Cómo los años cambiaron al corazón financiero del mundo
La City, el centro financiero de Londres, está irreconocible.
No sólo por la manera cómo luce y el espacio que ahora ocupa, que incluye los Docklands (una antigua zona portuaria), sino por cómo se comporta.
Cuando empecé a pasear en bicicleta por la City en 1975, el Banco de Inglaterra exigía que todos los bancos en el distrito financiero londinense estuvieran a diez minutos de caminata de la oficina del gobernador del banco central británico.
La idea era, se argumentaba entonces, que en momentos de crisis el director del Banco de Inglaterra pudiera convocar a su oficina a los jefes bancarios con una anticipación de tan solo media hora.
El gobernador podía manejar la City con simplemente levantar sus cejas en esos encuentros cara a cara, se decía.
La gobernabilidad bancaria se manejaba eficientemente tras bambalinas. El gobernador nunca hablaba en público, con lo que mantenía su misterio.
Espíritu cambianteFue en los años 80, cuando el Banco de Inglaterra relajó esa regla de los diez minutos de caminata, que fue posible que la zona que se conoce como Canary Wharf -en el este de Londres- se convirtiera en un lugar aceptable para establecer bancos en Londres.
Y luego, en octubre de 1986 con el Big Bang (la desregulación del mercado financiero en tiempos de Margaret Thatcher) todo cambió…