¡El Coaching ha muerto! ¡Viva el Coaching!
Quiero advertirte de que el buen Coaching, lejos de ser una moda pasajera, viene a quedarse para largo, igual que antes lo hicieran las hegemónicas religiones o las disciplinas académicas como la Psiquiatría, la Psicología etc. Ya lo adelantaba aquella canción setentera: “video killed the radio star” .
En el “ecosistema” de nuestra existencia, como en tantas otras épocas, el progreso convive con demasiadas ambivalencias: al tiempo que la mayor parte de la civilización aplaude orgullosa la evidencia de los avances tecnológicos, se despacha con displicencia la intangibilidad de las evoluciones que tocan a lo que tiene que ver con lo que significa ser humano. Por miedo quizás a darse cuenta de que, mientras no haya enfermedad mental, es posible aprender a resolver los dolores del alma y los de la cabeza, sin perderse por el camino, alejado de las autopistas hacia el cielo que la tradición farmacológica prescribe para que la paz llegue a cada espíritu.
¿Y cómo lograrlo? Simplemente, como el “caminante» de A. Machado “se hace camino al andar», acompañado de un Coach y asunto arreglado . Lo difícil es encontrar a estas buenas personas, y a la vez profesionales excepcionales, entre tanto ruido, descrédito y desamor.