El segundo paso clave para crecer como profesional y conseguir tus objetivos
El mes pasado te hablé de la Motivación como el primer paso clave para tu Desarrollo profesional y para alcanzar tus objetivos.
Siempre que doy una charla o imparto algún taller o curso, hablo de la Motivación como el motor para actuar en el día a día y de la importancia de conocer cuales son las motivaciones para impulsarnos y lograr las metas que deseamos y queremos.
Hoy quiero mostrarte el segundo paso, pero para ello antes comentaremos lo que la mayoría de personas hacen a lo largo de su vida profesional.
Estas personas trabajan y trabajan, no paran de hacer cosas, muchas son extraordinariamente activas y se dejan llevar, pero no se dan cuenta de que de esta manera, sin tener una meta clara y sin un camino trazado que seguir, no están creciendo, no se están desarrollando y no están siendo felices en sus trabajos.
Estas personas permanecen en una zona cómoda para ellas, permanecen en lo que en coaching llamamos en su zona de confort, hacen las mismas cosas, siguen las mismas rutinas y utilizan las mismas herramientas y los mismos métodos de siempre.
¡No tienen nada que cambiar! Todo está bien.
Pero llega un momento en el que esas personas observan como el tiempo ha pasado , además muy rápidamente, y ellas siguen en el mismo lugar, haciendo el mismo trabajo que para nada les satisface, en la misma empresa y con las mismas personas de todos los días.
Observan que siguen con la misma monotonía, con la obligación de tener que ir a trabajar todos los días, sin poder decidir que hacer y que no hacer, teniendo que aguantar situaciones difíciles con jefes, compañeros, clientes, proveedores y colaboradores y sufriendo por ello en la gran mayoría de los casos.
Entonces comienzan a quejarse, a deprimirse, están muy irritables, no saben que hacer. Muchos se quedan paralizados como estatuas y se conforman con lo que están viviendo, pero siempre existe alguien que se PARA porque se da cuenta de que cada vez está peor, REFLEXIONA, analiza y reacciona preguntándose ¿ Qué me está pasando?, ¿ Qué está pasando aquí?.
Esa persona, se da cuenta de que esa situación tiene que cambiar, que no puede seguir así y decide buscar otro camino.
Si te encuentras en alguna de estas situaciones me gustaría que te plantearas estas cuestiones:
¿ Qué puedo hacer yo para cambiar todo esto que no me satisface?
¿ Qué he realizado hasta ahora para cambiarlo?
¿ Qué más cosas puedo hacer?
En todo esto la clave está en trabajar el cambio a través de la FLEXIBILIDAD.
Una persona flexible es aquella que sabe adaptarse a los cambios, que sabe reaccionar ante las situaciones y ante los demás de diversas formas en lugar de ser rígida e inflexible.
Una persona flexible es aquella que sale de su zona de confort, que hace cosas diferentes para mejorar, que utiliza y prueba métodos diferentes.
Pero,
¿ Te consideras tu una persona flexible?
¿ Te adaptas con facilidad ante los cambios laborales que se producen?
¿ Te gusta probar con nuevas herramientas y/o nuevos métodos de trabajo?
¿ Te gusta hacer actividades diferentes ?
¿ Te gusta alejarte de la rutina y de las tareas automatizadas?
Para crecer y desarrollarte profesionalmente, tienes que superar tu resistencia al cambio, y para ello tienes que trabajar tu flexibilidad, de esta manera tu forma de pensar, de actuar y de sentir se adaptará si la circunstancia así lo requiere.
Te invito a que reflexiones sobre estas cuestiones que sin duda te ayudaran en tu autoconocimiento y en tu desarrollo como profesional.
¿ Qué puedes hacer tu para adaptarte a los cambios de tu entorno profesional?
¿ Qué has realizado hasta ahora para adaptarte?
¿ Qué más puedes hacer para ello?
Y recuerda que, si quieres alcanzar tus metas y que tus colaboradores también lo hagan, es básico y fundamental que trabajes este segundo paso clave, la Flexibilidad.
¡No lo dudes y date la oportunidad!