Ãltimas noticias sobre las finanzas mundiales… algunas son buenas
La semana pasada (20-26 de junio) presentamos en Sao Paulo, Brasil, nuestra evaluación más reciente del estado de las finanzas, la deuda y los déficits públicos. Muchos países están atravesando una dura etapa fiscal, pero es posible rescatar algunas buenas noticias, inclusive en Estados Unidos, donde este año el déficit será menor de lo que se había previsto. También evaluaré cómo inciden los nuevos datos en lo que, a nuestro juicio, se debe hacer en el futuro.
Voy a referirme primero a las economías avanzadas, donde, como ya se sabe, las finanzas públicas son en general más débiles, debido a los fuertes aumentos de los déficits y de los coeficientes de endeudamiento desde el comienzo de la crisis en 2008.
La mayoría de estas economías tenían previsto aplicar políticas fiscales más restrictivas este año, y las buenas noticias son que estos ajustes en su mayoría parecen estar bien encaminados. La mayor parte de las economías avanzadas, en especial Canadá y las economías de Europa, están avanzando a buen ritmo en la reducción de sus déficits presupuestarios. Algunos países, como Alemania e Italia, incluso están adelantados en esta tarea. Dadas las señales de que la recuperación en Europa se ha afianzado, estos países deben seguir avanzando en sus planes de ajuste fiscal.
Sin duda, la situación en algunos países de Europa sigue siendo difícil, como lo refleja el aumento de los diferenciales de los mercados financieros en Grecia, Irlanda y Portugal, así como en Chipre. Particularmente en Grecia y Portugal, las revisiones a la baja del crecimiento y otros factores implican que es necesario realizar nuevos recortes.
Algunas buenas noticias. En Estados Unidos, las novedades recientes en el ámbito fiscal son alentadoras: el crecimiento más dinámico de los ingresos y la desaceleración del gasto significan que el déficit en realidad se reducirá levemente este año, en lugar de aumentar, como se había previsto. Esto significa que el ajuste fiscal que se precisa para alcanzar el déficit fijado como meta para 2012 será de menor magnitud, y probablemente perjudicará menos al crecimiento.
Lo que aún falta en Estados Unidos es un consenso político en torno a los instrumentos y las metas que permitirán reducir la deuda y los déficits, y que deben formar parte de un plan de ajuste a mediano plazo creíble, con objetivos avalados por el Congreso. Sin ese plan, los rendimientos de los títulos públicos estadounidenses tarde o temprano empezarán a reflejar una prima de riesgo, lo cual no sería beneficioso ni para Estados Unidos ni para la economía mundial.
La reciente evolución favorable presenta excepciones en la región del Pacífico: Japón, Australia y Nueva Zelandia; es decir, tres países que sufrieron graves catástrofes naturales. El caso de Japón reviste particular interés: un presupuesto suplementario de aproximadamente ¾% del PIB que se aprobó después del tsunami ya fue incluido en la edición de abril de Monitor Fiscal. Ahora se prevé que un nuevo presupuesto suplementario incrementará el gasto el próximo año en alrededor de 1% del PIB.