La Gerencia de hoy ya no puede con su mutación genética, necesita urgentemente la intervención de la Ingeniería genética
Antes de entrar en tema, creo conveniente trasladarnos al pasado para poder entender algunos Porqués. Allá, a finales del 1642 (25 de diciembre), justo cuando muere Galileo, en Woolsthorpe, Lincolnshire (Inglaterra) con tan solo un kilogramo de peso, nace un niño que en poco tiempo se convertiría en uno de los más grandes científicos de todos los tiempos, si estamos hablando de Isaac Newton quien en el 1687 en su imponente y trascendental obra escrita en latín Principios matemáticos de la filosofía natural, describe y formula rigurosamente las tres leyes fundamentales del movimiento:
- La primera ley de Newton o ley de la Inercia, según la cual todo cuerpo permanece en reposo o en movimiento rectilíneo uniforme si no actúa sobre él ninguna fuerza
- La segunda o Principio Fundamental de la Dinámica, según el cual la aceleración que experimenta un cuerpo es igual a la fuerza ejercida sobre él dividida por su masa
- La tercera o ley de acción-reacción, que explica que por cada fuerza o acción ejercida sobre un cuerpo existe otra reacción igual pero en sentido contrario
Leyes que describen y explican a plenitud, uno de los grandes males que padece la gerencia de hoy. Si mi querido lector, reacios al cambio, ignorando la fuerza ejercida por el avasallante avance de la ciencia y la tecnología, estamos empeñados en seguir haciendo la cosas tal como las hacíamos ayer, si dirigidos y controlados por la inercia.
Me atrevo a afirmar que este mal se encuentra alojado en el ADN de la organización, que en forma muy deportiva la llamamos, cultura de la empresa. Seria interesante plantearle este problema a Newton, seguramente daría alguna solución lógica pero, lamentablemente no es posible y creo humildemente, que la solución está en manos de la Ingeniería Genética (manipulación del ADN con el fin de corregir defectos genéticos).
Me temo que se complicó la situación, ¿que se supone que sea el ADN?, bien, todo comenzó en el 1865 con el monje agustino Gregor Mendel (austriaco) quien demuestra las leyes de la herencia, pero, como si fuera raro, su descubrimiento pasa desapercibido. En el 1978 nace en Gran Bretaña el primer bebé probeta, engendrado mediante fertilización artificial (in Vitro) y en abril del año 2000 Craig Venter informa que ha descifrado el 90% del código genético humano y meses después, se anuncia que se ha logrado mapear el 97% del genoma y la secuencia exacta del 85% de las bases del ADN.
De esta forma, hoy sabemos bien que el ADN (ácido desoxirribonucleico) no es más que una larga cadena doble en forma helicoidal, similar a una escalera flexible que gira sobre si misma, que está armónicamente subdividida en pequeños fragmentos llamadas genes y que todos ellos conforman estructuras llamadas cromosomas. Creo que ya llegamos al centro de nuestro problema, los genes, si esos pequeños fragmentos son los que determinan las características o rasgos humanos específicos, como son la estatura o el color del pelo.
Bien, creo que ya es suficiente de tanta Física Clásica y Biología Molecular, ya es hora de entrar en tema, pero antes preguntémonos, ¿cuales son los genes que caracterizan y le dan los rasgos particulares a nuestra empresa?, realmente son muchos, entre ellos podemos citar: el sentido de pertenencia, el estilo de liderazgo, los tipos de estructura organizativa, los tipos de gerencia, el proceso asociado a la planificación, las mismas practicas de recursos humanos a la hora de reclutar y promocionar al empleado, etc. etc.
Evidentemente estos genes organizacionales deben necesariamente ajustarse a los nuevos requerimientos, si mi querido lector, la Gerencia de hoy sufre una mutación genética (suele ocurrir cuando las células están envejecidas), mientras que en el pasado el termino recursos estaba circunscrito exclusivamente por aspectos económicos, materiales, financieros y con cierta timidez colocábamos en la lista, allá a lo lejos, el recurso humano. Hoy deberíamos actualizar dicha lista, colocando entre las primeras posiciones, la información y con ella, el conocimiento y la inteligencia institucional, es decir, gestionar la aptitud de la empresa como piedra angular, usarla como punta de lanza a la hora de abrirnos paso en la jungla competitiva en la que estamos inmersos. Evidentemente el centro de masa de la empresa de hoy y del futuro, ya no es la tecnología es el EMPLEADO, si ese ser pensante que le da vida, forma, textura y color a lo que nosotros llamamos empresa.
Solo a manera de reflexión, la tecnología la puede tener cualquiera, basta tan solo con mantenerse actualizado y simplemente adquirirla, pero lamentablemente, no todas las empresas se manejan con una concepción fractal, donde cada partícula unitaria (empleado) es un claro reflejo del todo (empresa). Es precisamente aquí donde debemos apuntar con la Ingeniería Genética, si entender y gestionar el hecho real e inevitable que el Cliente no solo interactúa con las partes también observa y convive con el todo, saliendo a flote como la punta de un iceberg, la concepción holística afirmando que, el todo es más que la simple suma de sus partes. Señores es una simple, bueno no tan simple regla de tres, si las partes son de la más alta calidad humana y profesional, ¿Cómo es el TODO?, les garantizo que necesitaríamos un telescopio para observar a la competencia, ¿competencia?, ese término estaría fuera de nuestro diccionario.
Como verán son muchas las similitudes entre el ADN de la biología molecular con el ADN organizacional, su análisis en ambos casos es complejo, es realmente difícil el poder descifrar su código, y evidentemente ambos tienen un impacto directo sobre el comportamiento tanto individual (empleado) como colectivo (gerencia, empresa). Pero, así como tienen similitudes, también tienen una diferencia notablemente importante, el primero es hereditario e inalterable, pero el segundo con algo de inteligencia, paciencia, esfuerzo y dedicación, los genes pueden y deben ser modificados y adaptados a nuestras necesidades.
Pero cuidado, no se olviden de las tres leyes de Newton ya que éstas se agigantan a la hora de plantear cambios, pero ánimo, para ello tenemos varios aliados claves, como son: el entrenamiento, el efecto mariposa, la motivación, la participación, etc.