El 10% de las empresas españolas ha desaparecido durante la crisis
Durante la crisis han desaparecido en términos netos en torno al 10% de las empresas españolas, según el estudio «Demografía empresarial en España: tendencias y regularidades», elaborado por los miembros del grupo de investigación sobre productividad, innovación y competencia (Gripico) de la Universidad Complutense de Madrid, José Carlos Fariñas y Elena Huergo para la Fundación de estudios de economía aplicada (Fedea). A 1 de enero había en España 3.186.878 empresas, de las que más de la mitad no tiene asalariados, ha explicado Huergo en la presentación del informe este jueves, antes de añadir que en el tejido empresarial español predominan las microempresas. Más del 99% de las empresas con asalariados son pymes. En concreto, el informe muestra que en España una gran proporción del empleo y del valor añadido se concentra en microempresas, compañías que tienen entre uno y nueve empleados, y empresas pequeñas, de entre 10 y 49 trabajadores. En comparación con Alemania, el peso relativo que tiene el empleo de las microemrpesas españolas duplica el que tienen en el país germano. Asimismo, en España uno de los rasgos empresariales en el que hay más diferencias con países como Alemania, Estados Unidos o Francia es el fuerte peso relativo que tienen empresas pequeñas y la escasa presencia relativa de empresas grandes, que son las que tienen más de 249 trabajadores. En este sentido, el estudio expone que las razones demográficas por las que España tiene una proporción de pymes jóvenes (empresas de hasta cinco años de edad) mayor que la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) son, por un lado, que las tasas de entrada de nuevas empresas son más elevadas que la media de los países de la OCDE y, por otro, que el crecimiento de las empresas supervivientes es menor, lo que coincide con tasas de supervivencia reducidas. En términos relativos, en España se crean muchas empresas nuevas pero pocas consiguen consolidar su posición y crecer hasta convertirse en grandes. En España existe una gran rotación empresarial, puesto que cada año se crean y se destruyen muchas empresas, ha matizado Huergo. «Cada año más del 20% de las empresas españolas se dan de alta o de baja y existe una gran turbulencia empresarial», ha destacado Fariñas. Más grandes; más productivas Las empresas más grandes tienen niveles de productividad más elevados que las empresas pequeñas, por tanto, el tamaño de las empresas guarda una estrecha relación positiva con esta variable. El tamaño medio de la empresa en España está en torno a 4,6 trabajadores, claramente inferior al de Reino Unido y Alemania que tienen 10,4 y 12 empleados, respectivamente. Por su parte, ha añadido que el tamaño medio reducido de la empresa española se debe sobre todo a las dificultades de crecimiento de las microempresas. Así pues, una de las consecuencias de que el empleo esté muy concentrado en el estrato de microempresas es la menor productividad de la economía española respecto a los mayores países de la Unión Europea (UE). El estudio muestra que con los niveles actuales de productividad de las empresas españolas, un cambio en la distribución de tamaños que aproxime a los socios grandes de la UE incrementaría el nivel de productividad del país entre el 10% y el 15%. En la misma línea, Fariñas ha añadido que existe una relación clara entre productividad y actividad tecnológica, ya que las TIC crecen más rápido y aguantan mejor las recesiones. Además, sobre el entorno empresarial influyen factores como la dotación de capital humano, la intensidad del capital tecnológico o el entorno institucional que regula las condiciones de entrada al mercado que condiciona el crecimiento de las empresas. Demasiadas regulaciones Aunque se han realizado reformas en los últimos años para incrementar la facilidad de hacer negocios y reducir los obstáculos a la iniciativa empresarial, España aún se encuentra lejos de economías como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Francia, que presentan un mejor desempeño en estos aspectos, tal y como se explica en el informe atendiendo a indicadores que publica el Banco Mundial en su informe «Doing Business» o la OCDE en su índice de obstáculos a la iniciativa empresarial. Por tanto, la proliferación de trámites y prácticas reguladoras a nivel regional y local junto a la existencia de umbrales de tamaño en múltiples regulaciones empresariales son elementos que actúan como barreras al crecimiento de las empresas españolas. El estudio explica que, según el último informe sobre la economía española de la OCDE, España es un país con exceso de regulaciones vinculadas al tamaño de las empresas y que éstas pueden afectar negativamente al crecimiento empresarial. El estudio de Gripico subraya que en España existe un problema de tamaño insuficiente en la empresas española que aleja al país de los niveles de productividad de los países más desatollados de la OCDE y sugiere como una condición necesaria para corregirlo, aunque no suficiente, que las políticas públicas y reglamentaciones que afectan a las empresas estén diseñadas para favorecer su crecimiento…