¿Puede sobrevivir Alemania al coche eléctrico?
Cuando se lanzó en 2007, la importancia del iPhone no se debía a que era un mejor teléfono, tenía una mejor cámara, un reproductor de MP3 de más calidad, una pantalla táctil y grande o una amplia gama de aplicaciones, sino a que era un dispositivo que aunaba todas estas características.
El momento iPhone para los automóviles aún no ha llegado, pero es fácil imaginar cómo será: una sala de estar con ruedas eléctrica y autónoma, conectada de forma segura a Internet y que los usuarios compartirán entre sí en vez de comprarla. Puede que aún no esté claro quién la construirá, pero si miramos el mercado, no serán los alemanes. Aunque los tres grandes fabricantes de automóviles alemanes han tenido unas ventas récord por octavo año consecutivo, las valoraciones de BMW, Daimler y Volkswagen están en sus niveles más bajos desde la crisis financiera. Hay mucho escepticismo acerca de que puedan mantener los beneficios actuales e incluso hay algunas dudas sobre si Das Auto (el coche alemán) sobrevivirá a la transformación del sector.
Cada semana surgen malas noticias para la industria, como la prohibición de los coches diésel en Europa y el hecho de que las matriculaciones de vehículos en la UE cayeron en picado el mes pasado al entrar en vigor las nuevas normas sobre emisiones de CO2. Por otra parte, el proteccionismo y el Brexit están creando nuevas incertidumbres en un sector que depende mucho de las cadenas de suministro globales para la fabricación a tiempo