Alerta máxima de los inversores por la guerra comercial
Agosto ha vuelto a pillar a traición a los inversores. El mes más inhábil del año está dejando los momentos más convulsos para los inversores en lo que va de ejercicio. Acostumbrados desde hace meses a que la tensión comercial entre Estados Unidos y los tuits de Donald Trump marquen el paso, el conflicto ha ido esta semana un paso más allá. Como segunda economía mundial, China ha mostrado todo su potencial desestabilizador al permitir la depreciación del yuan más allá de las 7 unidades por dólar, algo sin precedentes en los últimos diez años, con lo que ha abierto la caja de los truenos de la guerra de divisas. Ha sido su respuesta a la última ofensiva proteccionista de la Casa Blanca: la aplicación de un arancel del 10% a productos chinos por valor de 300.000 millones de dólares, con lo que ya penalizará a la totalidad de las importaciones desde el gigante asiático.
Estados Unidos respondió a la depreciación del yuan con una dura acusación hacia China de manipulación de divisas, lo que ha terminado por enterrar cualquier expectativa de acuerdo comercial. De hecho, esta semana se han disparado los peores augurios, los de un salto cualitativo de guerra comercial a guerra de divisas –una metástasis en palabras de Citi– capaz, esta vez sí, de provocar la recesión económica. El Banco Popular Chino dio cierto respiro al mantener en los días sucesivos la estabilidad del yuan pero las espadas están en alto y los inversores, en alerta máxima. La semana deja cifras de vértigo y augura un verano de alta volatilidad: en la sesión del lunes, cuando el mercado encajó la depreciación del yuan y Wall Street sufrió su mayor caída del año, salieron de la Bolsa global 12.400 millones de dólares; la salida semanal de activos de Bolsa emergente, por 6.200 millones de dólares, ha sido la mayor desde agosto de 2015, cuando China también depreció su divisa; y la afluencia de inversión hacia el oro, gran activo refugio, ha sido la cuarta mayor de la historia en una semana, según datos de Bank of America. Además, el volumen de deuda en negativo se ha disparado hasta la cifra récord de 15,2 billones de dólares, en la previsión de una oleada de rebajas de tipos de interés con la que hacer frente al estallido de una guerra de divisas y una recesión mundial.