Qué son y cómo operan los valores
Para una mayor comprensión de lo que son y cómo operan los valores a nivel personal y corporativo, es conveniente hacer una serie de consideraciones.
Al reflexionar sobre lo que es cada valor, se llega a definiciones o descripciones que permiten a una persona con una mínima base cultural darse cuenta de lo que es el valor. Si se pregunta a cualquiera qué es el respeto, es posible que no ofrezca una definición formal como tal, pero probablemente describirá algunos comportamientos que permiten entender lo que todo el mundo entiende por respeto.
Todas las personas tienen experiencia de lo que son los valores aunque no sepan definirlos o explicarlos. Se reconocen a veces en las cosas y a veces en las personas. Se aprecian en las personas valores como la lealtad, la honestidad o el compromiso y se rechazan los antivalores (deslealtad, deshonestidad, falta de compromiso). Son distintos los valores que se atribuyen a las cosas (materiales, económicos, estéticos, etc.) de los que se asignan a las personas (valores culturales, éticos), y no es lo mismo una persona de la que se dice que tiene valores que otra de la que se afirma lo contrario (antivalores) o, al menos, que le faltan determinados valores.
Hay otros valores que se descubren en uno mismo o en los demás, algunos de los cuales son innatos, porque se poseen desde que se tiene la sensación de haber nacido con ellos. Pero sean innatos o adquiridos- se da cuenta uno de que puede mejorar su vivencia. Así como hay otros en los que se advierte que no se poseen y sería bueno adquirirlos. En cualquier caso, los valores se pueden desarrollar a lo largo de la vida. Por eso, es normal que la persona posea diferentes valores en distinta medida según el momento de su vida en el que se encuentre y según el esfuerzo que haga por adquirirlos o por mejorar los que ya tienen.
Los valores de orden físico o material son más objetivos, se identifican más fácilmente que los valores de tipo ético, que son más subjetivos, porque dependen en parte de que las personas los viven y practiquen libremente. No basta con que se expresen en conceptos o representen algo deseable, conveniente o atractivo. Sólo el comportamiento real, la práctica, es lo que demuestra que alguien tiene un valor de ese tipo porque su conducta lo revela.
Conviene insistir en que los valores son de muy diferentes clases: físicos o materiales, económicos, intelectuales, afectivos, estéticos, humanos, espirituales, sociales, culturales, morales o éticos, religiosos, etc. Es decir, hay una diferencia en su entidad y en su comprensión de un nivel a otro, por ejemplo entre un valor material, un valor estético y un valor ético. Los une el que hecho que de alguna forma todos ellos son bienes deseables que perfeccionan a la persona que losexpresa libremente en su comportamiento.
El valor no es el bien o lo bueno en sí mismo sino que es la bondad que atrae (J. de Finance) es deseable, representa una meta a conseguir. Su comprensión va unida a la estimación que de él hacen las personas. Por eso no es extraño que en las definiciones que se dan de valor se resalte, junto a otros aspectos, la estimación, el hecho de que la persona lo aprecie.
Aparte de la arriba mencionada, citamos otras definiciones: Cualidades a priori, independientes de las cosas, que captamos a través de vivencias emocionales (Max Scheler). Toda perfección real o ideal, existente o posible, que rompe nuestra indiferencia y provoca nuestra estimación, porque responde a nuestras tendencias y necesidades (R. Marín Ibáñez). Es una cualidad estructural que surge de las reacción de un sujeto frente a propiedades que se hallan en un objeto (Risieri Frondizi). Son cualidades reales de las personas, las cosas, las instituciones y los sistemas (Adela Cortina). Es el bien en tanto objetivamente apreciable (Javier Barraca). Es la condición de algo que sirve y es deseable (José Ramón Ayllón).
La etimología de la palabra también revela ese aspecto en el significado original: valor viene del latín valére que significa estar en forma, ser fuerte, ser capaz de algo, ser útil para algo o para alguien. Y del griego axios, lo que tiene un precio, lo que es digno de estimación, lo que es como un eje de la conducta. De ahí surge el nombre de axiología o filosofía de los valores. Así visto, es algo estimable porque la persona lo aprecia y porque el poseerlo la hace mejor, y los demás que se dan cuenta del valor también lo aprecian. Conviene precisar que, de un lado, está el concepto de valor o la idea de valor (civismo, generosidad…), que no se refiere a la persona en particular, como cuando se dice generosidad o responsabilidad. Se trata del valor en abstracto, algo así como la esencia del valor extraída o abstraída (proceso mental de abstracción) de algo o alguien valioso. De un hombre justo, se extrae la justicia, de uno leal, la lealtad.
En ese sentido se dice que el valor es objetivo, en cuanto que es un objeto del conocimiento, lo cual no significa que los valores sean objetos o cosas. Pero, de otro lado, siempre está el valor en cuanto es subjetivo porque es la persona quien le da significado y quien lo encarna, lo hace propio, lo incorpora vitalmente. En ese sentido la definición de Octavio Derisi aporta claridad a este tema: un bien descubierto, y elegido libre y conscientemente, que busca ser realizado por la persona .El valor no puede permanecer en el ámbito conceptual sin referirse a la realidad personal. Los valores se refieren siempre a bienes concretos de los cuales el depositario es un sujeto también concreto. Según Frondizi, el valor, en su sentido general, no es algo completamente objetivo o completamente subjetivo. Más bien cabe decir que en todo valor hay una armonía de lo objetivo y lo subjetivo.
Hay realidades en las que se descubre algo valioso, algo que atrae, que es objeto de estimación o aprecio, pero lo bueno que se encuentra ahí no lo ha colocado la persona. Por ejemplo, cuando se contemplan los seres de la naturaleza. Pero hay otras realidades en que lo valioso depende mucho más de los actos de la persona, por ejemplo cuando se afirma de ella que es alguien comprometido.Según el tipo de valores (materiales, económicos, estéticos, culturales, éticos), se puede afirmar que hay un equilibrio entre lo objetivo o lo subjetivo (una pintura, una bebida, el dinero), y otros en que la carga de lo subjetivo es mucho mayor que la de lo objetivo, como el caso que se acaba de mencionar (el compromiso), o como la responsabilidad, o la cordialidad. La lealtad, lo agradable, la belleza de una obra de arte, son todos ellos valores, pero no lo son de la misma manera, no se dice de ellas el término valor con las mismas consecuencias. Tienen algo en común que las hace valiosas, tienen la condición de valor, pero difieren en otros aspectos y en la forma como el sujeto los asimila y expresa en su comportamiento.
El valor es real y subjetivo porque indica, por ejemplo, lo justo o lo leal en cuanto es vivido por un sujeto. Es subjetivo en el sentido de que pertenece a lo íntimo de una persona, da lugar a la estimación por parte de ella y de los demás y porque sólo la persona lo practica consciente y libremente. A medida que se asciende en la escala de los valores (de lo material a lo espiritual) es mayor la exigencia del elemento objetivo. Por ejemplo, el respeto no se puede reducir a lo que crea la persona que es el respeto, o a lo que ciertas personas o ciertas culturas tomen como respeto. Y mucho menos a lo que el estado de ánimo o salud dicten. Se debe referir al principio que lo sustenta, la defensa de la dignidad humana.
Los valores se dan dentro de una situación: vinculada a lo empírico y a lo real pero no reducida a ello (situación: ambiente físico, cultural, social, necesidades y expectativas). Si se mira la lealtad, la responsabilidad o la laboriosidad (valores éticos), se ve que son algo bueno que perfecciona a la persona y que ella busca realizar libre y conscientemente a través de su conducta. No se trata de cosas ni de cualidades objetivas, pero tampoco del solo concepto de lealtad, responsabilidad o laboriosidad: es eso, pero realizado en la práctica, incorporado a la vida personal.
En el valor responsabilidad, se responde de acuerdo con lo prometido y no sólo de acuerdo a lo que se cree que fue objeto del compromiso, o a la manera de considerarlo subjetivamente. Hay unos datos objetivos, unas funciones, unas tareas, unos procesos, unas gestiones y, sobre todo, un principio que no se puede obviar refiriéndose a él, que trasciende los datos, funciones o tareas, por el cual se está obligado a responder (cumplir la palabra dada, hacer bien lo pactado, etc.).
Según Adela Cortina, los valores éticos se adaptan a la expresión todo el mundo debería ser
justo, leal, honesto, porque se está expresando un ideal deseable para todos. Los valores éticos están más directamente relacionados con los fines de la persona, con su felicidad o plenitud personal y con la convivencia con los demás. Son más interiores, intangibles y propios de cada uno aunque se puedan proyectar a los demás. Tienen que estar en consonancia con la naturaleza racional y espiritual del hombre, con la razón práctica, la que tiene que ver con el obrar, con la conducta dirigida a un fin bueno.
Algunas de las características de los valores son:
- Hacen a la personas mejores.
- Permiten actuar más humanamente,
- Se ponen en evidencia en la relación con los demás
- Los demás reconocen los valores de otros.
- Iluminan la vida y le confieren sentido.
- Dan seguridad y brindan firmeza para actuar
- Aclaran muchos aspectos de la vida
- Son verdades profundas que se llevan dentro
- Se quieren acrecentar cada día
- Se pueden compartir con los demás.
Los valores éticos pueden concebirse como cualidades que estructuran el carácter y el modo de vivir de las personas.
La posesión del valor ético, afirma Giuseppe Abbá, produce un gozo en la persona al tiempo que en ella confluyen un deber-hacer y un deber-ser que marca un comportamiento ideal. A esto se hace referencia cuando se habla de que el valor tiene la cara ideal que lo hace deseable y que representa el concepto del valor, por ejemplo cuando se habla del valor lealtad, y la cara real del valor que se refiere es el amigo leal, es decir a la persona concreta que encarna los comportamientos propios del valor lealtad.
Dentro de las características de los valores éticos se encuentra que son:
- particulares y concretos, por oposición a los principios que son universales y objetivos porque afectan a todos siempre
- subjetivos en cuanto que su vivencia la hace cada persona, pero no dependen exclusivamente de su manera de ver las cosas. Tienen dependencia de algo objetivo.
- culturales pues en cada cultura los valores adquieren expresiones distintas, hasta el punto de que se puede pensar que se contrapone la manera de verlos de modo que lo que es valor en una cultura parecería que no fuera en otra.
- libres. Como ya se vio, la libertad es esencial a la hora de entender el valor porque se expresa en su comportamiento de una forma libre y consciente. Por eso, los valores no se imponen, se proponen.
- variables tanto a nivel de las personas como a nivel de las empresas y de las diferentes culturas. Su diversidad y variabilidad a veces enfrentan a las personas cuando unas piensan que los valores tienen que ser algo objetivo igual para todos. El valor es cambiante según la situación y las circunstancias.
- discutibles: porque son culturales, libres y variables, los valores son igualmente discutibles, no se pueden ver bajo una sola manera de entenderlos. Se prestan a interpretaciones diversas y a una discusión sobre qué son, como se viven, cómo se interiorizan y proyectan. Y cuando los referimos a otras personas, nos damos cuenta de la distinta forma de entenderlos.