Pagar impuesto por usar el sol… ¿es la solución?
Haciendo un análisis de las legislaciones de algunos países, referente a la promoción de la generación y uso de las energías limpias, he encontrado un hito que me llamó de forma abrumadora la atención: “El Impuesto al Sol”.
Entiendo que dentro de las estructuras fiscales, los Estados deben estimar los recursos a recaudar y planificar la forma de recolectarlos, de manera tal que el flujo de caja esperado de las arcas del tesoro, pueda funcionar adecuadamente para toda la estructura operativa de ese Estado.
Por otro lado, si analizamos alguna referencia de sitios públicos (vg. Las Playas, Bosques o Parques Públicos Protegidos), en muchos casos, se impone el pago de una tarifa por su uso; regularmente tratada como un tique o tiquete de entrada, a manera de “Contribución”. Estos aportes, suelen ser destinado al mantenimiento del área en la que se está cobrando. Es decir, si es playa, se destinan esos fondos, por ejemplo para la limpieza y estructuras funcionales. En el caso de un parque, por ejemplo: al mantenimiento de la vegetación, caminos, áreas de servicio.
Ahora bien, cobrar un impuesto o peaje, ¿Por usar el Sol? En realidad, es algo que sobrepasa la imaginación de muchos habitantes del planeta. Pues bien, esto está ocurriendo en España.
España ha sido, por mucho tiempo, el modelo fiscal que ha servido de referencia para la redacción de las legislaciones en casi todos los países de Latinoamérica. Independientemente que algunos de ellos, hayan realizado mejoras o adaptaciones para ajustarlos a sus realidades o necesidades. Incluso, puedo afirmar que, en lo personal, ha sido motivo de admiración lo genial de muchas de las soluciones que, en materia fiscal los españoles han diseñado.
Sin embargo, debo afirmar que este enfoque de “Impuesto al Sol”, por los momentos, no da lugar para una discusión técnica profunda. Considero que hay otras alternativas en economías abiertas, que permiten tanto a los Estados como a las empresas adaptarse a las nuevas realidades de los mercados y de las tecnologías, de manera tal que les permitan compensar y equilibrar las cuentas; dicho de otra forma, reinventarse.
Afortunadamente, de las referencias que hemos podido investigar, hasta ahora, los países Latinoamericanos no han copiado este esquema, muy por el contrario, se ha estimulado el uso de la generación de energía alternativa y limpia. Siendo este un compromiso de la mayoría de los países del mundo con los convenios relacionados con el medio ambiente; que además, tienen metas que cumplir en los próximos años como resultado de esos acuerdos.
Como parte de los incentivos, en varios países, lo han instrumentado con un elemento que lo hace muy atractivo… “Balance Neto” o compensación. Cuando el usuario que tiene instalado por ejemplo, un sistema fotovoltaico en su unidad/instalaciones, genera mayor cantidad de energía de la que consume, este excedente se puede “vender” a la Red de Distribución Eléctrica a la cual está conectado. Generalmente, se refleja como un crédito a la cuenta del cliente, que luego es compensado con sus consumos.
En algunos países, la cantidad de energía que se puede “vender” tiene límite con respecto a su consumo promedio, usualmente oscila entre 15% a 25%. Para los que están en capacidad de generar mucho más, la legislación de los países que lo permiten, les establece regulaciones especiales que deben cumplir.
Citando parte de nuestro artículo anterior, de acuerdo al presupuesto y expectativas, el sistema fotovoltaico “On Grid” puede o no ser híbrido. En el caso de ser híbrido, el excedente puede almacenarse en las baterías, para ser utilizado durante las horas que no se tiene suficiente radiación solar (noche o días muy nublados). De no tener sistemas de almacenamiento (baterías), si tiene excedentes, lo puede entregar a la red de distribución eléctrica, de acuerdo a lo que permite la legislación de cada país, en concordancia con la conveniencia de cada uno. Que se den ambas situaciones descritas, también es posible; cargar las baterías del sistema y generar excedente para vender a la Red.
Es decir, que si además de cubrir las necesidades de nuestra unidad (autoconsumo), podríamos “generar” algún dinero extra, parece que estamos ante una buena oportunidad de inversión. Sin el menoscabo de considerar que seríamos conscientes y responsables con nuestro planeta y estaríamos contribuyendo a la reducción de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Por suerte para la Región, en los actuales momentos existen varias iniciativas de la mayoría de los países Latinoamérica las cuáles debemos saber aprovechar, tanto para viviendas, comercios e industrias.
Los temas técnicos, financieros y fiscales dan mucho para conversar y discutir.
Siempre y cuando, el objetivo sea encontrar una opción que sea beneficiosa para todas las partes, estoy seguro que la solución existe.