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10 consejos de supervivencia para el inversor

La crisis financiera se propaga casi tan rápido como la pandemia del coronavirus. Las Bolsas de todo el mundo han caído a plomo durante el mes de marzo y los bancos centrales han tenido que salir al rescate para que no se disparen los costes de financiación. El 97% de los dueños de fondos de inversión está perdiendo dinero en 2020 y cada vez parece que hay menos activos seguros.

En este contexto, sin saber si las Bolsas han tocado fondo, sin conocer cuál será el impacto del confinamiento sobre la economía real, sin tener claro cuánto se verá afectada de gravedad la producción de Estados Unidos… ¿cómo puede un pequeño inversor prepararse? ¿De qué forma puede actuar para preservar sus ahorros? Asesores, banqueros privados y gestores tratan de aportar algunas claves de cómo administrar el patrimonio en estos tiempos convulsos.

Un resumen para lectores con poco tiempo: es mejor hacer poco que hacer demasiado.

1. No tomar decisiones precipitadas

Puede parecer una obviedad, pero el estudio sistemático de los flujos de fondos en las últimas crisis financieras indica que, tras los desplomes bursátiles, vino la salida masiva de dinero. Así que millones de pequeños inversores que decidieron vender presos del miedo se perdieron las recuperaciones posteriores.

“La sobreinformación a la que estamos expuestos durante estos días no ayuda a calmar los ánimos, sobre todo cuando hemos vivido algunas de las peores sesiones bursátiles de la historia durante el mes de marzo”, explican desde la asociación europea de asesores financieros (EFPA, por sus siglas en inglés). “En circunstancias así, resulta fundamental mantener la cabeza fría y evitar tomar decisiones precipitadas, realizar un análisis de la situación y sopesar los pros y contras”, sentencia.

2. Acumular efectivo para seis meses de gastos

El confinamiento ha venido acompañado de una oleada masiva de expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE). Cuando la economía vaya reactivándose, habrá miles de empresas que no habrán podido sobrevivir y que tendrán que despedir a sus trabajadores. En otros casos, habrá reducciones de sueldos. O de ingresos, en el caso de los autónomos.

“Tener el dinero suficiente para afrontar entre seis y nueve meses de gastos fijos es muy sensato en un contexto como el actual, en el que no podemos dar por supuesto todos nuestros ingresos futuros”, señala Unai Ansejo, consejero delegado de Indexa Capital y profesor de finanzas en la Universidad del País Vasco.

3. No aprovechar ahora para rebalancear la cartera

Los asesores financieros y las gestoras dedican un tiempo muy valioso para conocer el perfil de riesgo de cada pequeño inversor y su horizonte temporal. Así, alguien que no necesite disponer del dinero invertido en 20 años y que pueda resistir mejor correcciones en su cartera del 30%, podrá invertir casi todo en Bolsa. Mientras que si el dinero lo necesita en tres años y no quiere asumir pérdidas temporales de más del 10%, tendrá que tener casi todo en renta fija.

“En una coyuntura como la actual no es momento para revisar la composición de la cartera y el horizonte temporal. Se pueden hacer correcciones, si es que el peso de la Bolsa ha caído respecto a nuestro diseño. Pero no tiene sentido hacer cambios drásticos en la composición de la cartera”, apunta David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi) y director de su gestora.

Si un inversor tiene un perfil agresivo, no tiene sentido que ahora venda toda la parte de renta variable de su cartera para posicionarse en bonos europeos a corto plazo. Y, del mismo modo, alguien conservador no debería apostar ahora fuerte en Bolsa porque haya leído que está barata.

4. Mantener las aportaciones periódicas

Cuando se está ahorrando para un objetivo a largo plazo, como lo es tener un complemento para la pensión de jubilación, ir metiendo el dinero poco a poco es la mejor alternativa. Y frenar esas aportaciones porque ha habido una corrección en los mercados puede suponer un grave error (siempre que se cuente con un colchón de liquidez e ingresos).

“Si un ahorrador estaba haciendo aportaciones periódicas a un plan de pensiones o a un fondo de inversión, lo mejor es que lo siga haciendo”, recuerda Unai Ansejo, de Indexa Capital. “No sabemos si los mercados han tocado suelo o no, pero si el ahorrador se pasa seis meses hasta volver a invertir, es probable que haya perdido la oportunidad de comprar activos a precios atractivos”.

En la misma línea se muestra Diego Fernández-Elices, director de inversiones de A&G Banca Privada. “Hay que tener muy presente que, históricamente, el final del ciclo bajista bursátil ha coincidido con el inicio oficial de la recesión. La renta variable, por su propia naturaleza, se anticipa a los acontecimientos, por lo que no es muy buena idea dejar de invertir hasta que se haya aclarado completamente el panorama”.

5. Invertir solo en lo que se conoce

Hay fondos de inversión que tienen en cartera centenares de empresas, y fondos de fondos que tienen en cartera fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés). Los fondos mixtos combinan Bolsa con deuda soberana y, a veces, empresarial. No siempre es fácil tener claro en qué se está invirtiendo. Pero con la ayuda de los asesores, y leyendo con detenimiento la información que facilitan las gestoras de los fondos, hay que tratar de conseguirlo.

Lo que no es una buena idea en estos tiempos convulsos es comenzar a invertir en una empresa, un sector o un producto completamente desconocido; tomar posiciones en una firma biotecnológica porque en el telediario han dicho que están trabajando para conseguir una vacuna contra el coronavirus. “Ponerse a invertir en industrias de las que no se tiene ninguna información puede suponer una gran equivocación”, apunta Flavio Muñoz, asesor del fondo Andromeda Value Capital, que ha logrado un retorno medio anual del 7,3% en los tres últimos ejercicios, frente a las caídas generalizadas. En su caso, la especialización se concentra en el sector tecnológico y de compañías de entretenimiento (televisión por cable, videojuegos, productoras…).

Ponerse ahora a invertir en derivados, en compañías de blockchain o en fondos cuánticos, que no se comprenden, no parece la mejor opción.

6. Olvidarse de ser más listo que el mercado

En tiempos de grandes correcciones bursátiles es fácil querer convertirse en un gurú de la renta variable y adelantarse a los movimientos de Bolsa. Pero es una pretensión inútil. “Los estudios comparativos que se han hecho han descubierto que ni siquiera los grandes profesionales de la inversión son capaces de acertar siempre sobre cuándo es el momento óptimo para salir del mercado o volver a entrar. Menos aún un pequeño particular”, explica Unai Ansejo, de Indexa Capital.

Después de que el Ibex haya caído un 25% en un mes puede parecer una opción perfecta hacer una fuerte inversión en este índice. Pero tal vez caiga otro 20%. El economista José Carlos Díez recomendaba en su cuenta de Twitter comprar acciones de Telefónica a 5,39 euros el pasado 28 de febrero. En las dos semanas siguientes se desplomaron un 31% hasta cotizar en 3,68 euros. Y, aun hoy, cotizan muy por debajo del nivel de compra recomendado.

7. Cuidarse de los rebote

En momentos de máxima volatilidad hay que ser especialmente cuidadoso con los fuertes rebotes, porque se pueden tratar de un mero espejismo. Una expresión inglesa define muy bien este riesgo: the dead cat bounce, el rebote del gato muerto. Se popularizó en Wall Street en los años ochenta. “Un gato muerto puede rebotar al chocar en el suelo, si se lanza desde cierta altura”, decían los operadores bursátiles.En este entorno de mercado, “no hay que fiarse de los rebotes hasta que se den una serie de condiciones, entre otras, que los estímulos monetarios y fiscales surtan efecto, que se publiquen datos macro y resultados empresariales para medir la magnitud del impacto, y que se ajusten las valoraciones de algunos segmentos de mercado”, comenta Munesh Melawni, fundador de Cross Capital y asesor de fondos de inversión. El inversor hacía esta reflexión tan solo unas horas después de que el índice Dow Jones se anotara una subida del 8%, el pasado lunes.

8. Consultar poco la evolución de la Bolsa

Un pequeño inversor que mire cada día la evolución de su cartera de fondos puede desesperarse con la actual coyuntura. Las caídas de la Bolsa y de los bonos han hecho que prácticamente todos los activos estén en pérdidas en 2020. “Creo que lo razonable es consultar poco la evolución de los mercados de renta variable, y solo un par de veces al mes mirar la posición global de nuestras inversiones”, dice un asesor financiero perteneciente a EFPA.

Este especialista también recomienda a sus clientes que aprovechen estos momentos de tensión en los mercados para reevaluar los objetivos de su inversión y su plazo temporal. “Hay que situar estas fuertes caídas dentro de un marco temporal amplio. No tiene sentido llorar por haber perdido un 21% en 2020, cuando el año anterior ganaste un 28%”.

9. Evaluar el plan de contingencia

Los asesores financieros también realizan una importante labor pedagógica con sus clientes. Les ayudan a entender los riesgos consustanciales de cualquier inversión financiera. Si se tiene la mayor parte del patrimonio invertido en Bolsa, hay que estar preparado para aguantar caídas de más del 25%. “Es importante que el particular haga una reflexión sobre si había trazado algún plan para afrontar este tipo de shocks de mercado”, arguye el asesor.

En Indexa Capital trataron de concienciar a sus clientes proponiéndoles firmar un contrato “con su yo futuro”. Se trataba de un documento sobre cómo reaccionar en caso de una caída, para poder hacerse esa reflexión en un momento de serenidad y no en un momento de impacto emocional. “Es algo que ha funcionado, y hemos tenido unos niveles de reembolsos muy bajos. De hecho, en marzo hemos crecido en clientes y hemos captado dinero”, cuenta Unai Ansejo, consejero delegado de la firma.

10. Analizar cuánto aporta su gestor o su asesor

En esta época de volatilidad máxima, pese a que no merece la pena tomar decisiones drásticas de inversión, sí que puede ser recomendable hacer un examen sobre qué valor añadido está aportando el asesor financiero y el gestor de nuestros fondos o nuestras carteras. Se puede empezar por comparar el nivel de comisiones que estamos pagando, frente a lo que cobran otras firmas del sector. También vale la pena analizar cuáles fueron las últimas recomendaciones que recibimos.

“Tras una fuerte corrección bursátil es mejor momento para hacer balance que después de un largo periodo alcista, en el que todo subía”, indica el asesor de EFPA. ¿Estoy lo suficientemente diversificado? ¿Cómo lo han hecho los gestores de mis fondos respecto a otros rivales de la misma categoría? ¿Me están cobrando demasiado sin aportarme valor? Estas son algunas de las reflexiones que se puede tratar de responder un pequeño inversor durante esta larga cuarentena.



  • Ver original en Cinco Dias
  • Publicado el domingo abril 12, 2020


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