El restaurante oscuro
Reflexiones sobre Online Educa Berlin 2008, la conferencia sobre eLearning y Gestión del Conocimiento más importante del mundo, celebrada este mismo mes en la capital alemana.
Esta vez escribo en un avión, regresando a casa tras pasar 4 días en Berlín, en el congreso Online Educa. A día de hoy, esta es la reunión más importante del mundo sobre formación en red: creo sinceramente que Online Educa está por encima de otras grandes conferencias globales tales como eLearn, en Norteamérica o eLearning World, en Japón. Las supera por tradición (es la más antigua), por calidad de presentaciones (son las más novedosas) y por la gran afluencia de expertos internacionales (están casi todos los que son).
Además de comprobar los últimos avances en la materia y participar en el evento, como ponente y moderador, he podido compartir estas jornadas con buenos amigos del sector, lo que siempre resulta reconfortante.
Este año se celebró por vez primera el Seminario Iberoamericano, integrado como un capítulo más dentro de la conferencia global, en substitución del Online Educa Madrid. En mi modesta opinión, fue una edición inaugural de una altura importante y no me extrañaría que pronto surgiesen novios queriendo patrocinarlo en algún país latinoamericano, porque se necesita un buen meeting de este estilo en el Hispanoamérica: la zona está adoptando nuevas tecnologías para la formación, con demasiada rapidez como para no tener eventos de primera fila donde presentarlas.
Este forum contó con una apertura de lujo, a cargo de Juan Carlos González (Director de la Escuela de Administración Pública de Castilla y León. Tuvo luego algunos paneles interesantes, moderados por personas muy acreditadas en el mundo de la formación: Francisco García Peñalvo (Vicerrector de Innovación Tecnológica de la Universidad de Salamanca, Mª Jesús López (Secretaria General de <a target=_blank href=AEDIPE-Centro) o la sesión de clausura, a cargo de Elena Coello (Agencia Ejecutiva de Educación Audiovisual y Cultura, Comisión Europea).
La conferencia mundial, celebrada a continuación, conoció la máxima afluencia de delegados de su historia: más de 3400 personas de los cinco continentes. Es la quinta vez que este autor acude a Online Educa Berlin y, a pesar de que siempre es una reunión de mucho nivel, yo nunca había visto tantos stands, salas tan abarrotadas, pasillos tan atestados de gente y, en general, tanta animación. 101 sesiones paralelas, 17 talleres pre-congresuales, 18 demostraciones, algunos contenidos verdaderamente notables y, como siempre pasa en jornadas tan masificadas, otros prescindibles. En resumen: un tono excelente.
Como decía al principio del artículo, estos días también he tenido ocasión de compartir mesa y mantel con varios amigos del sector, durante los días del congreso. Uno de ellos, un alto directivo muy acostumbrado a viajar por motivos profesionales, me habló de un restaurante berlinés en el que estuvo hace unos años. Es un local que está completamente a oscuras: te sientan en la mesa, llevándote de la mano, y te sirven sin que veas absolutamente nada (ni a tus compañeros de mesa, ni a los camareros, ni siquiera el mobiliario). Además, se te pide que comas en silencio. Se hace así para que puedas degustar los alimentos, concentrándote totalmente en el sabor y sin perderte en detalles superfluos, sin despistarte por culpa del entorno.
Me pareció un sistema original y su enfoque me dio que pensar, pues es más profundo de lo que parece. ¿Cuántas veces nuestro entorno socioeconómico, torbellino de información, opiniones y ruido, nos distrae de lo verdaderamente importante, de aquello que resulta nuclear en nuestro trabajo? ¿Con qué frecuencia el acceso a un exceso de datos no genera ningún conocimiento, no produce saber verdadero? ¿Por qué dejamos que creencias populares, fundamentadas o no, se conviertan en nuestras propias creencias, a falta de un mejor criterio autónomo? ¿En cuántas ocasiones la voz de otros apaga nuestra propia voz interior? Me temo que demasiadas veces.
Últimamente estamos a vueltas con la crisis económica. Obviamente, la crisis es un hecho objetivo e innegable: está aquí y es importante. Pero quizá estamos hablando demasiado de ella: no dejamos de recordarla a todas horas, mañana, tarde y noche. Los medios de comunicación, los líderes de opinión, el mundo financiero, nos repiten un mismo mensaje y no nos dejan tranquilos: esto se hunde, todo se hunde. ¿Cómo no van a influirnos, a crear en nosotros una cierta sensación de descalabro general? En un restaurante normal, todo eso sería el entorno: los otros comensales, las luces, las risas, los camareros, los relucientes cubiertos.
Pero para este autor, que trabaja en formación y organización corporativa, un evento de las características de Online Educa permite algo parecido a visitar el restaurante oscuro en el que estuvo este amigo: centrarse en los alimentos y dejar el entorno en un segundo plano. Olvidarse por unos días de la tan manida recesión y atender sólo a los nuevos sistemas educativos que se siguen desarrollando: concentrarse en el sabor de la comida, silenciando el ruido externo.
Si uno recuerda las conversaciones que ha tenido con expertos mundiales y revisita los nuevos paradigmas formativos que continúan implantándose, cada vez con más fuerza, debe reafirmarse en la conclusión a la que llegó trabajando sobre estos mismos métodos, para algunos clientes, hace ya unos meses: la crisis impactará sobre el sector de innovación pedagógica de forma muy relativa. Provocará sólo daños controlables, diría yo. Prosiguen su avance las herramientas educativas basadas en desarrollo competencial, en realidad virtual y en web 2.0, y son demasiado potentes como para creer que estas actividades también va a desplomarse. Nuestra industria va a aguantar este periodo duro muy dignamente, saliendo incluso reforzada: los alimentos son mucho mejores, más energéticos, muy vitaminados y de alta calidad. El crecimiento del aprendizaje colaborativo no tiene marcha atrás, por mucho que nos empeñemos en ser catastrofistas: no lo frenará la crisis, como tampoco ha frenado la implantación de las Redes Sociales, la Blogosfera, Linux o el propio eMule, porque son modelos superiores. Bien al contrario, estos nuevos sistemas amortiguarán notablemente el efecto de la recesión en nuestro sector, contrarrestarán parte de su fuerza.
El lector está en su perfecto derecho de no creerlo, incluso de sonreír al leerlo, y sólo puedo argumentar en mi defensa que el tiempo dará y quitará razones. Esperen un poco, tan sólo un año, y verán si es o no cierto lo que digo: habrá ralentización del sector educativo, pero bastante más breve y mucho menos virulenta que en otros ámbitos empresariales. Si Ustedes se dedican a la formación, busquen su propio restaurante oscuro, degusten lo que está cocinándose y llegarán a esta misma conclusión.
Excellent, dear Inigo
Dr. Babot, yo también estuve allí y me gustó mucho ver tu crónica. Seguí escribiendo y contanos tus andanzas, por favor.
Para cuándo tendremos un evento así en habla hispana?