El empleo digital busca su encaje legal
¿Es un trabajo conducir para Uber? ¿Y repartir pedidos a través de Deliveroo? Estas empresas asegurarán que no, pero puede que el chófer y el «rider» no den una respuesta tan rotunda. Las plataformas digitales han instaurado una nueva relación entre empleador y empleado adaptada a las nuevas tecnologías. Más flexible, más efímera y, en ocasiones, más frágil.
La propia Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), patronal de estas plataformas, admite que estos nuevos trabajos se están precarizando por la inseguridad jurídica que les rodea. Para revertir esta tendencia, que no solamente se da en España, propone instaurar determinados límites. En un informe publicado esta semana en colaboración con la consultora GoVup bajo el título «Trabajo en plataformas digitales. Análisis y propuestas de regulación», la organización propone adaptar la regulación vigente a las necesidades de las plataformas para garantizar ciertos derechos a los trabajadores de la denominada nueva economía.
Hoy, @josezimmer presenta ante los medios el informe «Trabajo en Plataformas Digitales» https://t.co/F7TEnvZLEx c/ @govup_ @KreabIberia pic.twitter.com/ASeNKizJSrââ¬â Adigital (@adigital_org)
18 de julio de 2017Adigital rechaza una reforma de calado porque sería «difícil de abordar» y considera que la figura del autónomo se adapta en gran parte a este tipo de empleos. Su solución pasa por la creación de nuevas normas destinadas a los trabajadores por cuenta propia y enmarcadas en la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información. Sin modificar el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ni el Estatuto de los Trabajadores.
¿Cuál serían las bases de esta nueva regulación? Adigital señala varios puntos clave. Por un lado, propone delimitar la relación entre autónomo y empresa. Es decir, que no se pida exclusividad, que no haya penalización por rechazar servicios o que el horario sea realmente flexible. Además,
reclama que se establezcan derechos como un salario mínimo o un seguro por accidentes.
Y para fomentar este tipo de trabajo, pide acciones para reducir las cuotas de autónomos o que las plataformas puedan operar al mismo tiempo con empleados fijos y colaboradores.
Los afectados piden un salario mínimo o un seguro de accidentesEstas reclamaciones se antojan «necesarias» para delimitar un tipo de trabajo al alza, según la patronal. El informe de Adigital menciona un estudio de McKinsey que señala a su vez que en Estados Unidos y Europa entre un 20 y un 30% de la población en edad laboral percibe ingresos de forma independiente. Entre ellas, un 15% lo hace a través de plataformas digitales.
«Es una oportunidad. Hemos mantenido reuniones con distintos agentes sociales y hay cierto consenso en la necesidad de modificar la figura del autónomo para hacerla más competitiva», afirma José Luis Zimmermann, director general de Adigital. Las principales barreras, según su opinión, son la posible merma de ingresos para la Seguridad Social que podría suponer la reforma y la «dificultad técnica» que esta medida conllevaría.
Casos concretos
Las peticiones de la organización se producen escasas semanas después de que estallase el primer conflicto laboral entre una plataforma digital y sus colaboradores.
Los «riders» de Deliveroo han realizado varias movilizaciones que culminaron el pasado 2 de julio en una multitudinaria huelga
para protestar contra las nuevas condiciones laborales de la compañía. Estas, por ejemplo, eliminan el pago obligatorio por hora trabajada. El conflicto, que todavía sigue abierto, ha provocado que se asocie de nuevo la precariedad al empleo online.
Adigital considera que esta situación, en realidad, es consecuencia de la regulación actual. El informe menciona que las empresas no pueden garantizar determinadas prestaciones porque podría ser interpretado como un «indicio de laboralidad» en una Inspección, lo que convertiría a estos trabajadores en falsos autónomos.
«Una de las principales reclamaciones que han realizado los «riders» es que el salario neto es demasiado bajo. Este tipo de reivindicaciones suele ser bastante frecuente, por lo que pedimos que se desarrollen medidas como el autónomo a tiempo parcial y que la cotización también sea a tiempo parcial», explica Zimmermann.
Acabar con el limbo laboral
Finalizar con el limbo laboral en el que operan las plataformas, sin embargo, no sería beneficioso para todas ellas. Así lo reconoce la propia patronal de estas empresas. Adigital admite que hay determinadas compañías que deben modificar la relación que mantienen con sus colaboradores. «Por ejemplo, no se puede pedir exclusividad», señala el director general de la asociación.
Otras puede que ni siquiera opten a las normas que salgan adelante. Cabe recordar que todavía se cuestiona la naturaleza de determinadas plataformas y si realmente son intermediarias digitales. «Tenemos el mismo posicionamiento de la Comisión Europea y si considera finalmente que un servicio de Uber no hace la labor de intermediario digital se debería regir por la normativa del sector al que pertenece, en este caso el de transportes», señala Zimmermann.
La industria digital cuenta con muchas dudas y pocas certezas. Para despejarlas, la patronal del sector ha hecho públicas sus reclamaciones. Para que en el futuro tanto el repartidor como Deliveroo tengan claro los términos de su relación.
Por su parte la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (Upta) y representantes de Deliveroo anunciaron esta semana que estudian la posibilidad de firmar un acuerdo de interés profesional (AIP) que permitiría regular unas condiciones mínimas para los repartidores de la empresa, que son autónomos dependientes.
El peso de la economía colaborativa
La economía colaborativa invade nuestras vidas y ha puesto en crisis a la economía clásica, al propinar un giro a los conceptos tradicionales de oferta, demanda y consumo. El Observatorio de Investigación Económica de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (Racef) que preside el premio nobel Finn Kydland y que dirige la doctora Ana Maria Gil, está realizando un estudio sobre las consecuencias de la economía colaborativa en España, sus costes en perjuicios a colectivos concretos y a quienes beneficia y cuánto. Por ejemplo, el alquiler turístico beneficia a quienes tienen capacidad patrimonial, pero perjudica al sector inmobiliario al crear inflación o deflación, según los casos. En el equipo participan investigadores de las universidades Rovira i Virgili, Pompeu Fabra y Carlos III.