«La definición de trabajo va a cambiar radicalmente» – Rachel Botsman
Uno de los hitos en la expansión de la economía colaborativa fue la publicación de «Lo mío es tuyo». Un libro que delimitó y denominó el fenómeno, y a la larga se convirtió en una especie de guia «colaborativa». Su autora, Rachel Botsman, ha acabado siendo uno de los referentes de la industria. La semana pasada atendió a ABC en el World Business Forum 2017. Y presentó un nuevo libro: «¿En quién puedes confiar?»
-Su último libro habla de confianza. ¿Qué están haciendo las compañías tradicionales por recuperar la de los consumidores?
-Muchas industrias consideran esto una prioridad. Los bancos son ejemplo de ello. En los últimos años se ha desconfiado mucho del sistema financiero y esto es preocupante. Es un proceso complejo, que debe estar enfocado hacia acciones como crear campañas sociales o mejorar la comunicación.
– Mientras, las fórmulas colaborativas se multiplican. ¿Qué límites debe tener este modelo?
-Debemos ser muy cuidadosos con la regulación y no precipitarnos a la hora de pedir normas. Lo importante es conocer cuál es el problema que se quiere solucionar con la nueva regulación: tiene que estar centrada en un objetivo. ¿Queremos reducir la pobreza? ¿Ofrecer una ley en favor de los consumidores? Cuando se tienen respuestas a preguntas de este tipo, la concepción de la legislación cambia radicalmente.
-Pero en algunos sectores no existen las mismas reglas del juego…
-Es cierto que deben existir leyes que favorezcan la seguridad de los consumidores. Pero las normas de la economía colaborativa no deben ser muy exigentes. El modelo de regulación instaurado no es válido, porque no tiene en cuenta la industria de servicios actual. Creo que las compañías digitales asustan, están empezando a ser muy grandes y comienzan a tener una «network» muy variada. Por ello, la futura legislación debe impulsar que haya un nivel de competencia alto. Cuanta más competencia exista en un sector, mejor.
-¿Qué seguridad ofrece actualmente la economía colaborativa a los consumidores?
-A veces no somos conscientes de que desde nuestra posición también tenemos una responsabilidad. Si queremos estos servicios, si queremos tener un precio diferente, tenemos que ser responsables de nuestras propias decisiones como clientes. No es algo que aceptemos de buen grado. Si algo nos sale mal acudimos rápidamente al servicio técnico de la compañía. Eso sí, esta responsabilidad debe ser compartida, porque es cierto que las empresas digitales también deben mejorar su trabajo reduciendo las malas prácticas. Tienen que hacer el esfuerzo de llevar a cabo una contabilidad que refleje las acciones que se realizan en sus páginas web.
-Distintos economistas han advertido de que la revolución digital va a causar una gran pérdida de puestos de trabajo. ¿Cree que será así?
-No creo que prácticas como la inteligencia artificial vayan a colapsar la economía. Se olvida muy a menudo es que este nuevo sistema ha sido beneficioso para muchas personas.
-¿Cómo serán los empleos creados por las nuevas compañías colaborativas?
-La forma en la que definimos un trabajo va a cambiar radicalmente. La idea del empleo tradicional como algo que hacemos regularmente y en el que se define perfectamente nuestra relación con el empleador ya no existe. El problema es que la sociedad no está preparada para este cambio. Todavía estamos en la era del empleo para toda la vida, pero el modelo implantado por la digitalización es inevitable y no existe alternativa. Tenemos que pensar de forma diferente cuando pensamos en los beneficios. Creo que en unos años tendremos un portfolio de habilidades que haremos para muchas compañías. Las empresas, por su parte, deberán mejorar la relación que tienen con sus colaboradores.
-¿Cuándo deja una empresa de ser colaborativa y pasa a pertenecer a un sector concreto?
-Depende del modelo. Está el caso de Uber, que tiene algunos servicios que están operados por conductores profesionales y otros en los que los pasajeros comparten trayecto. Se habla mucho del impacto de estas empresas, pero lo cierto es que las personas están logrando ingresos con la economía colaborativa. Siguiendo con Uber, muchos expertos están preocupados por sus conductores, por el trato que reciben, sus ganancias… pero muchísimas compañías de taxi han tenido exactamente los mismos problemas desde hace muchos años. La realidad es que ahora es visible cuando antes no lo era.