. ¿Y si a esta le añadimos una agencia de reclutamiento de personal y nuestra agenda con todos los datos de nuestras amistades? Cierto, obtenemos LinkedIn. Pero esta última es sólo una de las muchas opciones a disposición de los internautas cuando de redes de socialización comercial en línea se trata.
Inspiradas en sitos Web como Friendster o Frienzy, en las que se promueven relaciones personales, las nuevas redes de socialización comercial en línea, como LinkedIn y Ryze, tienen como objetivo propiciar las relaciones profesionales. Basta con inscribirse en cualquiera de los sistemas disponibles e invitar a otras personas (amigos, colegas, etc.) a que se inscriban, y que, a su vez, inviten a otras personas a inscribirse, que, a su vez, invitarán otras personas a inscribirse, que, a su vez ¿Se entendió el mensaje? El resultado es, por supuesto, una enorme red de profesionales interconectados entre sí y dispuestos a intercambiar: opiniones, puntos de vista, recomendaciones, y toda clase de información de interés. La idea es que, al contactar a alguien, no se trata de un completo extraño, sino de alguien en quien se puede confiar, puesto que ha sido recomendado por un amigo o colega.
A parte de la buena acogida de la que han gozado estos sistemas entre los usuarios de la Red (LinkedIn, sin duda la preferida entre los expertos por sus características particulares, cuenta con 500.000 usuarios, mientras que Friedster ha llegado ya al millón), también han llamado la atención de los inversores, quienes no han escatimado en las sumas invertidas. Kleiner, Perkins, Caufield & Byers invirtió US$13 millones en Friendster; mientras que, Sequoia Capital, invirtió US$4,7 millones en LinkedIn.
El éxito de las redes de socialización en línea ha impulsado, además, la creación de programas informáticos para crear redes dentro de las compañías. Los programas desarrollados por empresas como: Visible Path, en Nueva York; Spoke Software Inc., en Palo Alto, California; y, ZeroDegrees Inc., en Santa Mónica, California, constituyen variantes de las redes en línea, cuya instalación puede llegar a costar hasta US$ 100.000, en el caso de compañías grandes.
Pero, a pesar del auge que esta nueva modalidad de hacer contactos ha logrado, las redes de socialización deben enfrentarse aún con un problema fundamental: la privacidad de los usuarios. Muchas personas temen que sus contactos sean utilizados de modo abusivo por el resto de los usuarios, aun cuando esto pudiera redundar en beneficio de la empresa. En este sentido, Spoke ha adoptado una modalidad que le permite al usuario rechazar (si así lo quiere) cualquier solicitud de información. El sistema no revela el nombre de la persona que posee el contacto (a menos que así lo quiera), con lo que se evitan visitas molestas. Asimismo, aunque algunas páginas Web permiten entrar en contacto con cualquiera de los usuarios, sin ningún requisito previo, hay algunas que exigen la intervención de contactos intermedios, que presenten formalmente a los usuarios interesados entre sí.
Sin embargo, en compañías como 3i Group pcl, los empleados reciben una compensación proporcional por contribuir con la base de datos de contactos de la compañía. Según Joel Oxman, asociado y fundador de Extractable Solutions, una compañía que desarrolla páginas Web: mientras más disponible estés, más disponibles estarán los demás para ti, lo que podría significar mayores oportunidades para el usuario.
El problema de la privacidad ha abierto, a su vez, el debate acerca de la conveniencia de que las redes sean construidas intencionalmente por los usuarios o automáticamente por los sistemas. LinkedIn y Orkut, otro proveedor en línea, han adoptado la primera modalidad, con la que se logran redes de alta calidad, dado que los contactos son elegidos por el usuario de acuerdo con sus necesidades. Por su parte, Spoke, revisa automáticamente en la Web y en las agendas de los usuarios, según parámetros preestablecidos. Pero el usuario debe, finalmente, aceptar los resultados obtenidos.
Otro problema con el que deberán enfrentarse en el futuro las redes de socialización, es su fuente de ingresos. Según algunos expertos, las redes en línea impulsarán y explotarán comercialmente el todavía incipiente cambio que se está dando de pasar de una publicidad masiva a una publicidad más personalizada. Sin embargo, no todos son tan entusiastas en este sentido. Una vez que la novedad se acabe y los usuarios se den cuenta de que las redes brindan menos de lo que ofrecen, aquellos prescindirán de estas en tropel. Y ni pensar que los usuarios están dispuestos a pagar una cuota periódica por utilizar estos servicios. Algunos consideran que en cuestión de 18 a 24 meses, sólo quedará un puñado de estas redes.
Habrá que esperar, pues, para ver cómo se desarrollarán los hechos. Lo cierto es que, por los momentos, las redes de socialización se perfilan como una gran oportunidad de estrechar las relaciones profesionales y de aprovechar los recursos que de otro modo no estarían a nuestra disposición. Además, si se llega a materializar la posibilidad de hacer compatibles entre sí todos los sistemas, en el futuro podremos disfrutar de beneficios que hoy en día ni siquiera podemos prever. Por los momentos damos nuestro voto de confianza a las redes de socialización comercial en línea.