Despidos
Un despido siempre es lamentable. Salvo en casos extremos y desordenados, que los puede haber, a un empresario, lo que le gusta, lo que le motiva y lo que desea es contratar. Al contratar se crece, se expande, se consolida, y sobre todo se consigue el primer objetivo empresarial. Como empresario, lamento todos y cada uno de los despidos que inevitablemente me he visto obligado a efectuar en los años de mi actividad. Como empresario tener que despedir a buenos y leales trabajadores, es un síntoma de fracaso, que solo se supera cuando se vuelven a crear empleo en una u otras empresas que se acometan. Crear empleo es crear prosperidad y felicidad, riqueza y bienestar, colaborando con la riqueza general y contribuyendo a distribuir mejor la renta global.
Estos meses atrás y ahora, se han producido y se están produciendo, unos despidos que por encima de otros que se hayan podido producir, han despertado un interés especial por su magnitud y por provenir de empresas emblemáticas. Se esperan muchos más, lamentablemente, nos avisan desde todas las tribunas y hasta el Banco De España.
De inmediato, sumado a la falta de tacto y sensibilidad de los portavoces de las propias empresas, y declaraciones absurdas de un Ministro, los corifeos de la vieja guardia numantina sindical, desempolvaban las antiguas consignas. El empresario es culpable, el empresario despide por capricho y por ganas de jeringar a sus trabajadores. Todavía se aplaude bien un discursito arcaico tirando a la línea de flotación de la empresa y aireando que se despide por mala voluntad. Han sido muchos años de machacar con slogans absurdos y falsos para ganar clientela.
Esto no quita la responsabilidad de la Dirección de la empresa en las crisis que se producen y que obligan a los despidos, pero las reestructuraciones se deben a muchas y muy variadas causas. Desde cambios en el mercado, en los gustos o tendencias e incluso en la obsolescencia de productos, métodos, tiempos y escenario. Hoy en día, son casi todos por la nefasta política económica , social, de subvencion y falta de formación e inversión en tecnología, amen de dependencia extrema en lo que respecta a energías. La crisis financiera es internacional, la económica, y de modelo, es Nacional. No podemos soportar el peso de las administraciones que nos gobiernan y se niegan a desmantelar las elefantiásicas estructuras Locales, Autonomicas y demás que han creado, con el nefasto olvido de la marcha atrás. No esta previsto, ni quieren oir hablar de disminución, adecuacion, austeridad o minimización. Y mucho menos de control del gasto y respeto por el destino de los impuestos. No digamos ya de cambios en leyes electorales absurdas y antidemocráticas, y en prebendas autonómicas disparatadas, que han creado un nacionalismo zafio, vulgar, separatista y de una obesidad Mórbida, sin control alguno ni rigurosidad y sentido del ahorro.
Lo cierto y verdad es, en la inmensa mayoría de las ocasiones, que si se despide es por absoluta necesidad, y, que al empresario, en una sociedad moderna y avanzada como la nuestra es, con todas las garantías que las Leyes sociales de protección y asistencia, jornada y tiempo vacacional, se le debe de dejar contratar con la máxima facilidad, incentivada y apoyada, pero también se le debe de dejar despedir sin grandes trabas. Tanta prebenda y protección, es perjudicial, se hace un uso muchas veces torticero de los derechos y se abusa de las prerrogativas. Asi pues, un despido con coste tendente a cero, al menos en lo que respecta a lo que el empresario deba de aportar, sería lo deseable y pondría a mucha gente a trabajar con la consecuente disminución del gasto social y de los usuarios del sistema de salud. Dinamarca es el modelo, Finlandia la meta, ya que alabar al sistema-magnífico-americano, iba a provocar sarpullidos en los de siempre. Pues elijan el Suizo, o el Holandés. Jamás con el que tenemos saldremos de un altísimo paro estructural.
Esto seria muy bueno para la sociedad, ya que el miedo, pánico en estos momentos, a contratar es alto y ahoga en muchísimas ocasiones el espíritu empresarial imprescindible para que existan empresarios, imprescindible a su vez para que se cree empleo. Porque, quien crea el empleo, estable, productivo y posibilista, en este país y en todos los países del mundo occidental y civilizado, son los empresarios, créanme.
A Reflexionar
Sin duda, podría animarme a decir que estoy de acuerdo con el 90%de lo que dice Ud en su artículo, pero pienso que para enriquecerlo tambien habria que considerar los no tan buenos empresarios que a pesar de sus jugosas ganancias, utilizan de forma distorsionada herramientas pensadas para generar mayor productividad con fines egoistas y cortoplacistas, generando desincentivo en el personal de la empresa y creando el caldo de cultivo para que ciertos ¨salvadores¨ aparezcan a regular lo que en apariencia no se pudo regular a si mismo..
A toda accion corresponde una reaccion y parece que ahora el pendulo ira a otro lado. El equilibrio sin duda esta por decirlo de forma optimista en el mediano plazo .
Atte Jose Barriga