La Planificación estratégica y las PYMES
Buena parte de la información que poseemos, relacionada con la planificación estratégica, proviene de lo que hemos escuchado decir, hemos interpretado de lo que observamos y, para los más afortunados, es lo que se nos ha enseñado a lo largo de nuestros estudios universitarios y, en algunos casos, de postgrado. No obstante, lo que no se advierte de manera inmediata es que, a pesar de las similitudes, planificar en una micro, pequeña o mediana empresa no es lo mismo que hacerlo en una gran empresa, mucho menos en una transnacional.
El acto de planificar estratégicamente una Pyme debe observarse con la misma dedicación, asombro y curiosidad con la que los físicos observan el comportamiento del universo; esto es tan simple como afirmar que, al parecer, las leyes que rigen al macro-universo no aplican para el micro-universo y viceversa. Pero ¿cómo es posible? Einstein dedicó sus últimos años de vida tratando de conciliar a la física cuántica con la física mecánica de Newton, aseguraba que era incorrecto suponer que el universo poseyera leyes distintas en distintos escenarios, pero, lamentablemente, murió sin poder lograr su meta y, después de 40 años ha quedado aún más evidenciado que efectivamente aplican leyes diferentes para ambos campos. Lo mismo ocurre en el mundo empresarial.
Por ejemplo, las grandes empresas entienden la planificación estratégica en periodos de cinco años, por ende sus proyectos tienen un esquema complejo y extenso que, según como se vea, facilita o dificulta la ejecución del mismo, pero para una pequeña empresa planificar un quinquenio es difícil, no posee las condiciones económicas, ni el mercado, ni los recursos humanos y financieros para hacerlo, por lo que su periodo optimo de planificación se reduce a dos o tres años cuando mucho. Cosa que no ocurre en una micro empresa, donde el periodo máximo para medir e implementar su planificación estratégica no puede ni debe superar un año.
Lo anterior contradice lo que se nos ha enseñado en materia del corto, mediano y largo plazo, pues, en lo que corresponde a una multinacional, el corto plazo podría describirse en 12 y 18 meses, mientras que para una micro-empresa, no sería más de un trimestre.
¿Cómo afecta esta concepción a las Pymes?
Las micro y pequeñas empresas requieren de un mayor flujo de caja si se compara financieramente con las grandes empresas; es un error suponer que los valores obtenidos por la venta de productos y servicios de las grandes empresas puede ser comparado de manera lineal con las más pequeñas, y esto, aunque resulta obvio para algunos, no lo es tanto para otros. Una empresa grande posee herramientas flexibles de financiamiento, e incluso a la medida, que difícilmente una mipyme tendrá en su primera década de vida, por lo que las grandes empresas terminan trabajando con el soporte de créditos (dinero de terceros) sin poner en riesgo su capital de trabajo y por ende su capacidad de inversión. En cambio, el capital de las mipymes se encuentra limitado, la inversión realizada al inicio de sus actividades requiere ser recuperada con cierta rapidez, a la par de un margen generoso que le permita cubrir gastos, tanto los de la empresa como los de quienes la hacen posible y esto no puede suponerse en periodos tan largos como 5 años (en una mediana o pequeña empresa) ni siquiera en 12 meses, como ocurre en el caso de las micro-empresas, por ende una concepción inadecuada del corto, mediano y largo plazo, según sea la realidad de la empresa, puede afectar su realidad económica y amenazarla con desaparecer.
La planificación estratégica no responden en periodos de tiempo, en las Pymes, a las mismas condiciones que ostentan las grandes empresas, pero su ejercicio y seguimiento son indispensables para el éxito operacional, sólo requiere ser ajustada a la realidad de la empresa, pero omitirla es tan grave como suponer que debe ser ejecutada en las Pymes en los mismos términos que lo hace una transnacional.