La banca mexicana es un barco sólido, pero ¿aguantará la tempestad?
El sistema financiero está bien capitalizado y tiene buena liquidez para sortear la crisis que se ha desatado por el coronavirus COVID-19. Sin embargo, hay retos que se deberán asumir para apoyar a los clientes e inyectar dinamismo a la economía. Gustavo Méndez Narváez, socio líder para la Industria de Servicios Financieros para México y Latinoamérica en Deloitte, nos platica sobre estos desafíos.
– Gustavo, ¿cuál es tu punto de vista sobre la banca mexicana en estos momentos de crisis?
Ante este periodo de incertidumbre, varios analistas prevén que no habrá crecimiento económico. Esta falta de crecimiento implica muchos temas para los bancos, sobre todo para aquellos que son muy dependientes de las variables financieras, como el tipo de cambio y las tasas de interés.
Los golpes en el tipo de cambio afectan mucho la capitalización de los bancos, pues tienen posiciones en dólares, tanto en los
créditos que otorgan como en los derivados peso/dólar. Esos activos se deprecian de inmediato y entonces los activos en riesgo se vuelven más grandes instantáneamente, pero el capital está en pesos; es decir, sigue siendo el mismo.
En consecuencia, el índice de capitalización disminuye.
La buena notica es que desde la crisis de 2008 y la implementación de los acuerdos de Basilea II y Basilea III, los bancos y el
regulador han tenido un acompañamiento para capitalizar mejor a los bancos.
Además, se han puesto reglas para crear planes de contingencia y hoy es momento
de usarlos.
Hoy, los bancos tienen un capital sólido y también buena liquidez, porque la mayoría de los préstamos se fondean con depósitos. En general, el sistema financiero está bien capitalizado y tiene buena liquidez para sortear la crisis, pero la situación particular de cada banco podría influir.
Los bancos que manejan mejor su liquidez, además de los fondos de sus clientes tienen fondeos profesionales de mediano y largo plazo, por lo que pueden soportar tres o seis meses de embates de liquidez. Los bancos cuyo fondeo profesional es de más corto plazo, tendrán que ser más creativos. Creo que el principal riesgo de la banca no es la capitalización, sino la
liquidez.
La economía también podría afectar al sector a mediano plazo: hasta dónde las empresas podrán soportar los créditos que tienen y los empleos. Lo que tiene que hacer la banca es analizar cómo reaccionan las empresas. Estas, a su vez, van a necesitar fondeo de sus bancos, pero si no hay mercado, van a sufrir…