4 de cada 10 inquilinos dedican más de un 40% de su renta al alquiler
La renta de los alquileres se elevó un 9,3% en el año 2016, un repunte que se ha sumado al crecimiento experimentado en los últimos años y que se ha concentrado especialmente en determinadas comunidades autónomas, como Madrid, Cataluña e Islas Baleares. Estos datos se extraen del Observatorio de Vivienda y Suelo elaborado por el Ministerio de Fomento, un documento que trata de resolver la oscuridad estadística que caracterizaba este régimen de vivienda, representativo del 22,2% de los hogares españoles.
El ministro de Fomento, Ãñigo de la Serna, avanzó ayer en la presentación del informe que pese a que el importe del alquiler ha subido progresivamente durante los últimos años este resulta, de media en toda España, un 17,2% inferior al de 2007. Esto no es óbice para que, como novedad frente a los años de «boom» inmobiliario, este mercado se caracterice por una mayor heterogeneidad, una brecha más amplia entre las comunidades autónomas donde más crecen las rentas y donde menos. En el tercer trimestre del año las mayores subidas interanuales se concentraron en Cataluña, con el 17,2%; Canarias, con un 11,6%, y Madrid, con un 11,4%. En el polo opuesto se sitúan Galicia y La Rioja, con alzas de apenas el 0,5%, y Aragón, con un 1,9%.
El incremento de las rentas frente al estancamiento del poder adquisitivo en los hogares españoles desde la crisis se ha reflejado en una alta sobreexposición a los gastos en alquiler, en comparación con el resto de países de la Unión Europea. El informe, que cita datos de Eurostat pertenecientes a 2015, indica que el 43,3% de la población española que reside en régimen de arrendamiento a precio de mercado se encuentra «sobreexpuesta financieramente a los gastos» derivados de la vivienda.
Se trata de un porcentaje únicamente superado entre los miembros de los Veintiocho por Grecia (54,4%) y Rumanía (45,7%) y resulta más de 16 puntos porcentuales superior a la media de los países europeos. Según los criterios de la oficina estadística comunitaria, se considera que un inquilino se encuentra en esta situación cuando destina más de un 40% de los ingresos familiares al pago de la vivienda, descontando ayudas y prestaciones. Por su parte, países como Alemania (22,8%), Francia (14,9%) o Países Bajos (25%) se hallan por debajo de la media.
Aunque es cierto que la mayor parte de las regiones han experimentado fuertes contracciones de las rentas de los alquileres en comparación con máximos de 2007, existen dos excepciones: Baleares y Cataluña, donde los precios actuales han rebasado en un 1,4% y en un 1,3% los importes de los años de mayor efervescencia en el sector inmobiliario.
En la búsqueda de posibles soluciones, el Ejecutivo rechaza la propuesta del Ayuntamiento de Barcelona de limitar los precios, una medida que, según De la Serna, restaría «atractivo» al mercado del alquiler y que disuadiría a los propietarios de poner sus viviendas en arrendamiento. «La oferta bajaría y por tanto el precio subiría», recalcó durante la presentación, para ilustrar la situación con los datos extraídos de un informe elaborado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada: una medida restrictiva como esta haría que se resintiera un 25% del mercado y se elevaran los precios un 12%.
El Ejecutivo se decanta, de este modo, por medidas de estímulo para aumentar la oferta de inmuebles disponibles en alquiler, como las propuestas incluidas en el Plan Estatal 2018-2021, que incluyen incentivos directos para los inquilinos y a determinados colectivos (jóvenes y personas mayores).
El texto dedica, también, un epígrafe a la recuperación de la compraventa en el sector: de abril a junio se registraron 140.000 transacciones, el mejor dato desde 2010. Este impulso ascendente ha dado lugar a que la demanda supere al número de viviendas finalizadas, lo que, a su vez, ha recortado el «stock» de viviendas sin vender, el histórico remanente de inmuebles que lastra la evolución del sector desde el pinchazo de la burbuja. Este indicador se ha situado en los 491.693 unidades, cifra que supone 150.000 viviendas menos que en 2009.
Frenazo al sectro catalán
De manera paralela, la reactivación del mercado ha empujado al alza los precios. Una tendencia que, no obstante, se está viendo alterada en Cataluña por el pulso independentista de la Generalitat. Según especificó De la Serna, durante el pasado mes de octubre el incremento del importe medio de las viviendas en esta comunidad autónoma se ralentizó hasta situarse en el 6,1% en comparación con el mismo mes del año pasado. Este porcentaje contrasta con los crecimientos a doble dígito contabilizados durante los cuatro meses anteriores: en concreto, en junio se alzó un 11,3%, en julio un 12%, en agosto un 11,6% y en septiembre un 10,6%.
De la Serna puso el acento en el papel decisivo de la financiación de nuevas promociones, que aunque «no tiene efecto indicativo en el precio de venta», requiere seguridad jurídica. La inestabilidad supone la «ralentización de actividades inmobiliarias», así como un freno a la «inversión extranjera», que permanece a la espera de que se regresen las garantías, concluyó.