Quién tiene la culpa de la efectividad
Una persona efectiva se caracteriza por tomar las elecciones correctas en los momentos adecuados.
Para poder tomar elecciones correctas es imprescindible tener claridad de ideas, entre otras muchas cosas, para distinguir qué pertenece a nuestra zona de influencia y qué pertenece a nuestra zona de preocupación, es decir, qué está en nuestra mano cambiar y qué no lo está.
Hay muchas personas que muestran una falta importante de claridad de ideas sobre los conceptos de causalidad, culpabilidad y responsabilidad. Pero, ¿qué diferencia hay entre ellos?
Cuando tú eres causante de algo
Ser causante de algo significa que existe una relación de causalidad, es decir, una relación causa-efecto entre algo que haces y algo que ocurre como consecuencia de ello.
Las situaciones que son únicamente de causalidad son fruto de la casualidad, y por tanto ni se pueden prever ni se pueden evitar, es decir, caen fuera de nuestra zona de influencia.
Cuando el resultado de estas situaciones tiene consecuencias negativas, estamos ante un accidente «inevitable».
Ejemplo: Vas en el autobús y observas que a una de tus zapatillas se le ha desatado el cordón, así que aprovechas que el autobús está parado para agacharte a atártelo. En ese mismo instante, una persona que está junto a ti se agacha a recoger algo que se le ha caído del bolsillo. La mala fortuna hace que choquéis y tu codo acaba en su ojo.
Existe una relación entre tu acción de agacharte y el golpe que se ha dado la otra persona. Es una relación causa-efecto. El ojo morado es el efecto y tu codo es la causa.
Como decía antes, estas situaciones son fortuitas. Ni tú podías saber que la otra persona se iba a agachar en ese momento, ni ella que tú ibas también a hacerlo.
Cuando tú eres culpable de algo
Ser culpable de algo significa que, ademas de una relación de causalidad, existe una relación de intencionalidad, normalmente malvada, es decir, una relación en la que tú eres la causa intencional del efecto (dañino) que provocas.
Es muy importante entender que solo se puede hablar de culpabilidad cuando existe intencionalidad, es decir, cuando se actúa con un propósito perverso.
Las situaciones de culpabilidad caen plenamente en la zona de influencia y, por tanto, se pueden prever y se pueden evitar.
Ejemplo: Vas en el autobús y ves a alguien haciendo algo que te molesta mucho, así que aprovechas un frenazo para simular un accidente y darle un pisotón.
En este caso, además de ser la causa de que la otra persona se baje del autobús cojeando, eres también culpable de ello, porque le has dado el pisotón intencionalmente, a propósito.
La culpabilidad va asociada a acciones reprobables y/o a delitos. Curiosamente, ser culpable de algo es censurable desde el punto de vista ético, pero no desde el punto de vista de la efectividad, ya que en realidad consigues un resultado vinculado a un propósito (por cuestionable que este sea).
Cuando tú eres responsable de algo
Este es el caso más interesante desde el punto de vista de la mejora de la efectividad.
Ser responsable de algo significa que, además de existir una relación de causalidad, se ha tomado una elección incorrecta que ha dado lugar a una consecuencia indeseada.
La diferencia entre ser responsable de algo y ser causa de algo es si existe capacidad de elegir o no. Si no existe, es causalidad; si existe, es responsabilidad…