La UE sin plan, sin calendario, y sin estrategia para enfrentar la crisis
En el incierto panorama económico mundial todo el mundo parece estar de acuerdo en una y sólo una cosa: la crisis de la deuda europea es el tema más candente del momento dado que amenaza una cadena de incumplimientos en cascada y con una acentuación de las corridas bancarias. Esta situación atemoriza a Estados Unidos, como lo hizo ver el sábado Tim Geithner, dado que una propagación de la crisis en Europa tendría un fuerte impacto en la primera economía del planeta, sumergiéndola de lleno en una nueva recesión. A Estados Unidos le inquieta el efecto dominó que tendría una nueva convulsión dado que el desempleo en ese país llega al 17,2%, su nivel más alto en décadas, y los datos de ventas de vivienda dados a conocer hoy se encuentran en su nivel más bajo en 50 años (gráfica inferior), lo que da cuenta del inclemente panorama que acecha a esa economía.
En las últimas semanas, ha habido signos inequívocos de que la crisis financiera de Europa se está transformando en una crisis económica de grueso calibre. El índice de confianza empresarial de Alemania (gráfica superior) cayó en septiembre por tercer mes consecutivo, dando cuenta que los riesgos a la baja van en aumento. El camino de la recesión se hace imparable y Jean-Claude Trichet, deberá revertir los errores cometidos en abril y julio, cuando subió las tasas de interés, repitiendo exactamente el mismo libreto del año 2008, cuando las elevó poco antes de la quiebra de Lehman. No es el único que se ha equivocado, en todo caso, en su lectura de la crisis…