Poligamia Laboral
En pleno siglo XXI y después de tantas reflexiones, propuestas, foros y discusiones alrededor del mundo que destacan lo anacrónico de los paradigmas que aún rigen la vida laboral, buena parte de empresas y organizaciones siguen empeñadas en generar compromiso en su gente y en producir en ellos una especie fidelidad religiosa en cuanto a la visión, misión y valores de la empresa.
Aparentemente la mayoría no entiende que las personas no trabajan porque es lo que más desean hacer en la vida, ni están buscando formar parte de un clan o secta laboral: Trabajan porque necesitan ganar dinero, mejorar su condición de vida, elevar su status y disminuir las limitaciones que existen en sociedades de consumo. Cualquier cosa que se diga distinto a esto es simplemente utópico.
Claro está, sí existen personas que trabajan por amor al arte, filántropos de corazón y convicción, pero aún ellas deben enfrentar la necesidad de alimentarse, vestirse y poseer el mínimo de recursos y herramientas para llevar a cabo su función ante la sociedad, por lo que deben generar dinero o poseer alguien que lo haga por ellos. Así de simple.
Pero sea como sea, no se le puede pedir a las personas que se casen con una idea, un sueño ajeno, del cual son solo partes reemplazables pues, aunque se empeñen en negarlo, para nadie es un secreto que una de las decisiones que suelen estudiarse en momentos de crisis presupuestarias es el recorte de personal y que no importa cuánto haya dado una persona a la empresa, si existe algo que amerite su salida de la misma lo deberá hacer como si su esfuerzo careciera de valor. Entonces ¿cómo exigir algo basado en una ilusión?
En vez de empeñarse en inyectar en las venas de los colaboradores lo que creen que es la empresa, quienes la dirigen deberían preocuparse por saber cómo el talento y las habilidades de cada persona pueden ser útiles tanto para su visión como para la de ellos. Esto es lo que se espera y desea ¿qué desea y espera usted? ¡Coestime!
En esta enredada realidad de sueños propios y ajenos, de la pretensión de seguir una corriente organizacional para poder mantener una posición que provea de recursos sociales y económicos existe una realidad que justamente enfrenta ese paradigma de exigir compromiso en las personas que laboran en la empresa partiendo de una fidelidad que no necesariamente existe, y es lo que he llamado la Poligamia Laboral.
En pocas palabras la Poligamia Laboral es el actuación múltiple y simultanea del ejercicio laboral en más de un escenario, en donde la (s) única (s) visión (es) y misión (es) que en realidad cuentan son las que posee el individuo.
Tal vez no todas las personas la practiquen, pero buena parte de los profesionales no sólo tienen un trabajo, pueden tener dos o más. Eso significa que debe manejar, interiorizar y modelar valores similares o distintos en cada uno de ellos y, por si fuera poco, demostrar con la misma efectividad y, siguiendo los mismos patrones exigidos por esos paradigmas obsoletos, que esta comprometido con la empresa una vez que ingresa a ella. ¿Es esto posible? Claro que lo es, pero no como lo teorizan quienes imaginan que el empleado debe estar comprometido con la empresa para lograr así que las metas se cumplan, por el contrario, ha de estar tan comprometido con sus expectativas que no le importa el esfuerzo y los retos que debe enfrentar para poder materializarlas.
Debe dejar de hacerse énfasis en el compromiso. El compromiso es personal, la identificación es colectiva. Debe dejarse de forzar a los empleados a memorizar y recitar la visión y la misión de la empresa cual si fuese una cartilla. En vez de enfocarse en esas cosas la empresa debería orientarse a lo medular y ofrecer a sus colaboradores lo que éste necesita para no serle infiel, para cubrir sus necesidades y construir lo que busca, lo que sueña, pues de lo contrario la empresa no solo estará construyendo un castillo de naipes, bajo la absurda creencia de que su gente está comprometida con ella, sino que sufrirá de manera constante y segura de alta rotación, fuga de cerebros y bajo rendimiento, pues no se puede exigir alto desempeño cuando se debe distribuir en tiempo en escenarios diversos.
Para el empleado la tenencia de varios empleos puede resultar cansado o interesante, exigente o lucrativo, entre otras tantas coincidencias o contradicciones, pero para la empresa solo significa una cosa: Esta no satisface las expectativas económicas y profesionales de quien lo practica por necesidad y no por hobby. ¿Cómo se puede estar comprometido con alguien o algo bajo esas condiciones? ¿Cómo se puede exigir que se identifique con una visión que, aparentemente, no lo incluye en realidad?
La Poligamia Laboral cada día es más común y podría ser una ventaja y a la vez una desventaja para el mercado laboral. Todo depende de cómo se vea. En el capítulo dedicado a este tema de mi libro Gerentes Ineptos podrán leerse a detalle las características y demás elementos sobre este tema.