Evaluaciones de desempeño sin miedo
Propiciar conversaciones que conviertan a cada empleado en una estrella. Los empleados (y los gerentes) odian las evaluaciones de desempeño. Este odio está enraizado en la estructura beligerante y sentenciosa de dichas evaluaciones. Por lo general, son conversaciones unilaterales que se centran en eventos pasados.
En cambio, las evaluaciones del desempeño deberían ser conversaciones de entrenamiento que se sostienen con el fin de establecer los objetivos del desempeño futuro.
En vez de producir miedo, este enfoque puede fomentar una conversación más productiva entre el gerente y el empleado.