La empresa familiar en latinoamérica a través de sus cátedras
El desarrollo de los conceptos modernos de la Empresa Familiar en la región latinoamericana es, como en todos los países, de data reciente. Sólo que en este caso, el impulso de las instituciones y la estructura de formación adecuada al empresario tardó un poco más en madurar, ya que el manejo del conocimiento venía de países más avanzados y con más tradición en materia de desarrollo integral de sus organizaciones: los Estados Unidos, el Reino Unido y la Europa Continental.
Es así como la entrada del conocimiento llega con cierto retardo, sin dejar por ello de causar el mismo efecto entre la población empresarial. Lo que resulta paradójico es que uno de los primeros laboratorios del desarrollo de los modelos básicos de las empresas de carácter familiar es justamente latinoamericano: viene del trabajo desarrollado por Richard Beckhard en la década de los años setenta en Venezuela, con quien se convertiría con el tiempo en una de las autoridades en el tema más respetadas del mundo: Iván Lansberg Senior, quienes junto al padre de este, Iván Lansberg Hernández, publicaron algunos de los primeros trabajos de importancia relacionados con el tema de las empresas familiares en el mundo.
Los investigadores latinoamericanos no tardaron en ponerse en contacto con estos conceptos, bien porque estudiaban en las escuelas de negocios norteamericanas e inglesas, o bien porque sus inquietudes los llevaron a tener acceso a algunas de las publicaciones iniciales sobre la materia. Es así como comienzan a invitar a catedráticos extranjeros quienes, con paciencia y mucho entusiasmo, integraron el movimiento académico que lidera el mundo de la investigación de la empresa familiar en Latinoamérica.
Las cátedras pioneras en la materia, se desarrollaron en los países del Cono Sur: la Cátedra de Empresas Familiares Albert von Appen, creada en 1991 en la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, que dio paso posteriormente al Centro de Empresas Familiares, entidad especializada en otorgar los servicios y atender las necesidades requeridas por los dueños de compañías que buscan la continuidad de sus negocios. Otra institución chilena, ESE, fundó posteriormente la Cátedra de Empresas de Familia Jorge Yarur, dedicada a la docencia, investigación y difusión del perfeccionamiento del conocimiento de las empresas familiares.
Aquel mismo 1991 comienzan en Argentina los primeros seminarios a cargo del Centro de Empresas Familiares (CEFam) y la Cátedra de Empresas Familiares del IAE, abocándose a la investigación y la publicación de artículos en diferentes medios. Cinco años después, de la mano del enfoque interdisciplinario, se crea la Cátedra Libre de Empresas Familiares Léon A. Danco, en la Universidad de Flores (UFlo) en Buenos Aires, haciendo hincapié en las necesidades prácticas de conocimiento de los restantes tipos de enfoques para cada asesor. Para este entonces, ambos institutos habían establecido lazos de colaboración con la Cátedra de Empresas Familiares del IEEM de Montevideo, en Uruguay. Igualmente notable fue, para principios de esa misma década, la fundación de la Asociación de Mujeres en Empresas Familiares de Argentina (AMEFA), que si bien no fue alojada por alguna casa educativa de carácter universitario, protagonizó un resaltante papel en la formación de las emprendedoras de este país.
El segundo foco en importancia de estudios en el continente se generó en México a través de centros de investigación y formación adscritos a institutos educativos de alto nivel: El Centro de Desarrollo de la Empresa Familiar del Instituto Tecnológico Autónomo de México (CEDEF), creado con la intención de llenar el vacío de ideas y la carencia de apoyo que existen en este campo, el CEFAM del Tecnológico de Monterrey, cuya misión es la de fomentar el espíritu empresarial en las familias dueñas de empresas a través del mejoramiento continuo y el Centro de Empresas Familiares, fundado en 1999, en la Universidad de Monterrey, creada con el propósito de apoyar la continuidad de los negocios y firmas familiares.
Aunque el siglo XXI ha visto el nacimiento de diferentes cátedras, centros de investigación e institutos dedicados a la difusión de los conceptos de la empresa familiar en prácticamente todos los países latinoamericanos, es de destacar el papel que se ha desarrollado en la región del Caribe en los últimos tres años en el área de la investigación, asesoramiento y publicaciones en la materia: el Centro de Apoyo a la Empresa Familiar, con el apoyo del INALDE, así como el trabajo de la Universidad ICESI y la Universidad de Externado en Colombia, el IESA y Unitec en Venezuela, y finalmente la encomiable labor desempeñada por la Escuela de Negocios Alta Dirección, originaria de Mendoza, Argentina, quienes ha llevado su filosofía a quince sedes de doce países de Ibero América, orientada a la formación de empresarios responsables del destino, la armonía y la continuidad de sus empresas familiares.