La Gestión del Riesgo
Un empresario debe saber correr riesgos calculados. No rehúsa los desafíos, pero tampoco es un jugador. Evita las situaciones en que el riesgo es muy pequeño, porque no entrañan ningún reto y no prometen gran cosa. También sabe evitar las situaciones en que el riesgo es excesivo, porque lo que quiere es triunfar. Por lo tanto evalúa debe saber evaluar con realismo los riesgos que vale la pena correr.
Ser empresario significa correr riesgos, por lo que debe trabajar bajo la presión de la necesidad de asumir riesgos, debiendo comprender que la posibilidad de un fracaso siempre existe.
Existe riesgo cuando se tienen dos o más posibilidades entre las cuales optar, sin poder conocer de antemano los resultados a que conducirá cada una. Todo riesgo encierra, pues, la posibilidad de ganar o de perder; cuanto mayor es la posible pérdida, tanto mayor es el riesgo.
Como todo aquel que acepta riesgos, el empresario o directivo deberá tomar decisiones de resultado incierto, evaluando las posibilidades de ganancia en relación con las posibilidades de pérdida. Que se opte finalmente por una alternativa arriesgada o prudente dependerá de: a) los atractivos de cada una; b) su mayor o menor disposición a aceptar la posible pérdida; c) las posibilidades de éxito o fracaso de cada alternativa; y d) el grado en que juzgue factible en cada caso aumentar las probabilidades de éxito y disminuir las probabilidades de fracaso gracias a sus propios esfuerzos.
Lo anteriormente expuesto merece una mayor explicación. Así cuando hablamos de los atractivo de una propuesta o posibilidad de negocios, debemos analizar que tan rentable puede ser la misma (Ejemplo: rentabilidad de entre un 20% o 25% anual sobre el capital invertido); en cuanto a la disposición a aceptar posibles pérdidas debemos considerar tanto la capacidad psicológica de asumir la misma, pero también y vinculada a la anterior, la capacidad patrimonial para afrontarla (Ejemplo: no es lo mismo perder $ 20.000 para quien posee una patrimonio de un millón de pesos, que perder el mismo importe para quien posee $ 50.000.-; además no es lo mismo perder en un negocio cuando aparte se poseen otros negocios generadores de utilidades, que perder en el negocio que absorbe todo nuestro patrimonio y dedicación). En relación a las posibilidades de éxito o fracaso de los negocios a encarar, se trata de probabilidades porcentuales, como por ejemplo un 50% de probabilidades para lograr una rentabilidad de un 20%, o un 5% de llegar a tener pérdidas. De donde se toman tales datos? Lo mejor es consultar con un consultor que contando con informes estadísticos y experiencia en negocios sepa y pueda guiar al empresario en el análisis del negocio o actividad en cuestión. El cuarto y último punto responde al grado en que el empresario considere que puede adoptar medidas para facilitar la consecución de los objetivos o evitar posibles pérdidas, un claro ejemplo de ello es la persona que dedicada a labores agrarias contrata un seguro contra granizo par evitar pérdidas, o bien pretende asegurar ganancias mediante la venta de su cosecha a futuro. En la medida que los resultados dependan de factores no controlables por el empresario sus posibilidades de éxito disminuirán y se incrementarán sus niveles de riesgos; un claro ejemplo de ello son las actividades de carácter bursátil, sobre todo en países emergentes.
Cabe acotar que éste análisis de riesgos no debe solamente efectuarse antes de encarar una nueva actividad o inversión, sino en todo momento, ya que si cambian las condiciones del entorno o la propias condiciones del empresario, algo que hasta ayer tenía determinados niveles de probabilidad, rentabilidad y riesgos, hoy pueden dejar de ser tales.
Por tal motivo razonar y monitorear de manera permanente la situación en cuanto a los niveles de riesgo es fundamental y forma parte del pensamiento estratégico.
Dos cualidades esenciales de todo buen empresario es que está dispuesto a correr riesgos y es creativo. Si posee creatividad, se le ocurrirán mejores ideas, y cuando pueda elegir entre varias buenas ideas, le resultará más fácil correr los riesgos necesarios para poner en práctica la que le parezca más prometedora.
La capacidad de cada individuo para asumir riesgos depende en cierta medida del grado en que el mismo es influido por otros, de su experiencia, de su situación actual y de sus expectativas para el futuro.
Antes de emprender cualquier actividad o inversión, el empresario tiene que analizar sistemáticamente si implica o no riesgos. Cuando llega a la conclusión de que ciertas alternativas entrañan determinados riesgos, su resolución de asumirlos o no cobra una importancia decisiva. La capacidad de un empresario para asumir riesgos aumenta si: a) tiene confianza en sí mismo; b) está dispuesto a poner en juego toda su capacidad para incrementar al máximo sus probabilidades de éxito; c) sabe evaluar con realismo tanto los riesgos como su propia capacidad para influir en dichas probabilidades; y d) considera los riesgos desde el punto de vista de las metas que se ha propuesto.
Correr riesgos es una función esencial de todo empresario. El mismo debe fijarse objetivos que valgan la pena, y después utilizar toda su capacidad para alcanzarlos. Naturalmente, cuanto más ambiciosos sean los objetivos, tanto mayores han de ser los riesgos.
Así pues, las innovaciones gracias a las cuales disponemos de mejores productos y servicios son el fruto de la acción de empresarios que han sabido vencer dificultades considerables y aceptar riesgos calculados.
Cuestionario de análisis
A continuación se detallan algunas preguntas que son muy convenientes a la hora de adoptar cualquier decisión que comporte algún tipo de riesgo.
- ¿Vale la pena correr este riesgo para alcanzar el fin que me he propuesto?
- ¿Cómo puedo reducir el riesgo en la mayor medida posible?
- ¿Qué información me hace falta antes de asumir el riesgo?
- ¿Con qué recursos humanos y de otra índole sería posible reducir el riesgo y alcanzar el objetivo?
- ¿Es éste un riesgo de envergadura?
- ¿Cuáles son mis temores ante este riesgo?
- ¿Estoy verdaderamente dispuesto a no escatimar esfuerzos para alcanzar el objetivo?
- ¿Qué es lo que conseguiré si corro este riesgo?
- ¿Qué preparativos tengo que hacer antes de asumir el riesgo?
- ¿Cómo podré determinar en términos cuantitativos si he alcanzado mi objetivo?
- ¿Cuáles son los obstáculos principales para conseguir mis fines?
Este cuestionario que debe realizarse así mismo el empresario, profesional o directivo, son muy importantes a la hora de asumir racionalmente riesgos. Las preguntas precedentes no son sino ejemplo de otras muchas que el empresario puede y debe hacerse antes de arriesgarse, si no quiere exponerse innecesariamente al fracaso.
Secuencia de pasos a realizar a la hora de analizar los riesgos
1º Evalúe los riesgos. Lo primero que hay que hacer es ver si existen riesgos, esto es, si es posible sufrir algún perjuicio optando por cierta alternativa.
2º Tome en consideración las políticas y objetivos de la empresa. Su paso siguiente consiste en tomar en consideración las políticas, valores y objetivos de la empresa, o los suyos propios de tratarse de una decisión individual o profesional. Así pues una empresa puede seguir una política de crecer lentamente, o de crecer a ritmo normal, o de no crecer en absoluto, o de expandirse sólo en el sector de nuevos productos. Al profesional o empresario corresponde decidir si asumir el riesgo en cuestión estaría o no en consonancia con los objetivos establecidos.
3º Defina claramente cada alternativa. Efectuados los pasos anteriores es menester que proceda a examinar cada alternativa de manera tal de evaluar sus costos con objetividad. El costo principal es de carácter financiero, pero siempre que proceda deberá también incluirse los costos personales, sociales y de otra índole. Así por ejemplo, cierta alternativa puede exigir del profesional un esfuerzo excesivo, o un posible fracaso podría menoscabar su prestigio. Es por lo tanto fundamental, determinar tanto los costos financieros, como de otra índole.
4º Reúna la información pertinente y pese las alternativas. Deberá reunirse toda la información necesaria para estimar las posibilidades que ofrece cada alternativa. El empresario o directivo debe estudiar cada posibilidad hasta sus últimas consecuencias, haciéndose preguntas como éstas:
- si el mercado actual alcanza su punto de saturación, ¿sería posible estimular la demanda en otros mercados modificando el producto?;
- si la intensificación de la competencia reduce mi parte del mercado, ¿habrá posibilidades de penetrar en otros mercados con el mismo producto?;
- en caso de que me viera en necesidad de comenzar a fabricar otros productos con las nuevas máquinas, ¿sería posible adaptarlas fácilmente para fabricarlos?;
- si la demanda se incrementa, ¿es probable que mis proveedores y subcontratistas me aumenten sus precios?
5º Reduzca los riesgos cuanto pueda.La importancia de esta fase no puede exagerarse. Para disminuir los riesgos es indispensable que el empresario valore con realismo la medida en que está en sus manos aumentar las probabilidades de éxito. Para ello es menester que el empresario o profesional: a) tenga una idea muy clara de su propia capacidad y de la de su empresa; b) demuestre su creatividad encontrando maneras de influir en dichas probabilidades; c) sea capaz de planificar en general y en detalle cómo procederá para influir en ellas; y d) tenga el empuje, la energía y el entusiasmo de llevar a buen término sus planes.
6º Planifique la ejecución de la alternativa elegida. Una vez seleccionada una de las alternativas, deberá prepararse un plan para ponerla en práctica. Este plan debe fijar fechas, definir claramente los objetivos, prever los diversos resultados a que puede llevar la decisión tomada, planificar en detalle para cada resultado la conducta ulterior a seguir y establecer un procedimiento para vigilar la aplicación del plan a fin de que se le pueda efectuar rápidamente todo cambio que resulte necesario.
Conclusiones
Resulta imposible escapar al riesgo, toda actividad la tiene, la cuestión es evaluar los niveles de riesgos, las capacidades que tenemos para afrontar las mismas, las consecuencias que puede traer aparejadas, y por sobre todo tener una clara conciencia de aquellos factores de los cuales depende que podamos o no lograr los objetivos. En la medida en que tomemos en consideración los aspectos antes desarrollados, mayores probabilidades de evitar riesgos innecesarios o protegernos convenientemente de ellos tendremos.
Hola, son estudiantes de administraciòn, pero me gusta leer todo lo que venga de los expertos en gerencias. El tema me gusta por que hay habilidades de los expertos que no las muestran los libros.
Me gustaria recibir mas información sobre el riesgo. GRacias
Todas las decisiones que tomamos llevan a tomar riesgos (ganar o perder). Yo me arriesgo para ganar si se que puedo ganar aunque se puede perder. En finanzas, los riesgos que se toman para ganar más dinero siempre son más elevados, pero sí se gana, la recompensa es enorme. Todo proyecto deberá analizarce en una piramide que mida el porcentaje de riesgo. Pienso que el negocio más fructifero en esta vida (es el más sucio de todos) es el narcotráfico, claro, el riesgo que se corre es la perdida de la vida.
Muy importante este artículo estoy haciendo un diplomado en Gerencia del talento Humano e Investigación Social,me pueden colaborar con artículos acerca de los valores corporativos. Gracias. Jazmin Hurtado M. Colombia
En estos momentos nos encontramos enfrascados en la identificacion de los riesgos en nuestra empresa para elaborar un plan en aras de minimizar los efectos de los mismos.
Nos gustaria un intercambio en este sentido
Me sirvió para refrescar conocimientos sobre el tema. Deseo cultivarme un poco más en este tema, por favor necesito más información, dentro de lo posible……….felicidades
El articulo me pareció bastante bueno, investigó sobre el tema, de hecho es mi tema de doctorado el cual me gustaria intercambiar con otros colegas respecto al mismo, sobre todo en lo que respecta a los riesgos financieros en las instalaciones hoteleras.