Humanización del proceso de reclutamiento y selección del talento humano en las organizaciones
Uno de los grandes asuntos que resultan de gran valor en el funcionamiento adecuado de las organizaciones es sin duda, el de reclutamiento y selección del talento humano. Como sabemos, el ser humano debe ser el centro de toda actividad social y esto es una máxima que se debe practicar cotidianamente para darle vigencia. Esto no es distante en el ámbito de la gestión del proceso de incorporación de las personas a la dinámica organizacional.
En este sentido, en el campo organizacional, no es posible lograr los objetivos planteados sin un adecuado talento humano y el éxito organizacional depende en gran sentido de su gente. Al respecto Corral (2007) indica que “un proceso de reclutamiento y selección eficaz es clave para el éxito en los negocios. Las estrategias de negocio las implementan las personas. Sin el talento adecuado difícilmente se puede liderar una organización hacia la misión pretendida” (p.12).
Es así, que debemos decir que este proceso de gran relevancia debe ser liderado y ejecutado por profesionales altamente capacitados y sobre todo con un alto grado de humanidad. Todo esto teniendo en cuenta que se trata de seres humanos y no simples objetos los que se someten a dicho proceso de selección. No resulta ético, ni conveniente seguir con la concepción predominante en la actualidad, donde las personas son una especie de mercancía que se exhiben en una sala para que el comprador escoja el modelo que más les guste. Obviando de esta forma, que se trata de uno de los procesos más humano que existe en la gestión organizacional.
Esas personas que se presentan en la entrevista laboral, son seres que sienten, padecen, tienen esperanzas, tienen familia, aspiraciones, ilusiones, metas, y sobre todo merecen respeto a su dignidad humana. Por lo que resulta inconcebible hoy día no tener conciencia de todo lo antes dicho en el desarrollo de las jornadas de selección de talento humano en cualquier organización.
En este orden de ideas, luego de aplicar un cuestionario como parte de un estudio en desarrollo, a 126 personas que han asistido a más de 3 entrevistas en los últimos 6 meses y conversar con 8 de ellos, pude conocer que un 85.7 % tienen la percepción de haber sido tratado como un objeto y no un ser humano. Así mismo, la mayoría afirman que:
- Esperan horas para ser atendidos
- El trato fue despectivo
- No les ofrecieron agua
- Desorganización
- Es habitual no avisar que fueron seleccionado
- No indican el salario ofrecido
- En la explicación del perfil buscado hay serias discrepancias con la del entrevistado
- Discriminación por edad
- Discriminación por género para ciertos cargos
La verdad es que estos hallazgos denotan una alta carga de deshumanización en este proceso, ¿Cómo es posible que muchas veces ni siquiera se les ofrezca agua luego de esperar horas en una sala? Pareciera que no hay una valoración del tiempo de los aspirantes sino solamente la de la empresa. El profesional que desarrolla este importante proceso debe ser respetuoso, empático, certero, así como un eficiente analista del perfil buscado y de esta manera no citar a ninguna persona solo por probar. A lo que se le suma que muchas veces hacen sentir al entrevistado culpable de no ser la persona que buscan.
Hagamos el esfuerzo de humanizar todo proceso en las organizaciones, tengamos en cuenta siempre que las organizaciones están conformadas principalmente por seres humanos y no solamente simples máquinas de ejecución de órdenes. No convirtamos una organización en una especie de panóptico laboral. Seamos líderes éticos.