Dirección estratégica ágil
Los métodos ágiles están conquistando las industrias tradicionales y, por ese motivo, incluso compañías establecidas desde hace mucho tiempo enseñan a sus gerentes a usar la intuición en su dirección estratégica. ¿Pero la gestión ágil es realmente la respuesta a todo?
Los métodos ágiles como Scrum o el design thinking, nacidos en el mundo del desarrollo de software y las nuevas empresas de Internet, han comenzado a florecer, posicionándose en cabeza de los mercados, incluso en los ámbitos más tradicionales, que solían poner énfasis en la planificación racional.
La intuición y el ensayo y error están regresando y los equipos autogestionados prometen reemplazar la burocracia. Pero ¿esto supone que la planificación racional se volverá obsoleta? ¿Afectará el enfoque ágil a la dirección estratégica?
¿Actuar antes de pensar? ¿Es un enfoque de gestión estratégica válido?
En la práctica, aunque los equipos autogestionados pueden ser más autodeterminados, también pueden generar más presión y ser menos eficientes al final. En definitiva, la superioridad de la autogestión aún no se ha demostrado.
Pero, dado que la gestión es una práctica que las personas aprenden en contexto, las empresas que desean ser efectivas deben adoptar formas de toma de decisiones más intuitivas u orientadas a la acción. También en lo que respecta a la dirección estratégica.
Eso no significa suspender por completo el pensamiento. En cambio, se recomienda reposicionarlo, situándolo al mismo nivel que otras formas de toma de decisiones.
Idealmente, esto conduciría a las organizaciones a combinan distintos enfoques y elegir los que funcionan mejor para un contexto particular, por ejemplo:
Pensar primero funciona mejor cuando hay un proceso de producción establecido. Aquí la dirección estratégica se basaría en la planificación y el análisis.
Ver primero tiene sus puntos fuertes en el desarrollo de productos. En este caso, el soporte de la planificación estratégica vendría dado por la colaboración.
Hacer primero podría ser el enfoque de referencia para las empresas que enfrentan una tecnología disruptiva. La innovación se priorizaría ante una dirección estratégica que debería aprender a asumir más riesgos.
A pesar de que la tendencia es evolucionar hacia un modelo que combine los tres enfoques, el pensamiento racional y la planificación no están desapareciendo. Las organizaciones establecidas desde hace mucho tiempo están equilibrando con éxito las formas tradicionales de gestión con enfoques intuitivos.
Siemens o Volkswagen son ejemplo de empresas punteras e innovadoras, que no dudan en extraer todo el valor de sus activos de datos, para proporcionar el soporte de conocimiento necesario a la dirección estratégica.
Al fin y al cabo, la toma de decisiones exitosa debe basarse en una combinación de varios factores, donde no pueden faltar claridad y análisis, creatividad e intuición y tampoco el aprendizaje practico.
En otras palabras, hoy día, los responsables de la dirección estratégica del negocio deben saber cuándo confiar en su intuición y cuándo depender de un pensamiento más estructurado y deliberado. Es más, incluso en el marco de los enfoques ágiles, la planificación aún se puede utilizar para mejorar la eficiencia y reducir el riesgo.