Liderazgo empresarial: ¿hacia dónde vamos?
Siempre que se producen cambios importantes en el entorno de la organización o cada vez que comienza un nuevo año nos preguntamos por las tendencias en materia de gestión, entre ellas las referidas al liderazgo empresarial.
Se trata de algo que ha experimentado numerosos cambios en los últimos tiempos y lo ha hecho a una velocidad que dificultaba ver la evolución de este concepto.
Cada nueva etapa supone el avance de algunas cuestiones que han venido evolucionando. algunas de ellas marcarán tendencia y de todo ello hablaremos en este post, que te permitirá conocerlas más a fondo y tomar las mejores decisiones para el futuro de tu negocio.
Liderazgo empresarial: ¿qué dejaremos atrás?
El mercado laboral y empresarial camina cada vez más rápido hacia cuestiones como la digitalización, el manejo de información y datos, los procesos digitales de compraventa, una mayor inversión en capital humano y, claro, modelos de liderazgo empresarial más aptos con las circunstancias.
La llegada de la Cuarta Revolución Industrial, que no es otra cosa que la evolución de las tecnologías y la aparición de nuevos conceptos, nos ha guiado hacia la consolidación de innovaciones como el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, la robótica, la biotecnología o el Big Data, entre otros.
Muchas empresas, se han dado cuenta que la capacidad de adaptación es clave para la supervivencia. En ello el talento humano cobra una relevancia fundamental. El motivo es que, pese a que la automatización de los procesos de negocio avanza imparable, en último término, son las personas quienes toman las decisiones y quienes guían a los equipos humanos.
En este sentido, la agilidad es una ventaja. Las organizaciones capaces de enfrentarse a los cambios y buscar soluciones que funcionen, y que, progresivamente, puedan ir perfeccionándose tienen gana la batalla a muchos problemas. Cuando el liderazgo empresarial está familiarizado con planteamientos como el Lean o el Get Things Done, se evitan los cuellos de botella y las limitaciones, muchas veces autoimpuestas, que llevan al fracaso a algunos negocios que no saben cómo responder a las transformaciones en su ecosistema.
Por último, la alta competitividad que promueve la globalización y la inclusión de nuevas marcas y productos en los mercados (algo posible gracias a la digitalización masiva) requiere de una nueva filosofía, de la revisión y reinvención.
En este contexto todo indica que iniciamos una nueva etapa de liderazgo empresarial, del cual se esperan nuevos avances y más cambios. En especial en los modelos de interacción y de relaciones entre las empresas, los mercados y los consumidores.
¿Qué nos depara el futuro en cuanto al liderazgo empresarial?
Tanto si eres un líder que acumula varios años desempeñando su labor como si apenas incursionas en esta área, te habrás dado cuenta de que, ante ti, se abren nuevas perspectivas y márgenes de acción. Veamos qué nos depara el futuro en cuanto a liderazgo empresarial:
Insistir en el factor humano como elemento transformador, pues no sólo se trata de digitalizar los procesos y reemplazar las personas por máquinas que realicen las mismas labores en la mitad del tiempo. El liderazgo empresarial debe ir mucho más allá: entender que el factor humano también forma parte de este proceso de cambio hacia un mundo cada vez más digitalizado. Es un fallo garrafal pensar que no tienen nada que aportar a ello, lo cual hace provoca que los líderes vuelvan su mirada hacia sus demandas, necesidades e interrogantes. Como líder, debes reconocer y valorar su papel.
Avanzar hacia una cultura empresarial constructiva, pues nadie mejor que los líderes para encabezar procesos que posicionen las empresas en sus respectivos sectores. Recuerda que existen dos tipos de culturas corporativas por las que puedes optar: la cultura defensiva, basada en el staus quo y en el hecho de que los trabajadores compitan entre sí en detrimento de valores como la solidaridad y la cooperación; y la cultura constructiva, que da margen a sus colaboradores para que tomen la iniciativa en los procesos y reconoce todos los esfuerzos y los recompensa como es debido.
Encontrar un equilibrio entre la apertura de puntos de vista y el enfoque para cumplir los objetivos. No hay que elegir entre uno u otro; ambas decisiones son necesarias en el liderazgo empresarial del siglo XXI y se pueden adaptar a las exigencias de cada caso. Recuerda, eso sí, que para ello será fundamental la estrategia de comunicación que implementes en tu empresa y, por supuesto, el nivel de retroalimentación que ofrezcas a tus colaboradores.
Fijar estándares de desempeño realistas para tener una idea exacta de cuál es el desempeño de tus equipos y, por ende, de la empresa en su conjunto. En este caso, el liderazgo empresarial debe trazar objetivos que estén al alcance de las posibilidades y capacidades de los colaboradores y de las proyecciones de productividad del negocio. El perfeccionismo es el peor enemigo del realismo; impide apostar por una evolución progresiva que vaya dejando atrás cada una de las etapas del cambio y la mejora del desempeño.
Asegurar un buen uso de la información recopilada a través de medios o estrategias de mercado. Como ya sabrás, los flujos de información actuales son vertiginosos y más vale saberlos usar antes que intentar dominarlos por completo. No te desgastes intentándolo; la clave está en saber extraer aquellos datos que realmente sean útiles para los procesos de tu negocio. En esto tienes que poner tu mejor esfuerzo y evitar que tus colaboradores trabajen en vano, pues el Big Data es un arma de doble filo: te proporciona numerosas ventajas para poder operar en cualquier escenario, reparando incluso en elementos que otros no han percibido, pero también, si no lo gestionas bien, su caudal puede acabar por arrasar tus planes de marketing.
Cualidades humanas del líder, claves en la empresa del mañana
Todo este repaso nos lleva a otra cuestión que será fundamental a medida que la digitalización termina de consolidarse en el entorno empresarial y de mercado: las cualidades humanas del líder.
Nunca antes habían sido tan importantes este tipo de cuestiones. Hablamos en concreto de habilidades tradicionales como la motivación y la gestión de equipos, pero también de otras como la confianza que inspire su liderazgo, el entusiasmo que transmita a sus dirigidos, la empatía hacia ellos, la cooperación como medio de acción, la sencillez, la cercanía y el manejo de emociones, entre otras.
De todas las anteriores cualidades del liderazgo empresarial, ¿cuál se te da mejor? ¿Cuál debes trabajar un poco más? No nos respondas; haz una evaluación de tu modelo de liderazgo y tú mismo encontrarás la respuesta.