El trabajo tal y como lo conocemos podría desaparecer: «La tercera Revolución Industrial» – deGerencia.com
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El trabajo tal y como lo conocemos podría desaparecer: «La tercera Revolución Industrial»

La tecnología es sin lugar a dudas una de las mayores avances en nuestra vida moderna, la cual nos permite en principio una vida más cómoda, un mayor acceso a una información cada vez más globalizada, o unas líneas de comunicación cada vez más rápidas y baratas, muy acorde a un mundo cada vez más interconectado. Uno de los aspectos más carismáticos del avance tecnológico es que evoluciona de forma exponencial en todos los aspectos. Es decir, los beneficios para la sociedad se incrementan exponencialmente, así como los costes tecnológicos, que disminuyen también de forma exponencial, generando una economía de costes marginales que tienden a cero.. Esto es lo que se viene a conocer como la Ley de Moore.

Esto es lo que nos permite a día de hoy poder hacer llamadas, o mandar mensajes, o correos, de forma instantánea a cualquier parte del mundo, de forma gratuita, a través de aplicaciones móviles como WhatsApp, Viber, Skype, emails, redes sociales. Acceso a información de forma inmediata, con millones de usuarios participando de forma activa en las redes, con datos, opiniones, información…creando una comunidad online global nunca vista hasta ahora. El cloud computing, donde se almacenan volúmenes ingentes de información, o el Big Data, o Smart Data desde donde se pueden llegar a analizar los matices más nimios del comportamiento humano, drones, impresoras 3D, Smart cities, etc….

Como no podría ser de otra forma, la tecnología no podía quedarse ahí, y sigue avanzando de forma vertiginosa. Los nuevos avances van dirigidos en torno a la Inteligencia Artificial y la robótica.

Este artículo versa sobre como dichos avances tecnológicos impactarán en la vida humana, la sociedad y sobre todo en la economía en el medio y largo plazo. Las conclusiones obtenidas por diversos estudios y especialistas, no pasan para nada desapercibidas. En cualquier caso las divergencias de opinión son claras, y la controversia está servida.

Bienvenidos a la tercera revolución industrial

Si hay realmente un gurú en economía, que tenga la capacidad de profetizar los avances tecnológicos, su impacto en la economía, la sociedad y el medio ambiente, este es el economista Jeremy Rifkin. Es profesor de la Universidad de Pensilvania, y presidente de ¿Foundation on Economic Trends¿. El mismo economista que predijo a finales de los años 80, un sistema de correos, mundial, gratuito e instantáneo, que produjo el asombro de unos y el sarcasmo de otros.
El Sr. Rifkin ha vuelto a la carga con su último libro, ¿La sociedad de coste marginal cero¿, (publicado en el 2014) en el que analiza de forma detallada la evolución de la humanidad hacia ¿el Internet de las cosas¿, el declive del sistema capitalista, el derrumbe de la verticalidad de las estructuras empresariales tal cual las conocemos, o el pro-común colaborativo (una nueva forma de autogestión sustentada en las nuevas tecnologías y en la globalización de la comunicación. Lo que viene a ser una nueva forma de ¿anarquismo tecnológico¿). Ciertamente es una lectura muy recomendable.

¿Según Jeremy Rifkin, todas las revoluciones industriales obedecen a tres factores comunes. Energía, comunicación y transporte¿

La primera revolución industrial vino dada cuando el escocés James Watt inventó la máquina de vapor a finales del S.XVIII, y sobre todo por la aplicación de dicha nueva forma de energía a distintas disciplinas. La relación entre la máquina de vapor,la imprenta a vapor y la locomotora de vapor fue el inicio de todo ese cambio industrial, que marcó las pautas de la industria moderna según la conocemos, con todos sus pros y contras.

La segunda revolución industrial se desarrolló a finales del S.XIX y principios del siglo XX, cuando se empezó a implementar las fuentes de energía como el petróleo o la electricidad, nuevas formas de comunicación, como el teléfono, la radio, o el telégrafo, y una nueva forma de transporte, el automóvil.
Esta segunda revolución industrial definió unas estructuras empresariales mucho más verticalizadas y jerarquizadas. Simplemente debido a que las infraestructuras, como las extracciones de petróleo implicaban un desembolso de capital previo tan elevado, que las empresas se veían en la necesidad de jerarquizarse para obtener unas taxonomías y estructuras más optimizadas, mediante una mayor concentración empresarial que les permitiesen unas mejores economías de escala que rentabilizasen las inversiones iniciales.

La última revolución industrial se adecúa una vez más a este criterio. Comunicación mediante internet, una tendencia a las energías renovables, cada vez más baratas y con un poder energético cada vez mucho más alto. Por ejemplo la energía solar ha caído un 50% el precio solo en 2016, siendo por primera vez más barata que la energía eólica, o el carbón, y con una tendencia bajista imparable, con estimaciones que la sitúan en una fuente de energía prácticamente gratuita en un futuro no muy lejano. Por último, las nuevas formas de transporte como los coches eléctricos y sin conductor, o los últimos prototipos de aviones solares.

Lo que no cabe lugar a dudas, es que todos los avances tecnológicos están generando una economía con unos costes marginales cada vez más bajos, con una tendencia a ser cada vez nulos, o casi despreciables. ¿Por qué deberíamos pagar por un bien o servicio, que se puede conseguir de forma gratuita en algún otro lugar, en un mundo cada vez más interconectado?.

La tecnología básicamente es ese factor económico que muchas veces se subestima, de ahí que los modelos económicos que están aplicando muchos bancos centrales o gobiernos en la actualidad, no están teniendo el impacto deseado en la reactivación de la oferta y la demanda. O el motivo por el que muchos países estén creciendo en términos de PIB, con un impacto muy escaso o nulo en el mercado de trabajo. La tecnología está provocando que muchos sectores económicos tradicionalmente más intensivos en mano de obra, sean cada vez mucho más intensivos en capital. Un ejemplo muy paradigmático de este fenómeno, lo podemos ver en el sector bancario tradicional, que evoluciona hacia la banca online o Fintechs. Conocidos son los despidos masivos o cierre de sucursales bancarias en la actualidad. La banca online, con un número muy bajo de empleados, pueden gestionar con la misma efectividad, volúmenes de activos y transacciones tan amplios como cualquier banco tradicional

El mercado laboral del futuro

Mucha información incluída en este artículo, puede parecer propia de una película de ciencia ficción, pero me temo que los hechos empiezan a hablar por sí solos.

La empresa de seguros japonesa Fukoku Mutual Life Insurance ha despedido a 34 administrativos, y han sido sustituidos por robots. La empresa se ha gastado 1.7 millones de dólares en robótica, que esperan amortizar en dos años, y producirá un incremento de productividad del 30%.

Vehículos sin conductor, que están siendo desarrollados por la empresa Ford, y que se está implementando el prototipo en varias ciudades de USA. En principio las ventajas que tiene, es que es más barato, más seguro ya que elimina los accidentes debidos al error humano, y reduce emisiones de gases tóxicos. También se ha emitido un comunicado en donde estima, que si dicho prototipo es exitoso, y se implementa a lo largo y ancho del país, el impacto será de la pérdida de 4 millones de empleos .La tasa de desempleo en USA a finales del 2016 es de 7,9 millones de desempleados, lo que representaría un incremento de desempleo del 50%. Ante esta tesitura, Donald Trump puede aplicar todas las medidas arancelarias (Border Tax), vulnerando tratados de libre comercio como el NAFTA para incentivar el empleo en USA, o levantar todos los muros que quiera en las fronteras adyacentes para frenar la inmigración, que me temo que el problema es otro.

El fenómeno inventado por Amazon, que permite entrar en supermercados y hacer la comprar sin cajeros, ya que el coste del misma se carga en su móvil, y los productos elegidos son detectados por una cesta interactiva. O por ejemplo drones haciendo el reparto de productos también para Amazon, un servicio que tradicionalmente es desarrollado por personas, etc….

Por no hablar, de empresas de fondos de inversión japonesas, que no utilizan brokers, sino aplican algoritmos para optimizar la rentabilidad de la cartera de sus clientes, con unos resultados increíbles, con ratios rentabilidad muy superiores a sus índices de referencia.

Los países más involucrados en el uso de la robótica a día de hoy, son Japón, Corea del Sur y Alemania. En el gráfico adjunto se muestra la densidad de robots por cada 100 trabajadores en el mundo, a finales del 2015. Como sea, hay que entender que estas cifras se disparen teniendo en cuenta que la reducción del coste de producción en la robótica ha sido de un 27% en la última década, y se estima otra reducción del 22% adicional en la siguiente…



  • Ver original en El Blog Salmon
  • Publicado el miércoles enero 18, 2017


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