Asociatividad, la clave para sobrevivir a la crisis
Algo que está quedando expuesto en medio de la pandemia, es que aquellas empresas que apostaban a construir estructuras y centralizar procesos, son las que más están sufriendo en el durante y posiblemente corran riesgos de sobrevivir en el después.
Es simple, ¿se imaginan lo que es lograr agilidad y adaptación en una organización con 5 mil empleados, donde la toma de decisiones requiere de reuniones, aprobaciones y una gran burocracia? Cuando la decisión llega a implementarse ya es vieja y hay que tomar otra.
Un estudio publicado por una de las revistas de Stanford, universidad ubicada cerca del Silicon Valley (septiembre 2018, edición digital) relacionó de manera directa la capacidad de supervivencia con la capacidad de las organizaciones de vincularse asociativamente con su entorno económico y social. En resumen, si una empresa tenía muchos asociados, en vez de centralizar procesos y recursos, tenía mayor probabilidad de sobrevivir.
Si lo que leés en este artículo te resulta demasiado novedoso o alejado de tu realidad, te tengo una mala noticia: nada de lo que aquí escribo es futuro, es presente y en muchos casos, ya es pasado.
La economía colaborativa está transformando el mundo de una forma diferente a todo lo visto hasta aquí. Redefine la lógica de funcionamiento establecida de muchas de las variables que dominaron el mundo del management hasta ahora.
La buena noticia es que este nuevo concepto es mucho más justo y accesible para todo tipo de empresas. A diferencia de la economía tradicional, dominada por grandes corporaciones que con su poder anulaban las chances de emprendedores y pequeños empresarios, ahora estos se ven empoderados y logran competir de igual a igual, en muchos casos destronando a esas corporaciones de su poderío en muy poco tiempo.
Uno de los primeros conceptos con los que rompe la economía colaborativa es la noción de sociedad. Hasta ahora la única forma de pensar en un socio era, por lo general, con mucha formalidad y con contratos. Esto producía mucha pérdida de tiempo en papeleo y no ponía foco en el aspecto más importante de una sociedad: la sinergia. Por contrapartida, esta nueva corriente cambia el concepto de sociedad por el de asociatividad, donde lo importante es lograr el complemento de habilidades entre diferentes partes. Por ejemplo, entre una empresa fuerte en logística, una con buenas finanzas y otra con una excelente fuerza comercial. La unión y sustentabilidad de este modelo se da por el equilibrio y aporte de cada parte, pero sin el desgaste debido a peleas de poder y abogados.
Por otro lado, rompe con la matemática tradicional, donde 1 + 1 es igual a 2. Aquí 1 + 1 da 3 y esto es lo que justifica la unión. Hoy, la empresa más valiosa de Argentina no fabrica nada de lo que vende, no tiene un solo camión ni logística propia, y lo mejor de todo: los clientes no son de ellos. Se llama Mercado Libre.
Ahora bien, ¿qué es lo que permite que una empresa que no produce nada de lo que vende y que no tiene clientes propios tenga tanto éxito? Básicamente porque su foco está en conectar “necesidades” en un entorno ágil y seguro, y por ello cobra una comisión.
Los estados tienen un papel preponderante en estos nuevos ecosistemas generando nuevas regulaciones que permitan estas nuevas formas de asociatividad y siguen teniendo la gran cuenta pendiente de lograr mayor agilidad
Imaginemos que Mercado Libre hubiera seguido el camino de la economía tradicional: fábricas en todo el mundo, cientos de miles de personas empleadas en diferentes áreas, una inmensa logística y miles de vendedores especializados en cada línea de productos. ¿Logran visualizar el tamaño, complejidad y el riesgo que tendría esa empresa?
¿Cuáles son los fundamentos de esta nueva economía?
a) Asumir que uno no es bueno para todo
b) Detectar cuál es tu mayor habilidad
c) Asumir con mucha humildad tus debilidades
d) Invertir mucho en detectar socios o asociados estratégicos
e) Entender el rol de cada actor y generar un sistema que regule su funcionamiento
Cuando vamos al segmento más grande de la economía, los emprendedores y pequeños empresarios, las noticias son aún más alentadoras. Las pequeñas organizaciones cuentan con una gran ventaja competitiva en este mundo cada vez más exigente. Su tamaño, su agilidad y su comodidad con el cambio son sin dudas atributos muy valiosos en este contexto, su desafío sigue siendo la profesionalización y que esa profesionalización permita crecer ordenadamente.
Los estados tienen un papel preponderante en estos nuevos ecosistemas generando nuevas regulaciones que permitan estas nuevas formas de asociatividad y siguen teniendo la gran cuenta pendiente de lograr mayor agilidad. Es claro que la mayoría de los estados siguen con estructuras para otra época y un mundo que ya está empezando a desaparecer.
Como un último aporte me gustaría que imaginen que el mercado fuera como una gran orquesta. Hay violines, tambores, trompetas y muchos instrumentos más. Algunos tocan mejor que otros, pero lo que asegura que todo suene bien no es el talento individual, sino la existencia de un director de orquesta que logra que todo funcione de manera sincronizada. Siguiendo con esta analogía, no importa que tan bien toqués el violín, lo importante es quién logre que suene adecuadamente.
Es momento de decidir: ¿Querés ser violinista o director de orquesta?