¿Por qué muchos emprendedores no pueden sacar provecho de su idea?
Parece que todo el mundo quiere ser un emprendedor y hacerse rico. Como mentor de negocios, a veces me siento asediado por gente que pide mi opinión y apoyo para su última idea. En realidad, me gusta la mayoría de las ideas, pero tengo que decirles que el verdadero reto está convertir la inspiración de un sueño en un negocio. Toda la evidencia dice que más del 99% de fracasan en dar este salto.
Así que mejor que preguntar sobre la calidad de una idea, pregunta sobre la calidad de tu plan para sacar provecho de la idea. Hay un montón de recursos disponibles en este tema, en Internet y en mentores como yo. Realmente es un proceso de varios pasos. El primero es pasar de la idea a un producto viable y el resto, son para crear un negocio sostenible.
Como ejemplo de un buen recurso, disfruté reciente con un libro, “Idea To Invention“, de Patricia Nolan-Brown, que hace un gran trabajo en los pasos clave. Aquí está mi interpretación de su proceso para decidir y después convertir esa idea en un negocio sostenible:
1. Todo empieza en tu cabeza
Empieza con lo que ya sabes, pero piensa desde fuera. Al pensar y explorar e imaginar las posibilidades de nuevos productos, recuerda que debe existir una oportunidad, que la gente tenga dinero para comprarlos y que tengan dinamismo para llamar la atención de la gente en esta era está sobrecargada de información.
2. Hazla real
Antes de que te emociones, es el momento de hacer un poco de tareas. Averigua si algo muy similar ya se está vendiendo y quién es tu competencia si vas a continuar. Pregunta a algunos clientes potenciales para ver si hay interés real y empieza a pensar en los precios frente a los costes. Mira la tecnología existente para evaluar su viabilidad y riesgo.
3. Mantén los ladrones a distancia
Limita tus revelaciones a las personas de tu confianza y aprende a utilizar los acuerdos de no divulgación (NDA). Presenta al menos una patente provisional y una o más marcas.
4. Prepara tu discurso
“Pitching” es el término que se utiliza cuando se presentas tu idea de producto a las personas que posiblemente podría comprarla o financiarla. Empieza por desarrollar tu “elevator pitch” (en 30 segundos deberías conectar con un inversor potencial). Asiste a ferias comerciales y haz networking para encontrar a los componentes adecuados para armar tu producto.
5. Constrúyela en el garage
Este es el punto en el que se trabaja con los aspectos específicos para poder entregar tu producto o servicio. Las preguntas relevantes en este caso son del tipo que tipo de empresa constituir, si necesita licencia, sobre las ventas y el marketing y finalmente, sobre el personal. También es el momento de construir prototipos para hacer que el producto cobre vida.
6. La mejora continua
Una vez que tienes un producto real, que lo vendes online o en tiendas físicas, podrías pensar que ya puedes sentarte, relajarte y recoger las riquezas. Pero recuerda que la complacencia mata, y siempre hay que estar pensando en la próxima versión del producto, en nuevos mercados y en nuevos competidores.
De este modo, ves que la elaboración de tu idea es el primero de seis pasos que requiere un negocio, y probablemente, menos del uno por ciento de todo el esfuerzo que se requiere. Ahora puedes ver por qué nadie debe juzgar el éxito potencial de un negocio con la idea solamente.
De hecho, el elemento común a todos estos pasos eres “tú”. Los inversores ya lo aprendieron hace mucho tiempo, por lo que la mayoría te dirá que inviertan en las personas, no en las ideas. Ellos asumen con seguridad que un emprendedor con los atributos correctos empezará con una gran idea, y después de un tiempo perfeccionando y presentando un gran plan, podrá llevar a cabo un negocio exitoso.
No necesitas la inteligencia de un genio para sacar provecho de tu sueño, y no tienes que haber nacido con unos genes especiales para ser emprendedor. Pero tienes que ser un apasionado, un optimista y un gran solucionador de problemas. Habladores y soñadores que so sigan los seis pasos, fracasarán.
¿Estás listo para sacar provecho de tu inspiración, o estás cómodo en el otro 99 por ciento?