Los jóvenes retrasan su llegada al mercado laboral por estudiar más
En 2007, justo antes del estallido de la crisis económica, en España prácticamente uno de cada tres jóvenes de entre 18 y 24 años dejaba los estudios para empezar a trabajar. En concreto, la tasa de abandono escolar de ese grupo de edad era del 30% (frente al 17,9% actual). Aquello ocurría como consecuencia de una etapa expansiva de la economía en la que muchos empleos, sobre todo en la construcción –que llegó a duplicar su actual número de ocupados–, estaban pagados con elevados salarios sin necesidad de tener ningún título académico.
Sin embargo, este patrón no se está reproduciendo en la actual etapa de recuperación y ciclo expansivo que la economía española vive desde 2014. Así lo ha constatado un documento del Banco de España sobre los Cambios en la decisión de participación laboral de los jóvenes tras la crisis. En este trabajo, los técnicos de este organismo utilizan los datos estadísticos oficiales de la Encuesta de Población Activa (EPA) que indican que la tasa de actividad (personas en disposición de trabajar tengan o no empleo) de los jóvenes menores de 30 años se ha desplomado en los últimos doce años.
Así, en 2007 alrededor del 70% de los menores de 30 años en España tenía un empleo o lo estaba buscando, es decir, eran población activa; mientras que en el segundo trimestre de 2019 este porcentaje se había reducido significativamente hasta el 53%.
Y esto ha ocurrido de forma similar tanto a las mujeres como a los hombres. La tasa de actividad masculina de este colectivo pasó del 72,2% en 2007 al 56,5% en la actualidad; y la femenina, bajó del 63,4% al 51,8%. Si bien, analizando en detalle a los menores de 30 años, ha sido entre aquellos que tienen 18 y 19 años donde más se ha desplomado la tasa de actividad (20 puntos). Le siguen aquellos de 20 a 24 años, cuya actividad se ha reducido unos 10 puntos porcentuales y apenas ha variado entre los que tienen de 25 a 30 años.
En términos absolutos, se ha producido un descenso del colectivo en el mercado laboral tanto por una menor entrada de jóvenes en la población activa, como por una mayor salida hacia la inactividad de los menores de 30 años.