¿Qué tienen en común Victoria’s Secret y Sopas Campbell? – deGerencia.com
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¿Qué tienen en común Victoria’s Secret y Sopas Campbell?

Esta historia trata de dos mujeres en el mundo de los negocios y cómo cada una de ellas encontró su camino para llegar a la cima. Una se convirtió en la directora de una cadena de ropa interior siguiendo su pasión. La otra escribió una receta para el éxito y la sirvió con sopa.

Lori Greeley es la consejera delegada de Victoria’s Secret, la empresa de ropa interior valorada en 5.000 millones de dólares con más de 1000 establecimientos en Estados Unidos y otras partes del mundo.

Denise Morrison es vicepresidenta ejecutiva y directora de operaciones de Campbell Soup, la empresa de alimentos fundada hace 140 años y valorada en más de 2.000 millones de dólares que vende sopa, galletas y bebidas en más de 100 países del mundo. Morrison será la nueva consejera delegada de la empresa en agosto de este año.

Las dos mujeres crecieron en familias orientadas hacia los negocios que fomentaron en ellas la búsqueda del éxito. Ambas encontraron mentores y aprendieron a priorizar las demandas en conflicto del ámbito laboral y familiar. Su trayectoria hasta el momento ofrece un excelente estudio de contrastes, una lección para las mujeres de hoy en día: hay muchos caminos diferentes que conducen al éxito.

Sus trayectorias han sido muy diferentes desde el comienzo.

“Nunca habría soñado con tener un plan maestro para convertirme en consejera delegada”, sostenía Greeley frente a un grupo de cerca de 200 mujeres durante la Women Business Conference de Wharton celebrada recientemente, donde ambas pronunciaron el discurso inaugural. Morrison declaraba justamente lo contrario. “Sabía que quería llegar a ser consejera delegada. He tenido ese objetivo en mente desde un principio”, decía. “Me di cuenta de que quería estar en el mundo de los negocios. Y luego, si iba a estar en este mundo, quería estar en lo más alto”.

Morrison se crió en South Belmar, Avon-by-the-Sea, Nueva York. Es la mayor de cuatro hermanas en lo que describe como un hogar “de altos logros”. Su madre, ama de casa y posteriormente agente inmobiliario, le enseñó que “la ambición es una parte de la feminidad”. Su padre, una alto ejecutivo de AT&T y varias empresas telefónicas regionales, decidió que como no había tenido hijos, criaría a sus hijas como si de varones se tratase. Las llevó a su oficina en el verano y de visita a la Bolsa de Nueva York. Este ambiente “si quiere puedes” preparó a Morrison para tener éxito como mujer en un mundo de hombres.

“Nací en 1954; en aquella época era realmente sorprendente que un hombre dijese creo que el mundo va a abrirse a las mujeres y me voy a asegurar de que estéis preparadas para ello”, añadía Morrison.

Por otro lado, Greeley se dio cuenta desde muy temprano de que ella era diferente a los chicos. A pesar de criarse en una gran familia alemana en Lehighton, una pequeña población de Pensilvania, fue la primera nieta de la familia y el ojito derecho de su abuela. “Había diez nietos antes de que yo naciese, así que te puedes imaginar que fui muy especial”, recordaba Greeley. “My abuela estaba loca conmigo”.

Los negocios estaban en la sangre. Su abuelo era propietario de un aserradero local. Su padre, que no quiso seguir sus pasos, fundó un negocio de excavación y construcción. Durante su infancia el aserradero era el parque de juegos de Greeley; los camiones con el nombre de su padre le recordaban constantemente el estatus de su familia en la comunidad. “Veía el nombre de mi familia por todos lados”, señalaba. Era un “refuerzo subliminal en la lucha para conseguir tus sueños”.

Entre empleos ocasionales en los grandes almacenes locales y restaurantes próximos, Greeley saturó sus años de instituto con deportes, clubs y actividades extraescolares. “En una ciudad pequeña puedes hacer muchas cosas; y yo lo hacía”, explicaba. “Siempre intenté hacerlo lo mejor posible, involucrarme y aprender tanto como pudiese”.

Greeley fue la primera de su promoción y obtuvo una beca para jugar hockey sobre hierba en la Universidad de Bucknell, a unas 100 millas, en Lewisburg, Pensilvania. Recuerda la emoción de abandonar su pequeña ciudad. “Había mucha gente que creía en mí. Fue algo muy grande. Creo que fui la segunda persona de nuestra pequeña ciudad en ir a Bucknell”.

Toda esa emoción se desvaneció pronto, cuando Greely pasó de ser “una gran promesa” a “sentirse inferior” en una gran universidad. Sin saber qué estudiar pero sabiendo que le gustaban las matemáticas y la ciencia, escogió biología pensando que podría convertirse en doctora. En aquellos momentos sonaba bien, pero se dio cuenta pronto de que había sido una mala decisión. “Ni siquiera me gustaba diseccionar cerditos o analizar el color de ojos de las moscas”, recordaba Greeley. “Simplemente no era lo mío”.

Y sus calificaciones así lo reflejaron. Luchando para recuperarse después de un desastroso primer semestre, Greeley abandonó la idea de entrar en la facultad de medicina y decidió convertirse en profesora. Sus calificaciones mejoraron hasta llegar a un promedio del 3,8; pero Greeley estaba aburrida. Al final, la carrera en psicología le ofreció el reto adecuado. “No sabía qué iba a hacer con ella”, señalaba, pero el estudio del comportamiento humano “me gustaba”. Acabó la carrera de Psicología en 1982.

Estrategias y coincidencias

Morrison también es licenciada en Psicología, y además en 1975 obtenía en la Universidad de Boston la licenciatura en Economía. La economía estaba en recesión, pero a través de un amigo encontró un trabajo en Procter & Gamble, convirtiéndose en la primera mujer en incorporarse al departamento de ventas de la empresa.

Como mujer en un sector dominado por el género masculino, a menudo tenía que venderse a sí misma antes de poder vender los productos de la empresa. Morrison recuerda un comprador que literalmente le volvió la espalda y le dijo, “No hago negocios con mujeres”. A lo cual ella respondió, “Bueno, trabajo para Procter & Gamble, poseo 11 millones de su negocio, así que si usted quiere hacer negocios con Procter & Gamble creo que tendrá que hacer negocios conmigo. Se dio la vuelta inmediatamente e hizo negocios conmigo”.

Morrison decidió ver los obstáculos como oportunidades, y desarrolló planes detallados para superarlos y construir su carrera. “No dejes simplemente que tu carrera suceda”, aconsejaba. “Debes ser estratégico sobre cómo definir tu liderazgo y hacia donde te lleva”.



  • Ver original en America Economia
  • Publicado el domingo marzo 13, 2011


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