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El Motor de la Vida

Los hábitos son el aceite del El Motor de la Vida.

¿Hace cuánto tiempo cambiaste el aceite de tu motor?

Se recomienda cambiar el aceite de su auto periódicamente. Mientras cambiemos el aceite con mayor frecuencia, más durará el motor. Si nunca cambiamos el aceite, el motor suele “morir” antes de tiempo por la mugre que obstaculiza su buen funcionamiento.

Podemos relacionar la vida con el motor. Los hábitos y las rutinas son el aceite en nuestro propio Motor de la Vida. Cuando cambiamos nuestros hábitos y rutinas, extendemos la vida de nuestros motores, produciendo resultados sorprendentes. Mientras que cualquier camino nos lleva por el sendero de la vida, son nuestros hábitos y nuestras rutinas lo que le dan poder al camino.

Al acercarse el fin de año, pensamos en lo que queremos cambiar para el próximo. Genera un periodo de análisis. Reflexionamos sobre lo que fue y lo que puede ser. Algo que todos podemos hacer es darnos cuenta de cuánto tiempo ha pasado desde nuestro último cambio de aceite. “Si seguimos
haciendo lo mismo, obtendremos los mismos resultados.” En términos de computación lo llamamos,
“Basura dentro, basura fuera.”

Si estamos logrando lo que deseamos, no hay necesidad de grandes cambios. Sin embargo, inclusive cuando vamos bien encaminados, ¡hace falta ver el retrovisor de vez en cuando para asegurar que no encontraremos alguna sorpresa desagradable!

Comenzamos el año con buenas intenciones. Nuestras resoluciones para el próximo año pueden incluir:

  • Perder peso
  • Dejar de fumar
  • Ganar más dinero
  • Ser más productivo
  • Realizar más ejercicio
  • Mejorar nuestra comunicación

Mientras que todos son buenos objetivos, con frecuencia el día a día retoma el control de nuestras vidas después de la euforia de las fiestas y dejamos a un lado nuestras buenas intenciones para atender asuntos más “importantes.”

Para realizar cambios significativos tenemos que cambiar el aceite y revisar que tenemos suficiente lubricación y así asegurar que nuestro “Motor de la Vida” está funcionando como debe ser. Podemos analizar lo que estamos haciendo cada día. Una queja común es, “¡No tengo suficiente tiempo!” Mientras que el tiempo es un recurso limitado para todos, sí tenemos tiempo para realizar las tareas a los que le demos prioridad. Lo que falta no es “el tiempo” sino una falta de enfoque.

También hace falta tener una buena razón por el cual cambiar. La mayoría de nosotros cuidamos mejor nuestros carros que a nosotros mismos. ¿Por qué hacemos esto? La respuesta es muy sencilla, nuestros autos representan una inversión importante y queremos cuidar esa inversión.

¿Cuánto vale nuestro cuerpo?

Independientemente del valor que le demos a nuestro cuerpo, para mantenerlo en óptimas condiciones, tenemos que cambiar nuestro aceite de vez en cuando y darle su merecida importancia. Lamentablemente, lo que suele impulsar estos tipos de cambios son circunstancias de vida que nos obligan a adoptar nuevos hábitos y costumbres.

Hábitos pueden darnos poder o nos pueden destruir. ¿Qué tal si de una vez escogemos hábitos poderosos en vez de destructivos?

¿Imagina lo que podemos lograr si nuestras acciones y pensamientos son congruentes con nuestros sueños y deseos?

¡No hay límites! Los únicos límites son aquellos que ponemos nosotros mismos. Nuestra salud, nuestro ingreso y nuestro bienestar están en nuestras manos.

¿Cómo podemos cambiar nuestros hábitos para dirigir nuestra dirección y determinar nuestro destino?

La vida no es como debería ser; es como es. No existe varita mágica que pueda cambiar los hábitos de toda una vida de un día para otro. Lo que sí podemos hacer es realizar pequeños cambios asegurar que nuestro Motor de la Vida está funcionando como debe ser.

Podemos preguntarnos lo siguiente:

¿Qué efecto tendrá lo que voy a hacer sobre el “aceite de mi motor”?

¿La comida que comeré permitirá que mi “motor” funcione mejor o peor?

¿Este cigarro que me quiero fumar va a influir positivamente o negativamente
en mi “motor”?

¿Qué tal si hago algo más que cumplir solo con los requerimientos mínimos de
mi trabajo?

¿Cuál es el uso más valioso que le puedo dar a mi tiempo en este instante?

¿En vez de tomar el ascensor, qué tal si tomo las escaleras esta vez?

¿Qué puedo hacer para escuchar más y hablar menos?

Cambios dramáticos en nuestras vidas no son una fórmula secreta que mágicamente resuelve todos nuestros desafíos. Son las cosas pequeñas hechas constantemente lo que hace la diferencia con el tiempo. No tenemos sobrepeso porque comimos “una” barra de chocolate. No estamos fuera de forma porque tomamos el ascensor “una” vez. Nuestros hábitos y rutinas cotidianas son los que crean nuestras realidades.

Nuestros cuerpos son máquinas bien afinadas que en la mayoría de los casos siguen funcionando a pesar del abuso y la negligencia. Con este año que va cerrando y el que viene que acecha en el horizonte, tenemos el poder para tomar acción hoy, cambiar nuestro aceite y asegurar que nuestro Motor de la Vida ande suave y sabroso para los días, meses y años que vienen.

¡ Es el Rebote lo que nos Lleva al Tope !

Rob Mcbride

Autor y conferencista internacional que motiva, inspira y entrena a las personas mediante conferencias, seminarios y talleres creados para aumentar su efectividad e incrementar la productividad de las organizaciones con herramientas concretas y dinámicas que permiten a las personas tomar control de su destino y dirección. Ha creado sus propios...

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Un comentario sobre “El Motor de la Vida

  • el marzo 8, 2018 a las 5:56 pm
    Permalink

    Gracias este articulo me ayudo a comprender un poco mas sobre los habitos y esa excelente comparación con el auto.Ser mejor persona es seguir caminando…

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