Estamos hechos de consejos de los demás
“Pídeles consejos a los viejos y a los jóvenes, pero sigue tu propio sentido común” dice un proverbio árabe.
Canta Antonio Orozco en una de sus canciones: ” El saber que sin ti no soy nada. Yo estoy hecho de pedacitos de ti…”
Yo a día de hoy, cambiaria el nombre.
La llamaría, “Estoy hecho de los consejitos de los demás“.
Nuestra vida no está formada solo por las experiencias vividas. No sólo estamos hecho de las acciones realizadas y de las decisiones no tomadas. Todo ello engloba los consejos que los demás nos dan por y para nuestro bien, por no hablar de aquellos que pedimos ante la toma de una decisión.
Una de las características de toda persona que he ido entrevistado es que hasta el momento de su cambio, siempre hacían caso más a los demás que así mismos.
Sus vida hasta la fecha estaba constituida por los consejos que los demás les habían dado sobre el devenir de su vida.
¿Qué debían hacer? ¿Qué carrera era la mejo y tenía más salidas profesionales r? ¿Qué relaciones debía tener a ciertas edades? ¿Qué se debía hacer y no en determinados momentos? ¿Trabajos que debía aceptar y cuáles debían rechazar?… Eran algunas de las preguntas que había lanzado al Universo y que fueron los demás quienes, por la falta de confianza en si mismo, acepto como verdades inexcusables a las que seguir por su bien.
¿Qué acabó ocurriendo?
Que una situación de malestar constante, de “quemado” con la vida, con el trabajo, les hacía plantearse qué estaba pasando con su vida.
Lo que estaba pasando que habían dando más poder a los demás, que a ellos mismos.
Queremos consejos, no porqué solamente creamos que los demás al tener más “experiencia o edad” sabrán más de la vida o del tema a tratar, sino porque no confiamos en nosotros mismos. Al no confiar en nosotros mismos, al tener miedo a lo que nos enfrentamos , preferimos que sean los demás quienes tomen el poder de nuestra vida, que nosotros mismos.
¿Qué pasa? Que tarde o temprano, la vida misma nos estará diciendo: “No es el camino que tenía pensando para ti”. Y todo porqué habías dado más poder a los demás que a ti mismo…