Fintech ganan terreno en organismos globales
Diversos organismos financieros internacionales habían tenido aversión a la entrada de nuevos jugadores de origen tecnológico y no financiero hacia sus terrenos. Sin embargo, la irrupción de diferentes innovaciones los ha obligado a revisar diferentes tendencias y reaccionar a ellas.
Carstens y las monedas digitales
Agustín Carstens es ubicado por el mundo de las criptomonedas como uno de los banqueros más conservadores y, por ende, adverso a las monedas digitales. Tan solo en abril de este año, declaró que “por la tecnología, los bancos centrales no se sienten obligados a enfrentar un cambio importante en la forma en que conducen la política monetaria… y que la investigación y la experimentación no han logrado presentar un caso convincente de activos digitales.”
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Sin embargo, en una entrevista al Financial Times a los días de que Facebook anunciara el interés en crear su criptomoneda, Carstens dijo que “el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés, y entidad que dirige) está apoyando los esfuerzos de los guardianes monetarios del mundo para crear versiones digitales de sus monedas.”
Para el funcionario mexicano, una clave está en la demanda que pudiera existir: “Es necesario que haya una demanda de monedas del banco central y no está claro si la demanda está ahí todavía. […] Podría ser más pronto de los que pensamos que haya un mercado y tengamos que crear nuestras propias monedas digitales.”
El banco central de los bancos centrales se pronuncia
El BIS ha estado estudiando la participación de las Big Tech y sus tecnologías en el sector bancario, tanto de países desarrollados como en desarrollo. Ha identificado el interés de todas para participar en pagos y de casi todas en proveer crédito. Para el BIS, la clave está en la gran cantidad de usuarios que tienen y la extrema facilidad que tienen para recolectar datos con extrema facilidad.
Mientras ve beneficios de cara a la inclusión financiera, le preocupa que puedan volverse de importancia sistémica y realizar prácticas monopólicas, hacer mal uso de datos y poner en riesgo el sistema financiero. Ante ello, propone tres propuestas que probablemente veamos adoptadas en poco tiempo:
A misma actividad, misma regulación, lo que sugiere que, si las Big Tech quieren dar servicios bancarios, tendrán que ajustar sus prácticas a las de los bancos.
Se deberá analizar si las Big Tech fuerzan algún cambio estructural en el sistema.
La única forma de igualar el terreno entre bancos y Big Techs será poner atención en los datos, por lo que las autoridades financieras, de competencia y de protección de datos tendrán que emitir lineamientos dentro de sus respectivas áreas para garantizar el máximo beneficio al usuario sin afectación del sistema.
GAFI busca quitarle lo anónimo a las criptomonedas
Por un encargo del G20, el Grupo de Acción Financiera Internacional ha venido desarrollando lineamientos para transaccionar activos virtuales. En junio pasado, presentó sus conclusiones, donde de forma subyacente, busca adaptar las reglas de antilavado de dinero, combate de financiamiento al terrorismo y conocimiento del cliente. Para junio de 2020, todas las operaciones con activos virtuales reconocidos por el sistema financiero internacional tendrán que especificar nombre, número de cuenta, dirección física y geografía, tanto para originador como para receptor.
Lo anterior le quitará el atractivo de anonimidad a las criptomonedas —además del desencanto de que cada día hay más usuarios recibiendo notificaciones de que paguen sus respectivos impuestos por su operación con criptomonedas—. Cabe destacar que todos los Ministros de Finanzas del G20 aceptaron las recomendaciones de GAFI que, por ahora, afectarán principalmente a los proveedores de cryptoexchanges.
En conclusión, podemos ver que lentamente comienzan a permear las tecnologías financieras dentro de sistema financiero y hay un camino para regularlas. Diversos jugadores, incluidos los bancos y los entrantes innovadores tendrán que evolucionar rápidamente.