Ser el propio jefe: nada sencillo
La cultura del emprendimiento gana cada vez más fuerza en Brasil, debido al progreso de su economía y la expansión de las políticas de apoyo y diversificación de los modelos de tributación. Para hacerse una idea, el país además de poseer la mayor tasa de emprendimientos del G20 y del BRIC, y la segunda dentro del GEM (Global Entrepreneurship Monitor), cuenta actualmente con más de 6 millones de micro y pequeñas empresas, y casi 2 millones de emprendedores individuales formalizados, de acuerdo a datos de los ministerios del Trabajo y Empleo (MTE) y de Desarrollo, Industria y Comercio (MDIC).
En esa masa, hay un grupo normalmente poco recordado en las discusiones sobre el tema. Este incluiría a aquellos que, para ejercer sus carreras, necesitan dividirse entre una profesión principal y la actividad administrativa, como son los abogados en la administración de sus escritorios, los médicos en sus consultorios, y tantos otros profesionales independientes.
Pero, ¿con todas las responsabilidades de una profesión específica habrá tiempo para conciliarlas bien con la administración de un negocio? «Defiendo que no se debe conciliar en el sentido de ‘combinar’ sino mejor en el de ‘armonizar’, porque la actividad administrativa es parte de todos modos de la profesión de esas personas», afirma Fábio Zugman, autor de los libros «Emprendedores olvidados» y «Administración para profesionales independientes»…