Los 7 obstáculos con los que puede tropezar la recuperación económica global

La recuperación de la economía mundial es un proceso que está en marcha, pero de forma desigual entre países.
La aseguradora alemana Allianz reportó en un análisis a sus clientes lo que, desde su punto de vista, podrían ser los obstáculos que el mundo enfrentaría en su proceso de recuperación. Si alguno de estos llegara no sólo a concretarse sino a profundizarse, el camino de la economía global hacia la recuperación sería más lento todavía o incluso podría detenerse.

Primero, Allianz reconoce que la recuperación de la economía mundial es un proceso que está en marcha; este año el crecimiento promedio esperado será de 5 por ciento. Sin embargo, también asegura que la divergencia en la recuperación será el distintivo, con zonas que se recuperaran fuerte incluso más allá de lo que pudieron retroceder el año previo, mientras que otras naciones tendrán serias dificultades y no alcanzarán el nivel previo a la pandemia hasta después del presente año.

Los retos que enfrenta la economía global en su proceso de recuperación son varios, concretamente Allianz observa siete obstáculos que pueden nublar el panorama de corto plazo.

1. La vacunación, riesgos y oportunidades

La noticia de la llegada de la vacuna contra el virus, en tiempo récord, dio esperanzas al mundo. Pero una cosa es tener la vacuna y otra inmunizar a toda la población mundial. De hecho, esta será una tarea titánica de muy largo plazo. Será el que determine el ritmo de recuperación en cada país y región. Las noticias no son muy favorables hasta el momento, existen amplias regiones en el mundo que viven un lento proceso de inmunización, en algunos ni siquiera se ha iniciado. Así, la recuperación divergente de la economía global está garantizada, y en una de esas el riesgo de nuevos brotes detendría la recuperación en el mundo, o cuando menos la volvería más lenta de lo que debe ser.

2. El exceso de ahorro, ¿servirá?

Se calcula que solo en Europa occidental el ahorro disponible para gasto inmediato ronda los 163 mil millones de euros, mientras que en Estados Unidos este indicador es de cuando menos 3 por ciento de su PIB. Pero nadie está seguro sobre cómo reaccionarán los consumidores en un entorno post-pandemia.

Durante el confinamiento se demostró que se podía ahorrar mucho, ahora con el teletrabajo instalado ya en muchas partes del mundo como una de las mayores opciones, y en un mundo lleno de incertidumbre, no hay seguridad de que los consumidores se abarroten en los centros comerciales para gastar todo lo que tienen. La cultura de la previsión, profundizada en la pandemia, podría jugar una mala pasada a las economías. De hecho, este primer trimestre del año el consumo en el mundo se mantuvo inhibido, ¿será esa una premonición? El exceso de ahorro, los recursos ahorrados en meses de confinamiento, deben gastarse para detonar y no obstaculizar la recuperación.

3. Políticas fiscales cautas

Hace unos meses China empezó a mandar señales, y lo hizo. El gigante asiático ha empezado a retraer su gasto fiscal orientado a la recuperación por los efectos de la pandemia.

Los bancos centrales han insistido que es necesario mantener la flexibilidad fiscal, así también lo han sugerido organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente reunión de primavera. Pero los que gastan son los gobiernos, ellos son los que saben lo que hay y lo que no. ¿Qué pasaría si estos deciden recortar los apoyos fiscales?, pasar del “lo que sea necesario” a “lo evaluaremos”.

4. La inversión pública

De los programas de inversión pública anunciados en diversos países, destaca por supuesto el de Estados Unidos con un potencial de hasta 2.5 billones de dólares, deben ir hacia proyectos verdaderamente productivos. Gastarlos sólo en infraestructura, que podría quedar inservible con el paso de los años, es un riesgo y podría convertirse en un obstáculo para la recuperación. A diferencia de otras épocas, no sólo será necesario gastar, sino hacerlo con visión y estrategia, algo que en ocasiones a los políticos no se les da. Si no se hace de esta forma, la inyección de billones de dólares habrá servido de poco.

5. Cadenas de suministro en riesgo

La pandemia colapsó muchas de las cadenas de suministro en el mundo, y una parte de ellas no se han recuperado. Será necesario impulsar la recuperación y reconexión de estas cadenas vitales para la economía global conforme esta siga su apertura y recuperación. Pero no será una tarea fácil, el ejemplo es la industria automotriz, que sigue enfrentando la falta de chips en sus líneas de producción. Un mundo globalizado ya no puede dejar en el olvido estas cadenas productivas y de suministro que no hace mucho eran vitales.

6. La inflación

Ya padecemos este fenómeno en gran parte del mundo; el problema es que obedece no al aumento en la demanda y el consumo, sino a diversos problemas que van desde climáticos hasta de abasto y consumo, o bien de oferta como es el caso del mercado petrolero.

La inflación podría convertirse en un lastre los próximos meses y eventualmente impactar en la recuperación. Se habla incluso de un proceso de estanflación que hoy pareciera lejano, pero que puede convertirse en realidad en cualquier momento.

7. Exceso de liquidez en mercados

De acuerdo con los expertos que elaboraron el análisis; la inversión apalancada en los mercados no deja de ser un riesgo; lo anterior debido a que dicho fenómeno provoca que la velocidad del dinero o flujo de liquidez, sea mucho más volátil que su cantidad (stock de liquidez), Así, en un mercado excesivamente apalancado y con exceso de operaciones, los riesgos se desbocan y los mercados también, incrementando el riesgo de colapsos.

Si algo queda claro es que los riesgos para la economía mundial lejos de disiparse siguen presentes, a más de un año de que la pandemia moviera los cimientos por primera vez en casi 100 años.