Las empresas turísticas se preparan para un verano con pandemia y menos clientes
La industria turística se prepara para vivir un verano diferente. El primero de la historia reciente de España en el que una pandemia cerrará las fronteras y provocará que ese ciclo de diez años seguidos conquistando máximos históricos de turistas extranjeros recibidos se corte de raíz. El primero en el que todos los hoteles volverán a abrir sus puertas (la fecha definitiva la marcará el fin del estado de alarma) tras llevar cerrados desde mediados de marzo para tratar de contener la pandemia del coronavirus. El primero en el que las aerolíneas dejarán aviones en tierra y los que vuelen lo harán con un tercio de los asientos vacíos para garantizar la distancia social. El primero en el que bares y restaurantes tendrán que reducir su aforo e invertir en estructuras que garanticen protección y aporten seguridad a sus clientes. Y el primero en el que la promoción se volcará en el mercado doméstico. Todas las empresas consultadas apuestan por el turista nacional para tratar de mitigar tan solo parcialmente el duro revés que la pandemia va a hacer en sus cuentas.
En este escenario, las empresas se preparan para aportar seguridad y confianza a los clientes. Las aerolíneas ya trabajan en el día después. La IATA ya ha recomendado viajar con un tercio de los asientos vacíos y el grueso de las compañías lo cumplirá, lo que con toda seguridad mermará sus ingresos y presionará al alza las tarifas. En paralelo, algunas firmas como Ryanair han puesto en marcha protocolos estrictos, en los que repartirán mascarillas en sus aviones y tomarán la temperatura del cliente antes de embarcar.