Los consejos del señor “Eugenio Tuvo”
Hace unas semanas, luego de un taller con un grupo de empresarios, se me acercó un señor quien luego de saludarme amablemente, me indicó que creía que transmitir sus experiencias como fundador de un grupo empresarial podría ser de interés para otros negocios familiares; “quizás con mis humildes consejos, otros empresarios podrían no caer en la indeseada situación que a mi me está tocando vivir”.
Luego de agradecerle por su actitud de colaboración, le pregunté cual era su nombre, a lo que me respondió́, me llamo “Eugenio Tuvo”, a lo que respondí,́ ¿Tubo con “b” labial; no me replicó, “Tuvo con uve, pues Eugenio tuvo empresa, tuvo mucho dinero y tuvo una linda familia” (como entenderán, solamente utilizó ese apellido para transmitir gráficamente su situación).
Inmediatamente comprendí́ que el señor “Tuvo” era parte de aquellos empresarios, lamentablemente no son pocos, que habían tenido una mala experiencia, y en consecuencia malos resultados originados por la interacción de la empresa que el fundó y su familia.
Como acordamos el día en que nos conocimos, me reuní́ con el señor “Tuvo” unos días después en la cual me contó la historia de su emprendimiento y de su familia.
También me comentó que era un muy buen conocedor de la complejidad del negocio familiar, pues desde hace cuatro años era un asiduo asistente a eventos relacionados, que continuamente leía notas relacionadas al tema y que en el ano 2010 había suscrito un Protocolo Familiar; al respecto, mencionó que este instrumento, principalmente por su exclusiva responsabilidad, no había logrado ningún cambio positivo en el desarrollo de su empresa y de su familia.
No viene al caso describir al detalle la historia del señor “Tuvo” pues la mayoría de sus situaciones son comunes a todos los negocios de propiedad familiar, tales como incorporar a los hijos al negocio sin planificación y preparación previa, atender todos los gastos de la familia con el flujo de caja de la empresa, no tener un plan de negocios, no establecer reglas ni limites en la interacción entre su familia y su empresa, no definir políticas estratégicas, no implantar el directorio con profesionales independientes, y otros asuntos que suelen surgir involuntariamente cuando interaccionan dos sistemas; familia y empresa; ambos con metas, valores y reglas diferentes e incluso contrarios.
Lo que si quisiera compartir, es su respuesta a cuales eran los humildes consejos que el quería difundir, respuesta que muy bien organizada ya la tenia lista en una hoja de papel y que el me comentó que todas correspondían a situaciones reales que el había vivido.
- Participe del proceso de elaboración de un protocolo familiar solamente cuando sea de carácter preventivo, sus miembros lo acepten voluntariamente y existan niveles mínimos de comunicación en la familia; no lo haga por moda o porque le han comentado que es la salvación para su negocio familiar.
- No organice su empresa en función a las necesidades de la familia (empleo, dinero, estatus y otros); recuerde que la competencia no lo hace y perderá́ competitividad paulatinamente.
- Implante el Directorio como órgano de gobierno de su empresa y prepárese para tomar decisiones colegiadas; es necesario para fomentar el trabajo en equipo; también designe como directores independientes a profesionales que reúnan la tipología requerida y lo mas importante que sean asertivos para no aprobar algo que consideran no es lo mejor para la empresa.
- Adecue su estatuto social a efectos de prevenir situaciones indeseadas, pero que suelen tener probabilidad de ocurrencia; es mejor estar protegido ante estos eventos.
- No atienda todas las necesidades de sus hijos, eso destruye su iniciativa, su imagen ante su familia nuclear, su autoestima y su inteligencia emocional; en caso de urgencia, vele por sus necesidades básicas. Prepare a sus hijos para la vida, no para que necesariamente trabajen para usted, y capacítelos y entrénelos para ser socios y no dueños, así́ entenderán y aceptaran las diferencias existentes entre ser accionista, ser director, ser colaborador o ser parte de la familia.
- Evite a toda costa “poner todos los huevos en una sola canasta”, por lo que debe promover el desarrollo de nuevos negocios; esto no es sencillo, pero es absolutamente necesario en familias en las que todos los miembros dependen económicamente de los resultados de un negocio.
- Planifique los recursos financieros necesarios para sus tiempos de retiro; no corra el riesgo de depender de los ingresos futuros de su negocio cuando usted ya no participe en su gestión.
- No asuma que todas las decisiones que tome en la empresa para el beneficio de su familia le retribuirán resultados positivos; “pretender ser buen padre en asuntos de la empresa, suele implicar que uno termina siendo un mal empresario”.
- Continúe con el proceso de profesionalización de sus negocios; es importante, entre otros aspectos, contar con un plan de negocios, con una política meritocrática de compensaciones, con políticas financieras y con un plan de desarrollo del capital humano de su organización.
- Cultiven el dialogo y comunicación en su familia, toleren las diferencias, acepten que el conflicto estará́ siempre presente, eduquen con el ejemplo y desarrollen habilidades de comunicación efectiva y de trabajo en equipo, son necesarios para la formación de una familia empresaria.
- Si no cuenta con protocolo familiar, o no existen las condiciones para prepararlo, o existen diferencias con respecto al desarrollo del negocio de la familia; prepárese para implantar un Directorio con participación de profesionales independientes, suele ser la mejor alternativa.
Luego de un par de horas, “Eugenio Tuvo” me entregó sus notas y se despidió́ comentando “Tengo tres hijos, casi todos están peleados entre ellos y conmigo, mi esposa me recrimina continuamente; esta Navidad no la pasaremos todos juntos por segunda ocasión y extraño a mis nietos. Nunca pensé́ que la empresa que con tanto cariño desarrollé para beneficio de mi familia, terminara destruyendo a mi familia y afectando un patrimonio que demandó gran esfuerzo poder construir”.
Puede parecer exagerado el relato del señor “Tuvo”, pero aunque no lo crean ha sucedido en mas de una ocasión y generalmente por no planificar la continuidad del negocio familiar; asunto que siempre es una oportunidad y no una amenaza; quizás una de las sugerencias de “Eugenio Tuvo” sea de utilidad para usted, su empresa y su familia.