Cómo hacer un regalo a un cliente sin que sea un soborno
Para que una empresa no tenga problemas con posibles incentivos a clientes, es necesario implantar un programa de compliance claro y transparente en el que se monitorice la posible cadena de bonus.
El habitual carácter confidencial de los acuerdos de incentivos a clientes o proveedores hace que normalmente sean mal vistos y rocen ciertas conductas delictivas como el soborno. Sin embargo, se trata de fórmulas que pueden tener objetivos beneficiosos, como fomentar el desarrollo en los mercados emergentes.
Para evitar cualquier sombra de duda, Scott Lane, consejero delegado de The Red Flag Group, especializada en compliance, mantiene que los organismos gubernamentales y empresas privadas deben controlarlos de manera interna para garantizar que sean lícitos, que no se utilicen como fachadas para sobornos y que se cumplan las obligaciones establecidas en ellos.
Además, el experto destaca que «no contar con un política de incentivos es depender demasiado de que los empleados sepan no sólo cómo actuar, sino de que lo hagan correctamente, cuando nadie está controlándolos». Las consecuencias no son menores: además de las pérdidas económicas por el gasto realizado en regalos fastuosos o inapropiados, también aparecen las sanciones, el riesgo de cárcel y el daño reputacional para la empresa…