El Ingreso Mínimo Vital es una buena herramienta para luchar contra la pobreza en España
Ya tenemos, por fin, el Ingreso Mínimo Vital en España. Este mecanismo (o similar) es usado por países avanzados como Francia, Alemania, Austria o Finlandia para luchar contra la pobreza y España estaba fuera de este grupo. Es cierto que las CCAA tienen ayudas parecidos pero con mucha disparidad y limitada eficacia. Por fin habrá un sistema común y efectivo para luchar contra la pobreza.
España, hasta ahora, no ha tenido una política muy eficaz redistribuyendo la riqueza y, por tanto, luchando contra la pobreza. Lo único que hemos tenido son programas muy limitados y mucho menos efectivo que las ayudas directas.
El riesgo de pobreza en España
El riesgo de pobreza en España es bastante alto (hablamos de pobreza relativa). Como se puede ver en el gráfico tenemos un riesgo de pobreza superior al de la UE y al de la zona Euro.
Pobreza en Europa
Además, dentro del riesgo de pobreza tenemos un problema extra y es que afecta en mayor medida a los más jóvenes, como podemos ver en el gráfico. Incluso saliendo de la crisis esta tendencia se ha visto acentuada.
Riesgo Pobreza Espana
En cambio los más mayores no tienen tanto riesgo, les hemos protegido eficazmente (por ejemplo, creando y dotando un sistema de pensiones no contributivas), pero en cambio hemos dejado desprotegidos a los jóvenes. Es el momento de protegerles también a ellos.
Mala redistribución
El principal problema es la redistribución. Tenemos una pobreza antes de la redistribución alta, pero comparable a otros países como Finlandia. Sin embargo nuestra redistribución es escasa.
Transferencias Europa
Con esto no quiero decir que no se haya intentado atajar el riesgo de pobreza de formas muy variopintas. Pero hemos pecado de medidas que no actuan de forma correcta en la redistribución. Algún ejemplo de esto es que hay más funcionarios por habitante en las regiones con más paro que en las que menos paro tienen: las administraciones han decidido crear empleo por su cuenta para reducir este problema.
Otro problema es que tenemos redistribución, sí, pero que no afecta a los grupos en riesgo de pobreza. Por ejemplo subvencionamos fuertemente los estudios universitarios que principalmente usan clases medias y altas; hemos dado desgravaciones fiscales a la compra de vivienda (hasta que Europa nos obligó a quitarlas); la lista de los items con IVA fuera del tipo general es muy generosa (y está llena de elementos que benefician a las clases medias y altas, como hostelería y cultura); nos encanta dar dinero para que la gente cambie de coche; y la lista podría seguir y seguir.
Es decir, tenemos un sistema de redistribución. Pero normalmente la gente en riesgo de pobreza o directamente afectados por la pobreza ven muy poco dinero. Los programas concretos son escasos y muy desiguales a nivel territorial.
El IMV soluciona esto
El Ingreso Mínimo Vital viene a solucionar esto. Con un gasto previso relativamente escaso (nos vamos a gastar más si seguimos manteniendo las pensiones ancladas al IPC) logramos una transferencia real de rentas a los más necesitados.
El problema de este tipo de programas es que desincentive el trabajo. De ahí las críticas que muchas veces, aunque sin decirlo, compraran este tipo de programas con el clientelismo que se creó en Venezuela en la época de Chávez. Sin embargo, si se diseña bien, puede ser una salida a la pobreza y no desincentivar el trabajo. Hemos mencionado antes una serie de países que tienen programas similares y que de ninguna forma quieren crear una red clientelar sino solucionar un problema real que tienen sus economías.
Además, parece que el IMV español está bien diseñado. Crea incentivos para lograr trabajo no retirando las ayudas de golpe y también se convierte en un complemento salarial similar al que propuso Ciudadanos en su día. En esta ocasión el Gobierno y en concreto el Ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, han hecho un buen trabajo.
Una vez que tenemos este poderoso mecanismo en marcha para reducir la pobreza hay que dejar de usar estrategias incorrectas, como por ejemplo crear muchas plazas de funcionarios en regiones con alto paro. La pobreza se ataja con transferencias y no podemos seguir derrochando por ciertos lados que además incentivan a que los mejores talentos acaben en empleos seguros pero sin apenas aporte a la sociedad.