PRINCIPIO ESTRATÉGICO: La Estrategia condiciona la asignación de recursos
Los Principios Estratégicos
Los Principios Estratégicos constituyen el software que la mente del STRATEGOS procesa para llevar adelante la práctica estratégica. El entendimiento de estos principios y su aplicación diferencia una acción estratégica de otra cualquiera. Los Principios Estratégicos no constituyen propiedad de nadie. Existen a partir de la experiencia que el hombre ha tenido a lo largo de miles de años de historia y de cientos de miles de conflictos en los que se ha involucrado y con los que ha tenido que interactuar. El conocimiento de estos principios le corresponde al estudioso, quien con dedicación y paciencia habrá de enfrentar el fabuloso desafío de descubrirlos y entenderlos. Ninguna obra, por sí sola, se encuentra en la capacidad de registrarlos en su totalidad, por ello en el esfuerzo que prosigue habrá que entender por fuerza que no son todos los que están ni están todos los que son, apenas sí se encuentra incorporada la definición de la lógica y de la naturaleza que estos principios tienen. De ella puede desprenderse parte de su enorme riqueza. |
Principio Estratégico La Estrategia condiciona la asignación de recursos
La Organización debe asignar los recursos en función de las necesidades que plantee la Estrategia. Si por el contrario la Estrategia se determina en función de la existencia de recursos, la Organización se encuentra en una clara desventaja competitiva.
Este es probablemente uno de los Principios Estratégicos más difíciles de entender y de cumplir. Una enorme cantidad de organizaciones atribuyen a la escasez de recursos su incompetencia estratégica
La Estrategia es el sistema de gestión del Negocio en una Organización, y por medio del Negocio la Organización alcanza utilidad interés y provecho en las actividades que realiza. Si no se optimiza el rendimiento del Negocio o por otra parte si éste fracasa, la Organización en su conjunto deja de existir. No se trata únicamente que los propios recursos sean más escasos a medida que la Estrategia y el Negocio se debiliten, se trata de un riesgo para la existencia misma de la Organización.
El cálculo de los recursos disponibles en la Organización se efectúa el momento de concepción del planteamiento estratégico. Por supuesto que éste debe ajustarse a la propia realidad organizacional porque en caso contrario no tendría validez alguna como planteamiento estratégico, pero nunca bajo la óptica de la administración de recursos.
Si por un lado el Negocio que sustenta la Organización no tiene la capacidad de proveer los recursos que ésta precisa para sostener la Estrategia (que a la vez sostiene el Negocio), o si por otra parte la Organización y sus principales grupos de interés no tienen la capacidad necesaria para invertir los recursos que son necesarios, entonces el Negocio y la Organización están destinados a perecer ante competidores eficientes.
La verdad en el fondo es muy sencilla de entender y poco les debe a ésos esfuerzos casi gloriosos que se hacen para desconocerla: si no hay recursos y no hay Estrategia, entonces no hay Organización ni necesidad de preocuparse por nada. Esas organizaciones que se debaten en la misma línea de esta realidad y que no reconocen un hecho tan cristalino como el anterior, apenas pueden esperar que el desenlace sea una cuestión de tiempo.
Si existiera una posibilidad relativamente sencilla de generar una estadística, resultaría asombroso comprobar que la mayor parte de las organizaciones se inscriben entre las que no tienen los recursos necesarios para plantear las estrategias adecuadas y por ello mismo se alcanzaría la conclusión que el mayor de los problemas en el mundo de los negocios no pasa por limitaciones de naturaleza estratégica, sino por limitaciones en recursos, completamente mal entendidas.
Esto por otra parte no deja de ser una buena noticia para la Estrategia porque refuerza su categoría de instrumento competitivo, probablemente en éste caso ante la mediocridad, pero siempre con un resultado muy efectivo.
El círculo vicioso de la falta de recursos para los mejores intereses de la Estrategia es muy difícil de romper y en muchas ocasiones esto se debe al poder formidable de la misma Estrategia, dado que organizaciones que se encuentran en situaciones como ésta, extreman la imaginación y el esfuerzo de sus recursos para contrarrestar las limitaciones. Pero aún así, en el entendido que la competencia notará en algún momento la fragilidad del oponente, el final no puede ser otro que el fracaso. Esto es algo parecido al final inevitable que le esperaba a la Alemania de Hitler cuando los recursos disponibles no podían ser de ninguna manera comparables a los vastos recursos que se le enfrentaban; es posible que durante algún tiempo las habilidades estratégicas de sus generales y el valor de los combatientes de su ejército prolongaran la contienda, pero el final era previsible.
La Estrategia y la naturaleza permanente del Conflicto en el Mercado, exigen que las organizaciones adopten eficientes economías de guerra, es decir que coloquen a disposición de los intereses mayores del Negocio todos los recursos que fuesen posibles, extrayendo cada gramo de esfuerzo desde el corazón mismo de los recursos que conforman la Organización. Solo de esta manera está protegida la efectividad de la Estrategia, la misma que más temprano que tarde conseguirá incrementar la propia disposición de los recursos en la Organización.
Obviamente existe mucho más que un título detrás de economía de guerra, pero el común denominador se encuentra en un compromiso compartido y enfocado de cada recurso de la Organización hacia los esfuerzos de guerra, desde el más humilde de los empleados hasta el hombre más poderoso. En la guerra es todo a ganador no existe otra alternativa aceptable.
todos sus artículos son de mucha importancia para la vida en los negocios, este me aporta en el sentido que mi empresa afronta esa dualidad de recursos vs estrategia, a su ves puede dar luz sobre como plantear correctamente una estrategia efectiva con los recursos existentes.