Los 4 tipos de motivación: qué genera uno en el cerebro
La motivación es difícil de conseguir. Siempre hay otra tarea, otro proyecto, otro objetivo, y cualquier motivación que logre reunir para una cosa está ausente para la siguiente.
Pero la motivación no es un recurso, al menos no en la forma en que sugiere el lenguaje que la rodea. La motivación es una respuesta a los estímulos, y esa respuesta no es siempre la misma. Distintos estímulos disparan diferentes partes del cerebro y nos motivan hacia la productividad de diferentes maneras. Entonces, en lugar de desear motivación o buscar más, podría ser de mayor utilidad pensar en los diferentes tipos de motivadores que experimentamos y en lo que sucede en nuestro cerebro cuando los experimentamos.
La ciencia básica de la motivación
Con los años, los neurocientíficos y los psicólogos han establecido que, en general, experimentamos motivación cuando la dopamina, un neurotransmisor que transmite señales entre las células cerebrales, se libera y viaja al núcleo accumbens. El núcleo accumbens es un área del cerebro que media el comportamiento de recompensa: cuando la dopamina alcanza el núcleo accumbens, solicita retroalimentación sobre si algo bueno o algo malo está a punto de suceder. Como explica Kimberly Schaufenbuel, directora del programa de Desarrollo Ejecutivo de UNC, esta predicción nos impulsa a responder de maneras que “minimizan una amenaza predicha (la mala) o maximizan una recompensa predicha (la buena)”.
Entonces, si recibe un correo electrónico de su jefe con una nueva tarea, la dopamina golpea el núcleo accumbens para formar una predicción de lo que sucederá si realiza la tarea o no, o si lo hace bien o mal. Con esa predicción en su lugar, actuará para aumentar la probabilidad de recompensa (pago, elogio, sensación de logro) o disminuir la probabilidad de castigo (degradación, gritos, sensación de fracaso).
Miremos nuestros cuatro motivadores para la productividad y veamos qué es lo que realmente nos impulsa.
Expresión creativa
Al escribir esta publicación en el blog, estoy motivado por la expresión creativa. Me da la oportunidad de flexionar mis músculos creativos y expresarme a través de la prosa y la narración de historias. Pero, ¿qué está pasando en mi cerebro mientras escribo?
Cuando está motivado hacia la productividad a través de la expresión creativa, es probable que ocurra una de dos cosas:
1. Estás “en la zona”
Este es el término coloquial utilizado para describir un flujo creativo desinhibido, en el que parece que ni siquiera estás pensando en lo que estás haciendo. Cuando estás en la zona, una región del cerebro llamada córtex prefrontal dorsolateral (DLPFC) se vuelve menos activa. La investigación llevada a cabo por los neurocientíficos Dr. Charles Limb y Dr. Allen Braun conecta el DLPFC con la planificación, la inhibición y la autocensura, lo cual tiene sentido considerando que esas cualidades son casi antitéticas al flujo creativo desinhibido. Al mediar en una avalancha de ideas, no hay tiempo para analizar u organizar. La planificación y la censura solo interfieren.
2. Estás “esculpiendo metódicamente”
La mayor parte de la creatividad es un trabajo duro y tedioso, y durante estas sesiones creativas previas o posteriores a la zona, la actividad en el DLPFC puede aumentar, especialmente si está revisando o editando. Esto se debe a que la expresión creativa generalmente implica un equilibrio de flujo desinhibido y escultura metódica. Similar a la famosa pieza de sabiduría de la escritura, “Escribir borracho, editar sobrio”, un buen libro o una canción en movimiento es a menudo el producto de la inspiración de la corriente de la conciencia y la artesanía meticulosa.
Para llevar: estar motivado por la expresión creativa puede resultar en una entrega organizada de ideas nuevas, inesperadas e imaginativas…