El Despido
Tema áspero, uno nunca quisiera que sucediera y además, como los infartos, pensamos que a nosotros mismos no nos sucederá y compadecemos a quienes sabemos han tenido la desafortunada experiencia de sufrirlo en carne propia. Es un tema escabroso, en mi experiencia, me tocó estar muy cerca del recorte de personal, sin que me tocara, en 1982, cuando el país sufrió una de las peores crisis económicas, cuando era presidente de la república quien decìa defender a nuestro peso como un perro y además dijo que no nos volverían a saquear. En ese entonces, la crisis provocó que todos los proyectos de crecimiento de las empresas mexicanas se suspendieran. Yo laboraba en el Grupo Industrial Alfa, en la División Acero. El proyecto más grande y ambicioso de la División Acero de éste grupo: aumentar la producción al doble; igual que muchos otros proyectos, se tuvo que suspender y despidieron a casi el 50% del personal. De inmediato, como siempre, surgieron las bromas entre el personal, ¡al fin mexicanos! contaban de un empleado de Alfa que cuando se iniciaron los despidos, al llegar a su casa y comentarlo con su esposa, ésta le decía: ¡ay viejo, ojalá no te vaya a tocar a ti! A lo que el tipo contestó: no te apures vieja, solamente están corriendo a los mas tontejos. A la quincena siguiente, el hombre en cuestión le da la noticia a su esposa de que lo acaban de despedir y ella le dice: ¡pos no que están corriendo nada mas a los más tontejos! Y el señor le contestó: no vieja, ya agarraron parejo. Una cosa es cierta: a todos nos puede tocar y si no, acuérdense del presidente del país más poderoso del mundo, lo despidieron por grabar conversaciones ajenas. Si esto le paso a él, con más razón le puede pasar a simples mortales como nosotros. El empresario y escritor mexicano Luis Castañeda, refiriéndose a sus experiencias que inició como obrero en una mina de Zacatecas para después llegar a ser presidente de un grupo de grandes empresas y ser autor de 46 libros, dice: …el camino no ha sido fácil. He tenido tropiezos. Incluso me han despedido de trabajos (nótese el plural), lo cual me ha permitido aprender de mis errores. Obviamente a mi también me han corrido, por eso toco el tema, una vez por no embonar en los planes de los nuevos dueños de la empresa y otra por desacuerdos con mi jefe inmediato. Yo también, como dice Luis Castañeda, he aprendido de mis errores.
Los despidos forman parte casi ineludible de la dinámica laboral pero además, no importa cuanto nos duela y afecte, debemos reconocer que el mundo sigue su marcha. Si algún día, estimado lector o lectora, llegas a vivir esta experiencia, piensa siempre en estas reconfortantes palabras que leí en algún libro: Cuando te despidan, no te cubras con sacos de penitencia. Muchas personas con éxito han sido despedidas en algún trayecto de su camino. Es una desgracia, pero probablemente sea solo una indicación de que tus objetivos no fueron compatibles con los de la organización.
¿Por qué una empresa corre a un empleado?, por razones que se pueden dividir en justificadas e injustificadas. Por recortes de personal, por desacuerdos con la empresa, por no embonar en los planes de la misma, por desacuerdos con el sindicato, por ineficiencia, por robo, por poner en peligro la seguridad del personal o de las instalaciones, por conductas negativas. A final de cuentas, por la razón que fuere, la realidad es que suspensión, retiro voluntario o despido….duele, y duele mucho. Somos lo que hacemos, el sentido de identidad y pertenencia de una persona está íntimamente ligado con el trabajo. Si nos despiden, nos despojan de lo que somos, nos sentimos vocacionalmente desnudos. De hecho, desafortunadamente algunos individuos se han suicidado por quedarse sin trabajo, esto, es algo de lo que se habla poco pero son muchas las personas que no resisten el golpe que significa perder el empleo y optan por quitarse la vida antes de recorrer el llamado valle de las humillaciones. Las etapas del sentimiento de perdida de empleo o despido se desarrollan de la siguiente manera:
Impacto e incredulidad. Aunque la noticia ya se recibió y es un hecho el despido, en los primeros días después del mismo, se manifiesta en el individuo un sentimiento de incredulidad y un impacto tal que lo único que pasa por su mente en esos días iniciales es el hecho de que ya no tiene trabajo y se siente vacío al despertar por la mañana y percatarse de que no tiene a donde ir. Ante esta situación, normalmente se recurre al mejor amigo, más en busca de ayuda moral que de solución al problema. Por otro lado, si la persona ya no estaba satisfecha con su trabajo, inmediatamente después del sentimiento de incredulidad, se manifiesta el alivio.
En la etapa siguiente, normalmente hay dos caminos: o la persona se aísla y se refugia en su propio hogar con un sentimiento mezcla de derrota y vergüenza acompañado de una fuerte depresión o, si se tiene una alta autoestima, se analizan las alternativas de solución tomando en cuenta las opciones posibles de empleo nuevo con una fuerte esperanza de no tardar mucho en encontrarlo.
Conforme pasan los días sin encontrar el ansiado empleo, se reducen los gastos a lo mínimo indispensable para alargar lo disponible lo mas que se pueda y la fecha límite de la duración máxima del dinero, le pone mucho mas presión a la situación haciendo que la persona sin empleo experimente momentos de desesperación que lo acercan con sus amistades mas intimas en busca de ideas y alternativas además del apoyo moral.
Si continua la situación de desempleo, la desesperación puede provocar ira y frustración en el individuo y un fuerte sentimiento de duda y vergüenza y es aquí cuando se recurre a la solicitud de ayuda divina en la búsqueda del ansiado trabajo. Los grupos de oración y la terapia colectiva, sin dejar de continuar afanosamente la búsqueda de un empleo, pueden ayudar si la persona desempleada se solidariza con quienes tienen problemas de verdad mas graves que el desempleo. Posteriormente a esta etapa, si la persona deja que la situación se apodere de ella y se derrota, difícilmente encontrará la solución anhelada pudiendo ello provocar serios problemas físicos que pueden perdurar para toda la vida.
En todas las etapas descritas, la automotivación, la autoestima y la fé en uno mismo pueden mantener el entusiasmo y la fuerza para continuar intentando incluso con más ahínco, cuantas veces sea necesario. Buscando por todas partes, tocando todas las puertas y agotando todas las posibilidades sin perder el entusiasmo y la esperanza, tarde o temprano la vida nos sonríe de nuevo y entonces, actuamos de una manera distinta viendo con otra óptica el empleo conseguido, convirtiéndonos en mejores personas incluso en áreas que no tienen relación directa con el trabajo. El desempleo y las diferentes etapas experimentadas en el mismo, causan en el individuo que tiene alta autoestima, una metamorfosis positiva que se refleja en todos los aspectos. Es posible incluso, que el despido que consideramos una desgracia, sea la catapulta que nos impulse a ser emprendedores independizándonos a través de un negocio propio y terminamos por estar eternamente agradecidos con quienes nos dieron las gracias dejándonos sin trabajo como asalariados. Amigo lector, amiga lectora, si estas desempleado(a), ocúpate en buscar empleo constantemente, busca oportunidades, esta situación puede ser la mejor que se te ha presentado en tu vida porque te puede impulsar a lo que antes no te habías atrevido por conformismo. Vence la depresión y no te desanimes por las negativas de empleo que se te presenten, El Coronel Sanders, dueño de la famosa receta de pollo frito, cuando se quedó sin empleo, tuvo, y no exagero, 1008 respuestas negativas a su idea de franquicias y no por ello dejo de insistir; la tenacidad y la paciencia, difíciles de tener en una situación de desempleo, a final de cuentas rinden buenos resultados y sobre todo, toda esa experiencia de estar desempleado, también deja un saldo muy positivo.