Amazon vuelve a innovar rompiendo todos los moldes, y aumenta su esperanza de vida
El pasar de que los lustros (económicos) ha ido haciendo que los analistas más experimentados ya no se sorprendan de muchas situaciones y desenlaces, que para los más jóvenes suponen muchas veces algo imprevisible. Pero una cosa es que algo haya tenido un resultado inesperado e “inesperable”, y otra muy distinta es que no se hayan querido informar, analizar, razonar, y hacerlo consultando o bien los anales de la Historia Económica, o medios especializados como El Blog Salmón.
Pero sí que hay ciertas situaciones que sorprenden incluso a los más experimentados del mercado, y también hay veces en que las sorpresas socioeconómicas son para bien, porque además conllevan un nivel de madurez empresarial y personal por parte de algunos líderes que es digna de alabanza. Jeff Bezos, el presidente de Amazon, ha hecho recientemente una exhibición de ello.
Amazon, como toda empresa, tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles
Vaya por delante que el análisis de hoy no pretende ser ningún panfleto de propaganda a favor del gigante de Seattle. Los lectores más habituales son perfectamente conocedores de que, desde estas líneas, hemos sacado en más de una ocasión los colores a la compañía de comercio electrónico cuando lo hemos considerado conveniente.
Pero por que una compañía o unos directivos tomen algunas decisiones o adopten unas políticas que sean como poco polémicas, ello no nos debe impedir ser capaces de analizar y ensalzar las cosas que hacen muy bien. Y Amazon no sólo las tiene, sino que además debemos ser capaces de valorarlo y, sobre todo, aprender de ello.
Amazon ha revolucionado el sector de comercio minorista, y ha forzado a la competencia a innovar
Hace unas semanas, ya analizamos en estas líneas cómo la gentrificación podía estar detrás del hecho de que, en las zonas tradicionalmente más comerciales de Nueva York, se sucedía un local comercial cerrado tras otro. Pero ya entonces también les hablamos de cómo otro factor podía estar teniendo ya en Main Street una fuerte influencia en el devenir de los “retailers” neoyorkinos: la “Amazonización del consumo”. Ambos factores son de alto impacto, pero el de Amazon cobraba especial relevancia cuando sin embargo ya les dijimos que, paradójicamente, la ocupación en los almacenes de productos y mercancías cercanos a la Gran Manzana estaban en máximos históricos.
Tras la quiebra de Sears, Toys “R” Us, y otras tantas cadenas minoristas, a lo que hay que añadir otras tantas que languidecen en serias dificultades, es evidente que los hábitos de consumo han cambiado para siempre tras la irrupción del gigante de Seattle en el mercado. Pero ahora el poso que ha dejado Amazon empieza a dejar de ser tan amargo para su afectada competencia, y el sector está asistiendo a un re-florecer de sus ventas… y además, para mayor sorpresa, los brotes verdes crecen a raíz de sus ventas en tiendas físicas.
Hace ya algunos meses que les escribimos sobre las fórmulas de éxito de ciertos centros comerciales que fue la primera fórmula comercial que tuvo que innovar y tratar de volver a ser el máximo exponente de la experiencia de compra de hoy en día. Hoy lo que analizamos es la transformación que inevitablemente ha acabado por llegar a todo el comercio minorista en general, más allá de los (mayormente) decrépitos centros comerciales. No ha cambiado sólo la fórmula de venta del tradicional “Mall” estadounidense que tan de moda estuvo hasta hace unos lustros, lo que ha cambiado es la faz de todos los hábitos de consumo y… también de lo que el consumidor espera: comprar ahora ha de ser toda una experiencia y no una tediosa rutina. El consumidor no quiere sólo comprar, quiere disfrutar con nuevas propuestas que le hagan experimentar de nuevo el placer de comprar…