Los cambios de paradigmas, el stop a la frustración
Todos los seres humanos desde su formación inicial van construyendo principios, valores y creencias que en conjunto conformarán los paradigmas que serán los que guían los comportamientos, permitan el desarrollo de competencias y contribuyen a que el individuo se adapte al cambio.
La capacidad que tiene un individuo para adaptarse al cambio y flexibilizar sus comportamientos lo prepara para equilibrar las emociones, evitar las frustraciones y evolucionar en la creación o modificación de sus paradigmas. Esta competencia es referencia para conocer las conductas de adaptación o no a los cambios sociales, profesionales, personales o cualquiera que se encuentre en el conjunto de expectativas y creencias de la persona.
Cuando se es emocionalmente inteligente los cambios de paradigmas se convierten en habilidades desarrolladas a través de:
- Flexibilizar la conducta para aceptar y adaptarse fácilmente a los cambios del entorno.
- Promover el cambio como proceso de mejora continua.
- Administrar eficientemente los objetivos, buscar estrategias tácticas y estudiar escenarios.
Las personas que se preparan para evitar la frustración son capaces de buscar oportunidades, adquirir nuevas habilidades, desarrollar destrezas, incorporarse a ambientes novedosos y nuevos entornos.
Los cambios de paradigmas constituyen un stop a la frustración en el sentido de que prepara al ser humano para que el conjunto de cosas que siguen un diseño o modelo de ideas o comportamientos sean modificables para encaminar sus acciones al logro de objetivos, se utiliza además para definir los filtros que impone el cerebro.
Un nuevo paradigma es un nuevo modelo que surge por el descubrimiento de maneras diferentes de ver y ejecutar las cosas para lograr el éxito o la autorrealización. En otro orden de ideas se puede afirmar que:
- En forma científica, en la actualidad es usado como sinónimo de modelo, teoría, percepción y marco de referencia para alguna acción.
- En términos generales se dice que el paradigma es la forma como vemos, percibimos e interpretamos el mundo. Aquí se considera el círculo de influencia y aquello que no se puede modificar.
- Thomas S. Kuhn, historiador científico y autor de la estructura de las revoluciones científicas, llevó el concepto del paradigma al mundo científico.
Estos modelos de paradigmas son realizaciones científicas y universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones en cualquier ámbito.
Para que un individuo no experimente frustraciones y actúe con las competencias de la inteligencia emocional debe estar formado desde sus primeras experiencias bajo los principios de interdependencia, ésta es un concepto clave para comprender los procesos de realización humana, como afirma Phip Snow, la interdependencia es el poder espiritual que otorga sentido a todo el universo y consiguientemente a todos los elementos que conforman el universo.
La superación del ser humano, la madurez en los procesos de experiencia y aprendizaje en las vivencias diarias van a depender del tipo de interrelaciones que se establezcan en el entorno social, familiar y profesional. Como asegura F. Capra todos los miembros de un ecosistema están interconectados en una basta y complicada red de relaciones que conforman la trama de la vida. Nosotros los humanos, lo mismo que los demás seres, somos lo que somos, como consecuencia de esas relaciones.
Por estas diversas razones los seres humanos van desarrollando y madurando desde que nacen y se relacionan, de la formación que adquieran y de la interdependencia que desarrollen. En la evolución se convertirán en un ser libre y responsable, que responde a otros y a su medio ambiente, esencialmente relacionado y naturalmente comprometido con sus propios principios y valores.
Serán las relaciones dinámicas las que determinan la interdependencia de los diferentes elementos que integran la realidad humana y sobre los que los individuos forman sus paradigmas, crean patrones de conducta, desarrollan competencias y sobre los que establecen los cimientos de conducta esenciales para evolucionar y evitar las frustraciones.
La forma como se interactúa es uno de los aspectos fundamentales de las relaciones diarias y por lo tanto del comportamiento humano. La interdependencia sería esa intrincada red de relaciones en donde el éxito del sistema de interrelaciones como un todo depende del éxito de cada parte, y al revés, el éxito de cada individuo depende del éxito del sistema social como un todo.
Cuando un individuo es realmente apto para afrontar situaciones y suficientemente flexible para adecuar pensamientos y acciones a nuevas actuaciones, es capaz de no experimentar la frustración y por el contrario adecuar sus actuaciones hacia un cambio de paradigma que realidad pasa a ser un actor eficiente en ambientes de incertidumbre.
La revisión constante de las ideas, axiomas y postulados de cada individúo sobre su forma de pensamiento y patrón de conducta serán los que hagan de la conducta humana un proceso de retroalimentación continuo basado en la eficiencia personal.
La frustración por el contrario es una respuesta emocional común a la oposición relacionada con la ira y decepción, que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento de la voluntad individual. Cuanto mayor es el obstáculo y la voluntad, mayor también será probablemente la frustración.
Este sentimiento de frustración puede ser interno o externo. En las personas, la frustración interna pueden surgir de problemas que conducen a alcanzar el triunfo; si se controlan las emociones adecuadamente el sistema humano interno se programa para el cumplimiento de las metas personales y deseos, así como a reorganizarse si ocurre un imprevisto.
En ocasiones las situaciones de frustración aparecen en los sentimientos y emociones primarias que entran en conflicto y también pueden ser una fuente interna para la frustración, cuando uno tiene objetivos contrapuestos que interfieran unos con otros se crea una disonancia cognitiva que puede o ser consecuencia de una frustración o dar lugar a una frustración.
Las causas externas de la frustración implican condiciones fuera de un individuo, como un objetivo difícil, una meta no acorde al rendimiento del individuo o deseos inalcanzables. Mientras que al hacer frente a la frustración, algunas personas pueden participar en el comportamiento pasivo-agresivo, lo que hace difícil identificar las causas originales de su frustración, ya que las respuestas son indirectas. Una respuesta más directa, y común, es una propensión a la agresión o un bloqueo que no permite determinar las causas ni las soluciones.
Todo esto es determinante para tomar conciencia sobre lo importante que resulta para todos los ámbitos (personal, social, profesional) el conocer cuáles son las fortalezas y oportunidades que se tienen a fin de acondicionar los pensamientos y acciones necesarios para los logros y metas, ello con el objeto de reorganizar y retroalimentar constantemente nuestro sistema interno y externo de relaciones. De esta manera se puede frenar la frustración.